Capítulo 31

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La mirada de TaeHyung se alzó al ver a ChaeWon asomarse por la puerta.

—Señor abogado, hay alguien que quiere verlo. ¿Le digo que pase?— preguntó esta y TaeHyung solo asintió lentamente. No se encontraba física y mentalmente para trabajar, pero debía hacerlo de todos modos.

Al ver cómo se asomaba la figura de San el rubio se tensó completamente, estaba esperando que la secretaria cerrase la puerta para solo preguntar.

—¿Qué haces aquí?

—Hola TaeHyung. Si, yo también me encuentro mal.— respondió el castaño y se sentó en uno de los sofás que estaban frente a su escritorio.

—Ve al grano.— dijo TaeHyung mirando los papeles que estaban frente a sus ojos sin siquiera mirarlo a los ojos.

—Me enteré de que discutiste con JungKook...

—Te contó EunBi.— supuso el rubio y soltó una carcajada sin humor.

—Da exactamente igual quien me lo haya contado, solo venía a decirte algo y me iba.— dijo intentando no molestarse y se acercó a su escritorio tomando los papeles que tenía TaeHyung entre sus manos bruscamente haciendo que este apretara la mandíbula.— No estoy jugando, TaeHyung. Esto se trata de JungKook, y está en peligro.

—Bastante en peligro sí está cerca tuyo, así que vete de nuestras vidas.

—No te daré ese gusto, TaeHyung.— respondió San y el rubio relamió sus labios.— Porque hay cosas más importantes que ahora debemos atender. Y es seguir buscando el collar.

—JieUn y JungKook se están encargando de eso.— dijo TaeHyung y San chasqueó la lengua enojado.

—JieUn ya no puede entrar más al otro plano, llegó demasiado débil la última vez. ¿Te enteraste de que la pobre no podía mantenerse parada?

—Parece que te gusta.

—¡Ya TaeHyung! ¿Te importa JungKook?— y al ver qué TaeHyung asentía este suspiró.— Entonces tenemos otra misión nosotros.

—¿Y yo cuando acepté trabajar contigo?— preguntó TaeHyung y San no movió ningún músculo del rostro.— Bien. Habla de una maldita vez.

—Buscaremos un velo.— respondió San y TaeHyung alzó una ceja.— Y la verdad es que no sé cómo lo haremos, pero si EunBi nos da los requisitos, algún velo nos puede ayudar.

—Está bien.— murmuró el rubio y San les devolvió los papeles.— ¿Cuándo comenzaremos a trabajar?

—Cuando EunBi lo descubra, ya está investigando.— dijo San y hubo un silencio incómodo, haciendo que TaeHyung volviera a ver sus papeles.— Sé porque pelearon, y realmente no lo dije para incomodar su matrimonio... jamás haría eso.— y al escuchar la risa de TaeHyung, tragó saliva.— Mucho menos como para que estén distanciados, lo dije para desahogarme porque me estaba ahogando en mis pensamientos. Así que por favor, rezaré que ustedes no se tomen un tiempo por mis sentimientos no correspondidos.

—Eso no pasará.— dijo TaeHyung.— No te daré el gusto de aprovecharte.

—No es eso, lo digo porque sé que a la única persona a la cuál JungKook le gustaría aferrarse cuando está en peligro, es a ti.— entonces San tomó el picaporte y chasqueó la lengua para luego decir, pero se tomó un momento para fruncir el ceño cuándo sintió otra vez aquél tirón invisible.— Y si, TaeHyung, deseo tanto enamorarme de otra persona. Así que sí JieUn, como tu dices, llega a ser la indicada, me debes un soju.

𝗢𝗵! 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗠𝗘 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora