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Llegamos a casa, ambos corrían alrededor de mi preguntándome que a que jugaríamos.

—Primero vamos a comer y luego jugamos— les dije abriendo la puerta.

—Harry querrá que hagamos tarea— espetó Liam y Jazzy lo secundo.

—Pues entonces comeremos, hacen tarea y después jugamos ¿está bien? — aceptaron no muy alegremente.

— ¿Cómo les fue? — Pregunto Harry bajando las escaleras

—Bien— contestaron seriamente a coro y subieron corriendo las escaleras.

—Lo vez— hizo una mueca extraña —Me odian.

—No seas tonto— bese su mejilla y subí detrás de ellos.

— ¿Por qué están enojados con Harry? — les pregunte y ambos se sentaron frente a mí en la cama, ninguno hablo solo miraban hacia abajo. —Él está triste, dice que ustedes están molestos con el ¿es verdad? — Jazzy respondió que si con la cabeza.

—Nos gritó muy feo. — una lagrima resbalo por su mejilla 

—Nosotros solo queríamos saber dónde estabas— agrego Liam.

—Ay pequeños— sabía que era mi culpa — Harry los quiere mucho, y le duele demasiado que ustedes no le hablen— ambos se mirar con arrepentimiento. —Si les grito fue porque tal vez no se encontraba bien en ese momento... así que— canturreé —Quiero que bajen y le den una sonrisita a su hermano ¿está claro? — ambos rieron ante mi tono militar al terminar la oración.

—Está claro— dijeron ambos con el mismo tono haciendo un saludo con la mano tal y como los soldados.

— ¿Que les dijiste? — jugaba con el lóbulo de mi oreja. 

—Que te importa Hazza — le dije riendo

—Está bien no me digas, sirve que continuamos con lo que dejamos pendiente— bajo a mi cuello, donde comenzó con pequeños besos.

—Hazza…— alargue girándome hacia el — Podrían subir en cualquier momento— ambos hacían sus tareas abajo en la sala. Rodo los ojos, me soltó y se giró en la cama dándome la espalda. Reí. — ¡Porqué me das la espalda! — le reclame.

—Porque podrían subir en cualquier momento— dijo imitando mi voz.

—En primera ¡Yo no hablo así! — dije riendo — Y en segunda... — me hinqué en la cama para después sentarme sobre el poniendo mis piernas a sus costados. Una vez más se giró pero se quedó de frente al techo para poder verme — Si me detengo, es por tus hermanos— puse mis manos sobre su pecho — Claramente no es porque yo no quiera— sonrió pícaramente. —Además tenemos mucho tiempo— ahora yo comencé a besar su cuello — Si quieres podemos faltar a clases mañana— susurre en su oído sensualmente

—Has faltado tres días seguidos, te quitaran el derecho a presentar con una falta más— sus manos se posaron en mi cintura y rápidamente giro haciéndome quedar debajo de él. 

—Valdrá la pena— mordí su labio inferior provocándolo

—No, no te retrasaras— me reto

—Está bien, Está bien— le dije riendo y lo tome de la barbilla atrayéndolo a mis labios. Me besaba con esa forma tan única y especial que hace que todo a nuestro alrededor se desvanezca. Como pude ser tan estúpida al creer que amaba a Zayn. Como fue que llegue al límite de jugar con los sentimientos de alguien más. En fin ya era pasado. Había que vivir el presente. Nuestro presente.

Las apariencias engañanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora