- Prometeme que cuando regrese seguiremos juntos - súplica el chico.
- Lo prometo. - comenta la chica y cierra los ojos tratando de no llorar.
"Donde dos mejores amigos se separan por la meta de cumplir sus sueños.
Nadie sabe lo que le prepara el d...
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Ya se han cumplido cinco días aquí en Londres. Ayer en la tarde acompañé a mis padres a comprar algunas cosas para poder remodelar la casa. Quiero cambiar el color y algunas cosas de mi habitación.
Hoy empezaré. Me levanté de mi cama y fui al baño a darme una ducha rápida, me puse un pants gris y una playera blanca que era de mi hermano hace un año.
Mi cabello lo amarre en una coleta alta y me puse unos tenis blanco, como hoy voy a remodelar mi cuarto decidí no arreglarme.
Salí de mi habitación y me dirigí a las escaleras, para después bajar. Vi algunos nuevos muebles de los que compramos ayer, en la estancia.
Escuche unas risas que provenían de la cocina, caminé hacia ella, y me encontré a mi hermano hablando con mis padres.
— Buenos días. — sus miradas se posan en mi y me dedican una sonrisa.
Mi hermano mira mi vestimenta.— Vaya hoy la princesa no quiso arreglarse.— su tono burlón logró una mirada de molestia por mi parte.— ¿Que esa no era mi camisa?
Charles apunta la playera blanca que me queda grande. Sonrío algo victoriosa.— Tu mismo lo dijiste, era tuya. Ahora es mía.
Tomó asiento enfrente del mesón, mientras escucho una risa por parte de mi padre.
— Ten mi niña. — mi mamá deja un plato de fruta y un vaso de jugo de naranja.— Necesitarás energía para remodelar tu cuarto.— Pasa su mano por mi cabello acariciándolo.
Yo comienzo a comer mi desayuno.
Tomó mi teléfono en mano y comienzo a descargar algunas aplicaciones de red social.
Antes de volver a Londres decidí cerrar mis redes sociales para dejar mi vida atrás. Tuve una etapa muy fuerte en San Francisco de la cual quiero dejar y cambiar.
Entre a Instagram y cree una nueva cuenta, al igual que en facebook, twitter, y snapchat.
Mi padre aclara su garganta, llamando nuestra atención. El dejá su libro a un lado y nos mira. — Por cierto, en la tarde vendrán Tom y los chicos, se ofrecieron a ayudar con la remodelación.
Meto el último pedazo de fruta a mi boca, y asiento. — Genial.— me levanto de mi asiento y dejó mi plato y vaso en el fregadero.
