005

453 50 12
                                    

Valentín y yo nos encontrábamos sentados en la vereda de alguna casa, ninguno decía nada. Y claro si era raro que los dos estemos juntos.

—¿Todo bien?— dijo para romper el silencio.

—Sí, que se yo.— respondo, la verdad ni se como me encontraba.

Larga una risita al oírme, mientras que me mira.

—Es raro que vos y yo estemos juntos.— habla para después prender un cigarro.

—La verdad ni sé que hago acá.— respondo, sinceramente perdido.

—Ja, es que no te podías negar a una fugada con el ojitos azules de Valentín Oliva.— dice guiñando un ojo, bueno en realidad lo intenta porque no le sale al muy boludo.

Valentín me parecía bastante lindo, pero no me podía atraer, ni mucho menos gustar.

—Ya quisieras, la verdad fue porque me iba a comer una putiada por parte de la directoria y no estaba para sus pelotudeces.— respondo simple.

Él le da unas caladas al cigarro mientras me observa, la verdad que esos ojos azules mirando fijo te intimidan banda.

—¿Querés?— pregunta mostrándome el cigarrillo.— A no, para, seguro que vos pegas cosas más fuertes.— habla de nuevo, cagándola como siempre.

La puta madre no se puede estar bien con éste wacho que siempre mete la pata.

—Cerra el orto.— digo, agarrando el cigarro restándole importancia.

Le doy varias caladas a éste para bajar los nervios.

—¿Te puedo hacer una pregunta?— cuestiona, ahí va de nuevo Oliva. Seguramente para arruinar todo como de costumbre.

Asiento, mirándolo confuso, la verdad prefería que me diga lo que me tenga que decir sin rodeos.

—¿Por qué te jode tanto lo de las pastillas?—

Acerté, debería ser vidente. Pensé.

—No es de tu incumbencia.— respondo cortante.

—¿Dónde las compras?— pregunta.

¿na, era posta? Había hecho todo esto para sacarme información que hijo de puta.

—Sos un careta.— respondo devolviéndole el cigarro. Mientras que me levanto del piso.— Si tanto querías preguntarme eso no hubieses hecho todo este circo.

Digo por último para después empezar a caminar.

—¡No, Manuel!, no es por eso.— habla frenandome con su mano.

—Ajam, y ¿por qué sino?— cuestiono mirándolo.

—Porque me preocupas.— responde el ojiazul mirando al suelo, dejándome totalmente desconcertado.

—Valentín, ¿te sentís bien?— preguntó algo extrañado, capaz le pico algo que se yo.

Éste ríe por mi comentario y me mira.

—No, gil, solo quiero saber que te pasa.— habla mirándome una vez más con esos encandilantes ojos.

Suspiró, mientras agacho la mirada.

—Las pastillas no son para mi, son para mi viejo.— digo cortante.— Él está enfermo y nada las tiene que tomar, sino se muere. Y la posta me pone re mal por lo que está pasando y que se burlen sin saber me re jode. — digo tímido.— No soy de tocar este tema, por eso nadie sabe.

Me costaba hablar del tema, a casi nadie se lo había contado de la escuela, solamente a Mateo. Era algo que me hacia mal, me destrozaba, era tocar mi punto débil y al no saber expresarme correctamente y no confiar en nadie se me hacia imposible decirlo.

Él ojiazul solamente asintió con algo de pena. Odio que me miren con pena.

—Pero bueno, la vida es así. Supongo.— digo con una sonrisa de costado.

—Te entiendo.— habla bajando la mirada.— Mi vieja esta internada por cáncer.— dijo con la voz entrecortada.— Perdón, fui un gil y me burle de vos, cuando ni sabia lo que te pasaba.

Habla triste, la verdad nunca había visto a Valentín de esa manera. Él siempre era energía y positividad, verlo en ese estado me ponía un poco mal.

—Tranqui, no pasa nada. No sabias.— hablo tranquilizandolo, su mirada vuelve a encontrarse con la mía.

Éste se abalanza sobre mí dándome un cálido y tierno abrazo.

—•—

Hora de arrepentimientos 😔✌

F

Al fin los trolos avanzan(?

no sé ¿cómo los trata la vida? cuentenme q estoy al pe2

Perdón por actualizar tarde...

nada, Nos vimo gente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 20, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hαтє; ωσѕρℓιкDonde viven las historias. Descúbrelo ahora