Ya en mi cuarto, entré a la regadera casi con la ropa puesta todavía. No me di un baño tan apresurado. Al contrario, dejé que el agua me cubriera por algunos minutos. El agua salía caliente, Era mediodía y los tinacos tenían el sol encima. Eso ayudó un poco a revivirme. Me vestía, y tomé una cajita de leche de sabor "cookies and cream" que, por cierto, casi vomito. Porque además de tener resaca, también tengo cierta intolerancia a la lactosa, así ha sido mucho tiempo, tomo un poco y la garganta se siente como si algo fuera a subir por ella; y si a eso se le suma una noche de beber alcohol, no era buena idea. Pero necesitaba comer algo, y de preferencia algo con azúcar para no dormir.
El teléfono se estaba cargando cuando lo pude encender finalmente. Activé el Wi-Fi, y me di cuenta de que mi amiga me dijo que al ser día feriado podía dármelo. Que igual y así aprovechaba para estar más tiempo con C. Maldición. Me quería dar de topes con la pared, podía haberme quedado por lo menos a desayunar o repetir un poco – no lo sé, algo, algo más – pero me tuve que venir a la carrera – sí, en ambos sentidos – aunque fuera esperar a que se fuera. En fin, ya estaba en mi cuarto y sólo seguía irme al trabajo.
Pasé por un puesto de tortas y compré una con lago de picante sólo porque mi amiga me lo dijo como un consejo para la resaca. También un suero para recuperar líquidos. Llegué a la tienda y me quedé el horario corrido para recuperar las horas perdidas de la mañana. Daba igual, ya había almorzado mi cajita de leche, y recién me había comido mi torta. En el cuarto no tendría mucho quehacer por lo que no me parecía una idea tan mala. Pude hacer un poco de limpieza, así como trabajar en la novela que tenía casi cuatro meses tratando de terminar. Por cierto, no la terminé hasta unas tres semanas después.
Hablé con algunos de mis amigos sobre lo ocurrido. Una de ellas, me preguntó por qué le había comprado la torta a su tío y no a ella o a su hermano que también venden exactamente la misma marca. Otro me dijo que le daba gusto saber que me gustaba darle sabor a la vida. Y mi amiga dueña de la tienda, me dijo que si lo volvería a ver. Honestamente, no. No porque me cayera mal, porque soy una reina del drama y me haya ofendido ni nada por el estilo. Sino porque, todo fue tan lindo, que así me gustaría dejarlo.
Pienso que lo que hicimos fue tan efímero como hermoso – por decirlo de una manera muy teatral –. Fue rápido y con mucho sabor, y no creo que se vuelva a repetir. Igual con la situación de morbo y de lujuria, esa intriga y juego debajo de la mesa, no sé si pueda ser algo que vea nuevamente. Al menos no con él. Además, no creo que él quiera repetir, a pesar de que me dijo que en otra ocasión vendría, no va a ser lo mismo, no sentiré lo mismo o simplemente, no va a ocurrir. Pero, no me arrepiento de que sucediera. Me siento como una persona con más vitalidad, me siento alegre de contarlo, de poder decir que tomé la oportunidad sin pensar en el día siguiente.
Creo que a veces no debemos de ver hacia adelante, sino descansar un momento del bullicio de la vida, y pensar en gozar lo que se tiene hasta este momento. En verdad fue hermoso lo que hicimos esa noche. Es un episodio que se queda congelado en mi vida, que se queda intacto y que no se repite. Eso mismo le da belleza, lo vuelve sublime. Porque es difícil que se repita, y si pasara, muy probablemente arruinaría lo ya vivido. Quiero seguir conociendo personas. Quiero seguir teniendo sexo con ellos, enamorarme una noche y olvidar rápidamente. Que mi corazón pueda apartarse, y dejar de sentir tanto. Quiero seguir viviendo así, sí, pero no quiero que me lastimen y no voy a lastimar a nadie.
Lo que sentí fue bastante placentero, y así se quedará. Y sólo así lo recordaré, no será el principio de una historia de amor, ni el primer capítulo de una novela. Es, una historia con esencia propia y nada más. Si por alguna circunstancia muy ajena a mí volviera a ver a C, puede que sienta lo mismo que aquella vez, pero mi corazón no va a esperar por él. Quisiera que no esperara por nadie, pero que a cualquiera pudiera darle afecto, y compartir nuestros cuerpos como tan bien puede ser. No estoy enamorado, estoy feliz de conocer hombres, estoy contento de que la vida me presenta momentos específicos para sentir chispas.
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Relato - Chispas
Teen FictionDías antes de que la cuarentena comenzara en México, un amigo me invitó a su casa, a conocer a un amigo suyo que venía de la capital. El relato, narra lo ocurrido aquella noche, y las emociones y sensaciones que tuve al vivir por última vez el conta...