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N. Ramses
Me encontraba en pasillo del palacio ya que no podia conciliar el sueño el día fue un desastre, mis sentimientos y pensamientos se volvieron un lío tanto que lograban hacerme dudar de si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, amenhotep se quedo durmiendo con nefertari estaba demasiado alterado, al punto de llorar hasta quedarse dormido en mis brazos del desgaste emocional.
Pensé que iba a ser fácil, que a nefertari no le molestaría eb absolutp esto, y pues si, no le molesto que yo la fuese a dejar, si no que le enfureció el hecho de que este con Moisés... ¡Moisés! Me olvide completamente de hablarle, estuve todo el día intentando solucionar este conflicto y no lo he visto en todo el día.
Me dirigi lo más rapido posible pero sin llamar la atención, llegó al cuarto eñ cual compartimos, estaba esperando un Moisés furioso o que su mismísimo Dios me matará, pero al abrir la puerta, nada... Un silencio absolutp la habitación estaba a oscura asi que corrí a encender la vela sobre la mesa.
Cuando la logro prender, con su tenue luz ilumino la habitación dejando que pudiera contemplar la calma que reflejaba Moisés. Estaba sumamente dormido, con su leve respiración apenas audible, esto era perfecto por fin conocí la tranquilidad después de la batalla.
Me recoste a su lado pidiendo que este momento de silencio no acabe, en eso me perdí en las facciones de su rostro, sus largas pestañas, su barba que caracterizaba su origen al igual su extensa maraña de pelos, algunos mechones caían sobre su rostro, en su frente, orejas y nariz que al parecer le daban algo de molestia, los corrí ligeramente para evitar despertarlo.
Antes de quedarme dormido acaricie su mejilla obteniendo un leve momiento de su parte acurrucandose unos centímetros más cerca, mañana quiero preguntarle sobre su dia.

la reina de Egipto ( ramses x Moisés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora