Ella...

Celos

Todo fue fabuloso los primeros meses, fui la persona más feliz del mundo, amaba compartir todo con ella, amaba que ella me contara todo, saber cada pequeña cosa de ella era todo para mi, pero entonces llegaron los celos.
Ella tenía que ser tan perfecta para que no sólo yo lo supiera, siempre había algún idiota que la pretendía, y yo no sabía cómo disimular cuánto odiaba su amabilidad infinita con todos, y su ingenuidad para notar cuando alguien quería más que su amistad...

"- ¿Por qué sos tan amable con todo el mundo?
- ¿Por qué no lo sería?
- No sé, la gente siempre malinterpreta la amabilidad, y siempre hay estúpidos que quieren más de vos.
- Exageras.
- En absoluto, tus amigos siempre quieren más de vos, ¿no lo ves?
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Cómo no notarlo? Prácticamente besan el suelo donde caminas.
- Pff, sólo estás celoso.
- Como si no tuviera motivos.
- No los tenés, estoy con vos, aunque sea como vos decís, ellos no son más que amigos para mi, es decir, dejé a mi novio por vos, me mudé con vos sin conocerte, ¿no te parece demasiado sacrificio en mi vida para dejarte por un amigo?"

Ok, ella tenía un punto. Pero, ¿por qué no podía dejar de molestarme todo?

Con el correr del tiempo ella cambió, aunque viendo todo ahora en retrospectiva, acepto que todo fue mi culpa.
Con el tiempo mis celos eran inevitables, aunque ella había dejado de lado gran parte de sus amistades por mí, nunca era suficiente, quería más de ella, quería toda su atención, quería todo su amor, quería todo lo que significara algo para ella, y no podía controlarme, llegaba a sentirme enfermo de ella pero no podía soltarla, necesitaba su compañía, la necesitaba tanto que llegaba a lastimarla, y cuando lo hacía, me sentía tan estúpido que la alejaba lo más posible sin importarme nada más, siendo tan frío con ella que me dolía. No tenía punto intermedio, era todo o nada, y no reaccionaba hasta que veía esas lágrimas, quemaban tanto en mi pecho que me desesperaba, entonces me disculpaba con ella, con mil promesas de amor eterno a ella, pero en el fondo sabía que la relación estaba cada vez más enferma.

"- ¿Por qué estás conmigo si no confías en lo que siento por vos? - realmente sus lágrimas quemaban en mi.
- Sí lo hago.
- Claro que no, nada de lo que hago es suficiente para hacerte feliz, siempre necesitas que renuncie a algo para que sea suficiente, pero sólo por un momento, porque al minuto siguiente querés más y más, y yo ya no sé a qué renunciar por vos. Hace meses que no veo a mi familia, ya no tengo amigos con quiénes hablar, prácticamente sos lo único para mi, y no es suficiente, perdí mi año de cursado por vos, hasta para ir a la esquina de casa te necesito, ya no sé lo que es estar sola, invadis hasta mis pensamientos, todo en mi vida sos vos, ¿qué más puedo hacer para que creas en mí?"

Aún discutiendo diariamente, nos arreglamos para estar juntos por más de un año, y cada día me sentía peor con la situación, sabía perfectamente que había ocasionado todo el problema desde un principio, sin motivo, y que fui yo quien la orilló a buscar consuelo y ayuda en alguien más, pero no puedo evitar culparla también porque estaba loco por ella, y ella me permitió amarla a tal punto que no había más para mí.