Capítulo 3: Una agradable visita.

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        Cuando aparco el coche y entro en mi casa enseguida me llega un agradable olor a cordero al horno, cosa que hace mi madre en las ocasiones especiales.

- Hola mamá. - digo mientras le beso la mejilla.

- Tenemos visita. 

        Echa un vistazo al cordero para evitar que se haga demasiado y me mira.

- Ha venido el jefe de tu padre, así que sé agradable.

- Yo siempre soy agradable mamá. - le digo con voz infantil.

- Ha venido con su mujer y su hija, así que no quiero que le hables ni le ofrezcas cosas indecentes.

- Bueno, eso depende de si está buena o no.

        Tras recibir una mirada fulminante de mi madre cojo los vasos para llevarlos a la mesa. Cuando abro la puerta del comedor mi padre está hablando animadamente con sun jefe y su esposa.

- Este es mi hijo Austin. - dice presentándome. - Austin, ellos son Fred y Elizabeth.

        Le estrecho la mano a ambos.

- Es un placer conocerte Austin, tu padre me ha dicho que eres una promesa del fútbol americano.

        Ya está mi padre pavoneándose de mis habilidades deportivas.

- Creo que nuestra hija se alegrará de conocerte. Está en el salón. - dice Elizabeth señalándome a dirección.

- Gracias, pero ya sé donde está el salón, vivo aquí. - le respondo mientras salgo del comedor para buscar a la chica.

- Es un cachondo, ¿no creen? - dice mi padre intentando solucionar lo borde  que he sido.

        Cuando entro en el salón la chica está curioseando alrededor del piano. Toca una tecla y se sienta en la banqueta frente a él.

        No puede ser, es ella, es Amanda.

- ¿Me persigues? - le pregunto sorprendiéndola.

- ¿Tú? ¿Que ha-haces aquí? - dice mientras se coloca bien las gafas.

- ¿Tartamudeas con mucha frecuencia? 

        Me acerco a ella y veo como desvía su mirada para no mirarme.

- Sólo con gente desconocida. 

- ¿Me consideras un desconocido? - le pregunto mientras me llevo una mano al pecho. - Eso me ha dolido.

        Noto como sinríe un poco y me hago hueco a su lado.

- ¿Sabes tocar? - me pregunta mientras me mira por fin.

- Hace tiempo que no toco, pero puedo tocar para tí.

        Empiezo tocando la Sonata No. 11 In A Major. Mis dedos se desplazan ágiles sobre las teclas dejándola con la boca abierta.

- Hijo... 

        Mi madre se queda sorprendida al ver toco el piano después de tanto tiempo. Entre las fiestas, las chicas y los entrenamientos de fútbol no le he prestado ninguna atención.

- La comida ya está lista, a comer.

        Paro y Amanda me aplaude mientras se levanta.

- Tocas muy bien. 

- Hay algo que se me da muchísimo mejor. - le digo mientras sonrío.

        Enseguida se ruboriza y agiliza su paso hacia el comedor.

- Eres muy malpensada, te iba a decir el fútbol.

        Río a carcajadas haciendo que se sonroje más y desaparezca de mi vista.

        Cierro el piano y ayudo a mi madre a colocar algunas cosas más en la mesa. Me siento al lado de Amanda recibiendo una mirada de desagrado por su parte.

- Se que te gusto White. - le digo al oído mientras le chupo el lóbulo.

        Noto como sus pulsaciones aumentan bajo mi lengua. Me separo de ella dejándola traspuesta.

- Si quieres más ya sabes dónde estoy. 

        Sus mejilas se tiñen de rojo y baja la cabeza claramente incómoda.

- Os conoceis de antes, ¿no? - me pregunta su padre.

- Soy amigo de vuestro sobrino John.

- Hace tiempo que no lo vemos, anda liado con sus cosas. - dice Elizabeth.

- Si, sus cosas...

        Como tirarse a chicas aleatorias cada fin de semana.

        El resto de la comida Amanda tiene la mirada clavada en el plato si  apartarla ni un momento.

- Tocas muy bien el piano.

- Hacía tiempo que no lo tocaba pero vuestra hija me ha insistido.

        Paso mi brazo sobre sus hombros haciendo que los mueva en un intento fallido de que lo quite.

- Somos grandes amigos, ¿a que sí Amanda?

- Grandísimos. - responde con ironía.

- Eso es muy bueno. - dice su madre contenta.

- Y tanto.

        A las cinco se van prometiéndonos una barbacoa en su casa el fin de semana.

- ¿Tienes algo que hacer Austin? - me pregunta mi madre mientras subo las escaleras.

- He quedado con un compañero de clase para hacer un trabajo.

- ¿Lo conozco?

- No, es nuevo en el instituto.

        Entro en mi cuarto y cierro la puerta para que no me interrumpan.

        Condón listo, regalo listo, perfume listo y dientes limpios.


        


Idiota, te quiero. [Austin Mahone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora