Capítulo 1: Odio los Lunes.

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        Odio los lunes. Tras un merecido descanso durante el fin de semana el lunes te obliga a volver a la rutina, que ni de lejos es tan buena como la de los fines de semana. Fiestas, chicas, alcohol, salir con los amigos... Lo normal en un adolescente de diecisiete años que está a punto de pasar a la universidad.

- Cariño, ¿no vas a desayunar?

- No mamá, me paso por la cafetería antes de entrar.

        Le doy un beso en la mejilla y cojo las llaves del Toyota para ir al instituto. Tras aparcar el coche en una de las plazas más cercanas a la cafetería salgo y espero junto a la entrada a la escoria que tengo por amigos.

- Austin, idiota. - dice Henry mientras camina hacia mí.

- Hola gilipollas. - le choco el puño y entramos.

        Nada más entrar me rugen las tripas al oler las tortitas recién hechas.

- ¿Y los demás? - me pregunta mientras se pasa una mano por su pelo teñido.

- Ni idea, eres el primero que ha venido. - le contesto mientras me siento en una de las sillas.

- Pues yo no los voy a esperar, así que... ¡Camarera!

- No hace falta que grites para que nos atiendan. - le digo mientras río.

- Si, hace falta.

        Una chica morena aparece contoneandose detrás de la barra y a Henry enseguida le llama la atención.

- Hola preciosa, me puedes traer tortitas y café. - dice mientras sonríe.

- Claro. - lo apunta en su libreta y me mira.

        Tiene unos grandes ojos azules enmarcados por unas largas pestañas que acarician su párpado superior.

- ¿Vas a querer algo? - me pregunta mientras intenta no reírse.

        Aparto mis ojos de los suyos por un momento y cuando los vuelvo a mirar uno de ellos se cierra haciéndome un guiño.

- Yo... Voy a querer lo mismo. - agacho la cabeza mientras ella lo apunta para que no vea que me he sonrojado.

- Vale chicos, ahora os lo traigo. - sonríe por última vez y se marcha.

- Has visto lo buena que está. - dice Henry mirándola por detrás.

- Henry...

- Podría pedirle su número, ¿que te parece?

- Haz lo que quieras.

        La puerta se abre y Jhon y Thomas entran.

- Por fin venís mariconas. ¿Que estabais haciendo? - dice Henry mientras los mira.

- Jhon estaba echando a la tia con la que se lió anoche. - dice Thomas mientras se sienta a mi lado.

- La última vez que me llevo mis ligues a casa.

        La camarera de nombre desconocido vuelve para dejarnos nuestros pedidos y tomar el de Thomas y Jhon.

- Yo quiero una tortilla, una tostada y un zumo de naranja. - dice Thomas mientras sonríe.

- Vale cariño. ¿Y tú?

- Tortitas y café.

        Tras apuntarlo se va.

- ¿Cariño? - dice Henry mirando a Thomas sonprendido.

- Bueno, tengo novia chicos. - dice mientras sonríe y mira a la camarera.

- No me jodas Thomas. - dice Jhon enfadado. - Es demasida mujer para tí.

- Y que lo digas, ¿le das lo que necesita en la cama? - pregunta Henry descaradamente mientras se lleva un trozo de tortita a la boca.

- Soy un caballero, eso no se cuenta.

- ¿Cómo se llama?

        De dónde diablos ha salido esa pregunta.

- Bueno Austin, creía que te había comido la lengua el gato. Se llama Krysten.

- ¿Cuántos años tiene? - pregunto.

- Diecinueve.

- ¡¿Qué?! - exclamamos los tres a la vez.

- Que tiene diecinueve.

- Ya nos hemos enterado, pero no me creo de que esté contigo teniendo diecinueve años y estando así de...

- Chicos, las tortitas y la tortilla con el café y el zumo. - dice Krysten dejando todo en la mesa.

        Se va para atender a otras mesas mientras nos quedamos en silencio.

- Demuéstralo. - dice Jhon.

- ¿Que lo demuestre?

- Sí, yo que sé, ve a besarla o algo.

- Eso, eso. Yo no me lo creo. - dice Henry mientras sobre de su café.

- Vale chicos.

        Se levanta y camina hacia krysten, la cual está apoyada en la barra charlando con otra de las camareras. Thomas pasa uno de sus brazos por sus hombros mientras le dice algo en el oído. La chica con la que hablaba se va a atender a una pareja que la ha llamado y Thomas besa a Krysten mientras con una de sus manos la agarra por la nuca.

- Me cago en la puta... - susurra Henry a mi lado.

- Ya está, ya lo he visto todo. Thomas liga con chicas mayores que él, la chica no le pega al besarla...

        Thomas baja la mano que tenía en su nuca para agarrar su trasero a través de los vaqueros y con la otra mano agarra su mejila. Tomo mis tortitas y el café a toda prisa y me levanto.

- Voy a tomar un poco el aire chicos. Avisadme cuando la parejita acabe para poder irnos.

        Dejo dinero para pagar mi parte y salgo a la calle para respirar un poco de aire fresco. Ni siquiera sé por qué me importa el que una camarera que acabo de conocer sea novia de uno de mis amigos. Debería de alegrame por él y lo único que puedo pensar es en que no se la merece.

Idiota, te quiero. [Austin Mahone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora