◆ 1 ◆

7.7K 509 738
                                    

Su silueta lo acompañaba donde sea que mirara, como una sombra aferrada a sus ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Su silueta lo acompañaba donde sea que mirara, como una sombra aferrada a sus ojos. La habitación era helada, empeoraba el estado de sus manos frías. Le dolía. 

La silueta seguía ahí. 

Era delgada, un intento de forma irregular buscando imitar las acciones de un ser humano, desplazándose de lado a lado, y haciéndole creer que la sala era más profunda de lo que era. Se sentaba en sillones que no estaban ahí. Bebía de tazones que no existían. Bailaba en salones nacidos de la nada. 

Pero le reconfortaba. 

Durante esa hora que pasó ahí recostado, incapaz de decir palabra alguna, respirando por los rotos labios resecos y temblando en la agonía del agudo dolor intolerante desintegrando su cabeza, aquella sombra, tan molesta como incoherente, le dio calma. 

Acompañó su soledad e hizo de su dolor tolerable, le distrajo, le mimó la memoria. 

Yoongi emitió un sonido seco desde la garganta, esforzándose solo porque escuchó el eco de un par de pasos al otro lado de la puerta cerrada. Lo escuchó detrás de la máquina marcando los latidos de su corazón y el viento golpeando las ventanas cubiertas. 

Un minuto más tarde apareció una mujer. Dos hombres venían detrás de ella, mirando el interior de la habitación con expresiones confusas. Una mezcla amarga entre la indignación y la incredulidad. La pelinegra desapareció luego de comentar algo. Yoongi no escuchó qué. No entendió qué. "Vuelve", quiso decir. Intentó mover las manos de nuevo, pero igual que al principio, las esposas aprisionando sus muñecas resonaron en las paredes blancas. 

Los hombres le volvieron a mirar, comenzando una discusión baja entre ellos, palabras que intentaban ser reprimidas. No obstante, el debate se detuvo en cuanto un tercer individuo apareció. Más alto que ellos, de barba recién afeitada y ojos verdes marcados por el cansancio de la vejez. Una cicatriz de años se notaba en su mandíbula, cerca del comienzo de su cabello negro, gastado con algunas canas sobre las orejas. 

El sujeto avanzó al interior de la habitación y lo miró de pies a cabeza, pasándose la mano por la boca. Se giró a mirar al resto, diciéndoles algo. Yoongi pasó saliva por su garganta, mirando alrededor de la habitación otra vez, buscando la delgada sombra. 

Ven, ternura mía. Búscame en el farol, ese que brilla en el bosque.

—¿No ha respondido nada en absoluto?

Yoongi alzó el mentón cuando logró escuchar con claridad la voz ronca y pesada. Traía el tono de un líder, por completo diferente a la resentida de los otros dos. Mucho menos confusa que antes. Ahora, era como si pudiera entenderles el idioma. 

—Las esposas... —murmuró Yoongi, levantando las manos otra vez, haciéndolas sonar. Todos le dirigieron la mirada, sorprendidos—. ¿Por qué estoy...? Por qué estoy enc...adenado...

Traidores del Legado || YM || ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora