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Al fin había llegó el tan anhelado día del baile de graduación. En la escuela habían accedido – gracias a influencias de Jonathan – a dar solo las clases de la mañana, para que así los estudiantes tuvieran tiempo de prepararse para su gran noche. No había estudiante que no estuviera emocionado por tal especial ocasión, a excepción de Jotaro, que se sentía como la mierda misma por la forma en la que había tratado al pelirrojo y se sentía aún peor sabiendo que de seguro había arruinado toda la ilusión que éste tenía por aquel evento.

Aún cuando Holly lo había obligado a ir a la escuela esa mañana, lo último que esperaba era encontrarse con el chico apenas llegar a la escuela. Cuando lo vio sintió como su corazón se rompía, ojos hinchados, ojeras y tez demasiado pálida, ni siquiera cuando el pelirrojo tuvo el accidente lo vio tan destruido como la acababa de ver. Ambos estaban separados por unos cuantos metros mientras mantenían contacto visual, Jotaro sentía una necesidad casi dolorosa de ir a abrazarlo y prometerle que todo iba a estar bien y que dejaría de ser un imbécil, pero ¡oh sorpresa!, su estúpido orgullo no se lo permitía. Bajo la visera de su gorra y se fue de aquel incómodo pasillo para dirigirse a la azotea.

Se sentía ansioso, furioso y decepcionado consigo mismo, tanto así que Star Platinum acabo materializándose y destrozando una de las bonitas materas que había en la azotea. Saco su caja de cigarrillos y encendió uno tratando de calmarse para no acabar destrozando la propiedad de la escuela, sin embargo la nicotina no estaba funcionando y en lugar de eso lo hizo sentirse peor al recordar que le había prometido al mas bajo dejar aquel mal hábito. Caminaba por el lugar en otro intento desesperado de calmarse mientras el cigarrillo se consumía por si solo en su mano. 

"si Noriaki estuviera aquí ya me habría calmado" pensó, extrañaba demasiado la presencia del ojivioleta. Kakyoin era una parte muy importante en su vida como para perderlo por no saber expresar sus verdaderos sentimientos. El pelinegro tenia muy en claro que debía disculparse con el contrario, pero de pronto muchas preguntas surgieron en su cabeza "¿cómo debo disculparme?" "¿debería comprarle algo y dárselo mientras le pido perdón?" "¿en verdad seré capaz de disculparme?" pero la mas importante y que mas le atormentaba era "¿Kakyoin me perdonara luego de la forma en la que me comporte?".  Debía idear un plan para disculparse, y este plan debía ser perfecto.

Estuvo toda la mañana ideando su plan, ya sabia que hacer y decir, cuando y como hacerlo. Sin embargo había algo para lo que necesitaba una pequeña ayuda y estaba seguro de que todos sus amigos se negarían a brindársela por estar enojados con el, por lo que debía recurrir a una persona que no le importaran los asuntos de los demás para esta tarea. En el momento en que vio que ya varios alumnos habían salido de la escuela, corrió por los pasillos hasta llegar al aula de artes rogando internamente que aquella persona que buscaba estuviera ahí. 

- Rohan Kishibe -  llamo en el momento en que abrió la puerta y vio al susodicho en el aula - necesito que me hagas un favor –

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Kakyoin se encontraba en la habitación de la de mechones rubios mientras esta trataba de elegirle algo de vestir entre las opciones que había traído su novio. Faltaban sólo un par de horas para que anocheciera y el baile de graduación diera comienzo.

– Jolyne, cualquiera está bien para mi – aseguró el pelirrojo al ver que la chica aún no se decidía por un conjunto para el

– cualquiera no está bien – dijo ella – debes verte perfecto está noche – después de tanto observar ambos trajes, escogió unas cuantas prendas – este conjunto te hará resaltar perfectamente – se lo entrego –puedes ir y probartelo en el baño, mientras yo me pongo mi vestido – ordenó con una sonrisa mientras sacaba al mayor de la habitación.

Prom Night [Jotakak]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora