Capítulo 38.

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—Prepara más infusión de flor nocturna —Sigurd, el líder de la comarca recorría el pequeño e improvisado campamento que el aquelarre montó, con el fin de proteger y cuidar de los heridos

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—Prepara más infusión de flor nocturna —Sigurd, el líder de la comarca recorría el pequeño e improvisado campamento que el aquelarre montó, con el fin de proteger y cuidar de los heridos.

Minutos atrás, su gente apoyó la moción de salvar al prometido de Loki, quien, claramente necesitaba una mano en la dura batalla que libraba.

Sigurd, con ayuda de las brujas más sabias de la comarca, limpió y vendó la herida de cada joven aprendiz de brujo que conjuró un hechizo de licantropía para combatir contra los elfos oscuros que ansiaban hacerse con el cuerpo del famoso midgardiano caído.

Mal heridos, cinco de sus mejores aprendices reposaban junto a Tony Stark, quien, por desgracia, se había llevado la peor parte.

Sus heridas eran profundas. Detener el sangrado fue solo el inicio de un reto mayor.

Sigurd podía imaginar el enorme dolor con el que Loki estaría lidiando. El hechizo de Odín era convenientemente indulgente, y, viniendo del hombre que encadenó a su hijo contra un árbol por más de una década, ya era decir mucho.

Tony poseía la resistencia física de su prometido, aquello lo mantenía con vida, pero, no era una garantía.

╰☆╮

—Hermano —bramó Loki en medio de la batalla. Los tres guerreros peleaban fervientemente por Asgard y el futuro Rey.

Thor se dejó caer de rodillas, agotado como un anciano que apenas puede sostenerse sobre sus pies. Sangre y lodo cubrían el rostro de quien hacia su mejor esfuerzo por ser digno de gobernar a su pueblo. Loki se acercó lo suficiente para hacerle saber que se encontraba ahí, a su lado, y que siempre lo estaría a pesar de cuan estúpido para gobernar —incluso su propia vida— podía considerarlo.

Un invasor probó suerte, intentando atacar a Loki mientras este se ocupaba de su hermano, pero no obtuvo más que un misil por parte de JARVIS, quien era el encargado de hacer uso de las municiones en su armadura.

Fandral abordó al travieso con un plan.

—Necesitamos toda la ayuda con la que podamos contar, ¿puedes recuperar tus poderes? —inquirió el guerrero, no sin antes ayudar a Thor a sostenerse. El futuro Rey se tambaleó contra el costado de su amigo.

—¿Crees que estaría dentro de esta lata si los tuviera? —soltó Loki de manera hostil. Luego, le lanzó una mirada al Hechicero Supremo inconsciente—. Strange es el único que sabe dónde se encuentran.

—¿No puedes hacer que Amora te los regrese? Ella puede ser de mucha más ayuda para nosotros en este momento, más que como tu mercenaria de romances.

—Cierra la boca, Fandral —soltó Loki irritado.

El guerrero no tuvo otra opción, más que encargarse de acabar con una nueva oleada de elfos que se precipitaban desde el bosque con sus armas en las manos.

Asilo Sideral [IronFrost]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora