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Había decidido renunciar a la apuesta, pero después de esto… merecía venganza. Harry me las pagaría todas. 

Con rápidos pasos salí del edificio, caminaba entre los jardines del campus hasta que me di cuenta de que ya me había alejado lo suficiente. Me detuve frente un enorme árbol, lance mi bolsa en el césped para después dejarme caer a un lado de esta. Doble mis rodillas apegando mis piernas a mi cuerpo, abrace estas y oculte mi rostro entre mis brazos. 

—Escucha…

— ¡maldición Harry!— alargue molesta. ¡Cómo me había encontrado! — ¡Ya! Tú me quieres lejos de ti y ahora yo también te quiero lejos de mí, todos felices ¿Recuerdas? ‘¿Por qué no nos haces felices a los tres?’— enuncie las palabras que me había dicho días atrás cuando pidió que siguiera a otro chico del colegio.

— ¡Escúchame!— dijo exaltado. Levante mi mirada y lo vi sentarse a un lado de mi recargándose en el enorme tronco del frondoso árbol. — Y-Yo lo siento. 

No emití sonido alguno ¿de verdad se estaba disculpando conmigo? Con el rabillo del ojo podía verlo con su mirada en el horizonte.

—No hay nada peor que una disculpa forzada. — dije seriamente al igual que el con mi mirada fija en algún punto invisible en el campus.

—Cuando una disculpa no es forzada— dijo irónicamente.

—Cuando de verdad lo sientes y no lo haces por lastima. — Acomode un mechón de cabello que se había salido de su lugar —pero está bien acepto la ''disculpa''— hice comillas con mis dedos — ¿Ahora ya me puedes dejar sola? — la verdad quería estar sola, no tenía ganas de pelear y, con Harry a un lado era todo lo que podía hacer.

—No, no puedo— volteo a verme, bufe con fastidio y tome mi bolsa para ponerme de pie —no no y no— repitió tomándome del tobillo pata evitar que caminara. — ¿Qué se siente cuando quieres estar sola y alguien está ahí sin dejarte en paz? — se refería a lo que yo hacía con él.

—No— alargue —yo estaba detrás de ti porque quería conocerte y tú ahora lo haces solo por molestarme— dije mientras intentaba liberar mi tobillo de su agarre, pero la ventaja era que no dejaría la mitad de mi zapato entre la tierra.

— ¿Y ya no te interesa? — con un rápido movimiento me hizo caer en el césped.

—No, en lo absoluto— mentí

—No te creo— aseguro

—no me interesa si crees o no— le dije seria

—Oh vamos, aprovecha antes de que me arrepienta— sonrió. Insisto la sonrisa de este hombre es hermosa.

— ¿Aprovechar qué? — Conteste sin entender

—Responderé todo lo que quieras. — Paso su mano por su cabello despeinando un poco los castaños cabellos 

— ¿lo que yo quiera?

—Bueno solo 5 preguntas— ya era un avance.

— ¿por qué solo cinco?

—porque no debe tardar en tocar el timbre y tengo que entrar a clases. Te quedan cuatro— dijo sonriente

— ¿Qué?— alargue molesta, esa no valía.

—Que solo te quedan cuatro. — Repitió —Ahora solo te quedan tres.

— ¡No! — grite entre molesta y riendo —a ver— dije mientras que analizaba en mi mente bien las preguntas que le haría. — ¿Por qué estás un año atrás?— ¡Que estúpida! ¿Por qué pregunte eso?

Las apariencias engañanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora