<<es solo una simple reunión, nada malo va a pasar>> intenta convencerse Lina mientras se
termina de arreglar delante de su espejo, hoy va a conocer a los amigos de su novio, se pone uno
de los jeans más apretos que tiene en su armario. Las grandes caderas, las piernas gruesas y senos exuberantes habían sido parte de ella desde que había entrado a la pubertad.No era delgada en absoluto.
Esa noche iba a ser presentada ante los amigos y parejas de algunos, pues no todos tenían pareja.
Debía estar presentable.
Christopher estaba caminando de un lado a otro en el pavimento frente a la casa de Lina, tenía un poco de miedo que Lina se sintiera presionada ante la presencia de sus amigos y algunas de sus parejas. Había estado fuera de la casa de la muchacha desde hace más de veinte minutos esperando que sus impuntuales amigos llegaran.
Todo había estado fríamente planeado cuando se habían enterado que los padres de Lina saldrían de la ciudad de Miami por unos días, y también se habían quedado sus amigos en la ciudad y no se habían ido a sus respectivos países, como siempre lo hacían, era la oportunidad perfecta para que todos sus amigos conocieran a Lina.
Aunque tenía miedo que Crista, la pareja de Richard, la hiciera
sentir menos (como hacía con todas las personas que conocía) le tenía más fe a Cande, la pareja de Zabdiel. Los únicos que vendrían solos esta noche serian Joel y Erick.
Christopher mira la casa de color Celeste de Lina y se acerca, cuando toca la puerta pasa un poco de tiempo hasta que Lina abre la puerta. Ella le regala una sonrisa resplandeciente mientras él la toma de las caderas y la acerca a su cuerpo para darle un beso tierno en los labios.- hoy estas más preciosa que de lo normal. – ella quiere responder que siempre está así, pero no puede negar que se ha esmerado en verse bien, pues si su madre estaría por ahí, la habría obligado a ponerse un jean más ancho para que no se vea tan grande el culo, o la hubiera criticado por su polera escotada que deja ver mucho de sus redondeados y grandes pechos.
- tú también estas muy guapo. – lo halaga y hace que pase dentro de la casa.
Pocas habían sido las veces que Christopher había entrado a su casa, en todas ellas, había entrado de puntillas (como ayer) para que sus padres no se enterasen que él estaba ahí. Está por demás decir que sus padres no aceptan a ningún muchacho para Lina, siendo de una familia conservadora donde su padre había dejado el sacerdoticio por su madre, y donde ella había crecido con una biblia en mano. Ellos pensaban que su única hija llegaría virgen al matrimonio. Pero sus planes de tener una hija virgen y un yerno sin ningún tipo de tatuaje fueron saboteados.
Todo su mundo había cambiado al conocer a un muchacho lleno de tatuajes y que tenía un sueño
de cantar en escenarios grandes para miles de personas.Si se enteraban que él le había quitado la virginidad, ella estaría camino a un convento y él sería demandado por meterse con una menor de edad. Aunque eso cambie en poco tiempo.
- ¿Qué haremos esta noche? Estoy nerviosa por hacer algo mal. – ella le sonríe con nerviosismo.
- Siempre haces todo bien, diferencias entre ay, ahí, y hay. Y eso ya es perfección para mí. – Lina carcajea ante el ejemplo que Christopher le da.
Él quería ponerse de ejemplo, un ejemplo claro que ella lo había cambiado de ser un mujeriego a
hombre de una sola mujer. Pero no lo había hecho, porque no había cambiado por completo, lo
único que ella no sabía era del fetiche que él tiene. Pero puede hablarle de eso luego.La abraza de nuevo por las caderas y ella oculta su rostro en el cuello de él, inhalando el aroma de una cara colonia y queriendo volver a marcarlo como lo había hecho la última vez que tuvieron un encuentro sexual fuerte, pero en vez de eso le da un casto beso en el cuello. Dejando de lado su impulso
de marcarlo como “suyo” a la vista de los tardones visitantes.
