"She" ※ Michaeng ※

Moving Shadow

1 año después

Ha pasado un año exactamente desde aquel trágico día. Un año viviendo aquí, una isla que se ubicaba exactamente en el lado opuesto de mi país de origen. Estaba muy, muy lejos de mi familia, de todos mis conocidos, lejos de ella.

El taxi en el que vine me dejó en un departamento que al parecer estaba a mi nombre, también había una tarjeta de crédito con una cantidad de dinero respetable y un carnet de estudiante de la única Universidad que había en esta isla, a la que por cierto, no asistí a ni una sola clase.

Exilio. Una vez que había cumplido la mayoría de edad, intenté comprar un pasaje de avión para volver, pero la palabra exilio acompañaba mi nombre a todos lados.

Me explicaron entonces que el exilio significaba que habían prohibido entrar en el país, tampoco podía tener contacto con nadie dentro, no llamadas, no mensajes, no cartas; ni siquiera con mis padres.

Fue un año de incertidumbre, dolor e impotencia. Y si le sumamos paranoia a eso. ¿No sería el pack perfecto para enloquecer?

Desde que llegué, no estuve tranquila, sentía que me seguían a todos lados, no sabía quienes eran o si eran solo imaginaciones mías, pero debido a eso pasé muchas noches sin dormir.

Alcohol. Mi aspecto era el peor, las ojeras habían invadido mi rostro, había bajado mucho de peso, no quería ni salir de casa así que ni siquiera me tomaba la molestia de ducharme. Me refugié en el alcohol, pero no intenté matarme, aún tenía esperanza. Me aferraba a la idea de que sus padres habían mentido y solo me habían separado de ella. ¡Increíble ¿no creen?! me hacían todo esto solo por amar.

 Un día me desmayé en la entrada de mi departamento luego de no consumir nada más que alcohol; amanecí en un hospital y esa solo sería la primera vez.

Fue recurrente mis visitas al hospital y luego a un psicólogo, quien por más que intentó no logró sacarme nada de información. Había llegado a venir al hospital unas 4 veces solo este último mes. 5 contando la de hoy, la peor de todas, hoy se cumplía un año.

Adiós. En mi tiempo en el hospital me hice amiga de una enfermera algo mayor de edad a la que pude decirle pequeñas cosas sin ser muy específica. "Necesitas despedirte para poder seguir", me dijo. "Sin darte cuenta te estás matando, apuesto que a ese joven no le hubiera gustado verte así" No le había aclarado que se trataba de ella.

"Busca una manera de despedirte, si bien no sabes lo que ha pasado, pero aún eres joven, recupera tu salud y vive para cumplir tus sueños, hazlo por él..." *Por ella* pensé.

Y gracias a lo que me dijo estoy escribiendo una carta para ella, para mi Mina.

Creo que eso es exactamente lo que necesitaba. Después de un año lleno de lágrimas, temor y mucha angustia, iba a proponerme cambiar de objetivo. Mis nuevas metas se centrarán en mí y solo en mí.

Y es que no podía hacer nada más, lo había intentado todo. No me rendí, me obligaron a rendirme.

Cuando me dejaron salir del hospital. Caminé y me dirigí a un acantilado, de esos donde te dan la mejor vista de la isla.

El sol estaba por ocultarse y tenía la seguridad que para cuando salga el nuevo sol, todo habría cambiado. Solo debía decir adiós.

Me permití llorar una última vez, lloré dolida, lloré derrotada, lloré por mis amigas, lloré por mi familia y lloré por ella. Casi había desaparecido el sol cuando arrugué la carta que había escrito y la lancé con tanta fuerza como si esperara que esté donde esté, ella pueda recibirla.