2 días después
Había llegado de su viaje a Roma, su chofer aparco frente a la Casa de Moda donde salió Aida. Con algo de nerviosismo encima, Pietro le abrió la puerta del auto y al salir se dirigió a ella
— ¿Tienes algo que decirme?, porque te conozco y sé que hiciste algo que no me va agradar —le espeto entrando a su empresa dirigiéndose a su oficina esperando una respuesta
Aida vio la cara de Edda y sabía que se iba a meter en problema, por lo que había hecho. —Respirando hondo al fin le confeso.
—Antes de que llegara, vino una joven, yo le dije que tu no estabas pero al parecer es muy lista, porque me aseguro de que llegabas hoy y me insistió tanto de que quería hablar contigo. Que la deje pasar y ahora está en tu oficina esperándote
—Sabes perfectamente que no me gusta que entre personas en mi oficina que yo no autorice, esa es una de la regla que te establecí el día que te contrate. Y si no te despido ahora mismo, es porque llevas trabajando para mi mucho tiempo; pero que no se te olvide que yo no doy segundas oportunidades —Dijo amenazante,
—No volverá a pasar Edda—le aseguro con la cabeza gacha
Edda fue a su oficina y al abrir la puerta se encontró a su intrusa con ropa de uniforme de colegio, admirando sus diseños absorta de que ella había llegado. Y por un momento vinieron recuerdos a su mente que rápidamente desecho. La joven se dio dé cuenta de su presencia y girándose, sonrió abiertamente al ver a la persona que más admiraba en todo el mundo
— ¿Quién eres tú y que haces aquí? —le pregunto caminando hacia ella con un aura de superioridad
—Ciao, me llamo Chiara soy tu más grande admiradora, así que como supe que hoy llegabas de tu viaje decidí venir a tu empresa a conocerte y a mostrarte mis bocetos. Porque quiero llegar a ser una gran diseñadora como tú — le exclamo entusiasmada buscando su block de dibujos en su bolso
Observo a la joven detenidamente, era alta para la edad que debía tener, con ojos color esmeralda igual de los de ella; con pecas en la cara y su cabello negro algo revuelto atado a una cola de caballo
—Mira niña, ¿no deberías estar en el colegio Ahora mismo? Estoy muy ocupada y no tengo tiempo para atenderte, así que vete a tu casa. —le declaro sin ninguna crudeza en sus palabras
—Al salir de él me escape y vine a verte. Para mí es muy importante que me des tu opinión, — Dándole el block, que Edda tomo de mala gana fastidiada por la insistencia,
Al abrirlo se quedó impresionada sus bocetos eran muy buenos para su corta edad. Pero ella no lo iba admitir,
Algo capto la atención de chiara en ese momento y fue el diseño que el maniquí tenía puesto casi terminado. Quedando impresionada, era un vestido muy hermoso, tocando la suavidad de la tela cuando se tropezó arrancando parte del diseño al caer al piso.
Todo fue muy rápido tenía la parte superior del vestido en sus manos y lágrimas brotaron de sus ojos
— ¡Que hiciste mocosa ¡—exclamo airada, tirando el block levantándola con brusquedad —¿Sabes cuantos días me llevo hacerlo para que tú lo arruinaras. —sacudiéndola bruscamente fuera de sí que chiara se asustó y comenzó a llorar.
Aida al escuchar los gritos y sollozos entro a la oficina encontrándose con la escena
— ¡Ya déjala Edda, no ves que está asustada! —Intervino quitándole a la chica de sus manos
— ¡Mira lo que hizo! Todo esto es tú culpa, si no fueras dejado entrar a esta mocosa nada de esto fuero sucedido. Incluso ahora mismo podría despedirte por tu negligencia.
—Yo...lo siento — Chiara fue hasta ella tratando de disculparse pero Edda la miro con enojo dándole la espalda.
—Llama a tus padres y dile que te vengan a buscar — Dijo al fin Edda sin mirarla
—Toma llámalos —Musito Aida dándole su teléfono móvil a chiara
Aida se llevó a chiara de la vista de Edda y a los pocos minutos abrieron la puerta y al girarse Edda se encontró con la mirada de Dante Santoro
—No tenías ningún derecho de maltratar a mi hija ni física ni emocionalmente —Espeto amenazante
—Lo que me faltaba, a ver soportado al padre y ahora a la hija, Mire Signore, su hija entro a mi oficina sin mi permiso, y arruino un diseño por el que estuve trabajando por muchos días. Lo que yo le haya hecho no se compara con lo que ella hizo
—Tienes razón, pero Chiara siempre tuvo la ilusión de conocerla en persona y mostrarle sus bocetos. Pero se equivocó al pensar que una persona como usted lo apreciaría; si no queda duda de porque te la llama la Reina de Hielo — El tono de Dante Por lo general era amable, pero en esos momento solo había ira
—A mí me vale las ilusiones de esa chiquilla, y mantenla a raya de mi empresa y de mi persona. Si no la próxima vez no respondo — Advirtió sin dejar de mirarlo
Dante fue hasta ella tirando de ella con fiereza mirándola de frente
—Voy a mantener alejada a mi hija de tu empresa, pero le llegas a poner las manos encima de nuevo y créeme que me vas a conocer quien es Dante Santoro
"Más de lo que te conozco" pensó ella para si
Edda lo miro a los ojos desafiantes y sonriendo sarcásticamente se zafo bruscamente de él, caminado al otro lado de la habitación.
—Muy bien entonces es un trato Signore Santoro.
Al mismo tiempo que entraba Chiara con los ojos rojos de lo que había llorado. Agarrando a su papa del brazo para que se fueran y con la cabeza en alto le expreso.
—Perdóneme los daño que ocasione Signora Greco, no volveré a molestarla, ni a verme —saliendo de su estudio con la cabeza bien alta, pero con sus ilusiones rotas
Edda no le afecto en lo absoluto aquellas palabras de esa mocosa, llamo a Aida para que se hiciera cargo de lo demás. Dándose de cuenta que tenía el brazo izquierdo rojo, donde ese hombre la había agarrado y lo maldijo. Haciendo evocar recuerdos horrorosos a su mente, su cuerpo lleno de moretones y golpes que casi la habían matado; privándola de alguna vez volver a ser madre. Tal Vez fue mejor así, Jamás sería una buena madre para ningún niño, nunca podría darle ese amor, porque ese sentimiento ya no existía en su vida.
YOU ARE READING
Cicatrices Del Alma
RomanceEn un pueblo remoto de Florencia Italia había vivido Giada, una joven inocente que tuvo la desgracia que sus papas murieran en un accidente automovilístico dejándola al cuidado de sus tiranos tíos. Que solo les interesaba el dinero, vendiéndola al...