Todo estaba preparado pamela había pasado todo el día organizando con Prudenzia los preparativos para la cena de esa noche. Algunas veces viendo la puerta del estudio de su hermana, después de la discusión se había encerrado allí pidiendo no ser molestada, ni siquiera había salido almorzar. Subió a su habitación a darse una ducha poniéndose el vestido más provocativo que tenía, realmente quería impresionar a Dante y que todo fuera perfecto; ya era casi la hora, al bajar todo estaba preparado y Edda seguía sin salir de su estudio.
Iba a tocar cuando sonó el timbre y una de las empleadas fue abrir dejando a la vista a Dante con un ramo de rosas y una botella de vino tinto en sus manos, fue hasta el plantándole un beso que los dejo a ambos sin aliento.
—Te ves hermosa Cara
—Grazie —Voy a ponerlas en agua, ya vuelvo
Dante vio como pamela desaparecía de su vista, cuando algo le llamo su atención, esa casa estaba llena de reconocimientos con el nombre de Edda Greco, sonriendo con ironía estaba en la casa de esa mujer sin haberlo sabido
Al instante apareció pamela con las flores en un florero sonriente y Dante no perdió la oportunidad de preguntarle con cara de pocos amigos
— ¿Por qué no me dijiste que Edda Greco era tu hermana pamela?
—No vi la necesidad —puso el florero encima de la chimenea y se acercó a el— sé que tú y ella ya se conocen Edda me lo conto, pero esta también es mi casa y tú puedes venir cuantas veces quiera.
— ¿Y dónde está? —pregunto serio dirigiéndose al comedor
—Está en su estudio y no creo que salga de allí —le reafirmo pamela sirviendo el vino en las copas entregándole una a el
—Brindo por nosotros —acercándose provocativamente que Dante no pudo evitar mirar el escote de ella, dándole un sorbo a su copa la acerco a él depositando un beso su cuello. La cual hizo que pamela emitiera un suspiro.
Ambos estaban absortos que no se dieron de cuenta que había un espectador que los miraba con ganas de matarlos.
—Si están tan calientes y ansiosos den por sentado la cena y váyanse a un hotel a bajar su calentura. Pero en mi casa no lo voy a permitir
Dante la miro con hostilidad esa mujer lo ponía del mar humor en cuanto la veía, tenía una apariencia tan sofisticada que a Dante le empezaba a molestar. Todo en ella tenía que ser tan perfecto, desde su manera de caminar, su postura, con su aire de altanería, lo único que no era perfecto en ella, era su forma de hablarle a las personas para pisotearlos.
—Edda, per favore ya que estas aquí, cenemos como tres personas adultas
Edda observo a su hermana fulminándola con la mirada, pasando a su lado se sentó en la mesa con ironía. Llamando a Prudenzia para que les sirviera la cena.
—Y ya que estamos los tres disfrutando de esta deliciosa cena que mi hermana preparo junto a Prudenzia, me gustaría preguntarle Signor Santoro ¿Ya mi hermana se abrió de piernas para usted O simplemente todavía no lo han hecho?, porque me gustaría cerciorarme que no hayan accidentes para no tener ningún parentesco con usted —Dándole un sorbo a su copa de vino.
— ¡Como te atreves Edda! ¿Acaso piensas que soy una mujerzuela?
—Estamos en el siglo XIX Signora y lo que tenemos pamela y yo es solo nuestro. No tenemos que hablar de nuestra intimidad con nadie y menos con una persona como tú que no debes saber absolutamente nada del tema. No creo que ningún hombre se excite con una mujer que debe ser como un tempano de hielo en la cama, "fría y rígida". —respondiendo con acidez en sus palabras
— ¡Como te atreves infeliz, a mí nadie me habla así! — tirándole el contenido de su copa en la cara a Dante.
—Oh...per Dio, basta los dos —pidió pamela molesta, esa cena debía de haber sido maravillosa pero sin embargos iba de mal en peor.
—Te quiero fuera de mi casa ¡YA! Y tú no te metas —refiriéndose a pamela
—Dante no se va, acaso n.... —No término la frase porque dante la interrumpió
—No te preocupes pamela, no pienso quedarme ni un minuto más en esta casa, ya sabes dónde está la mía, nos vemos mañana —Rebatió con frialdad mirando a Edda despidiéndose de pamela con un beso.
—Te acompaño a la puerta —tomando del brazo a Dante
Cuando iba a mitad del pasillo. Dante miro al jardín, la enorme piscina y el odio que comenzaba a sentir por Edda lo cegó girándose fue hasta ella. Quedando pamela consternada y confusa
Edda miro a Dante caminar así ella con la mirada centellante y cruzándose de brazos sonrió sarcástica
—Acaso quiere que le eche a mis pastores alemanes Signore,.... —sus palabras quedaron en el aire, fue levantada por las piernas quedando en el hombro de Dante
— ¡Bájame imbécil!, ¡Te digo que me bajes! ¡Te vas arrepentir si no me bajas en este momento!
Al oír los gritos todo el personal de la casa salió a ver lo que pasaba quedando sorprendidos por la escena que estaba pasando.
—Per amor di Dio Dante, baja a Edda —le suplico Pamela yendo a la par de ellos
Pero este no se contuvo, la tiro a la piscina hundiéndose Edda hasta el fondo. Luego de unos segundos salió a la superficie tosiendo porque había tragado agua.
—Esto es para que tengas siempre presente que a mí nadie me habla, ni me humilla como tu estas acostumbrada hablarles a todos. Incluso a tu hermana que es tu propia sangre. —Saliendo de esa casa furioso
— ¡Te vas arrepentir Imbécil! ¡ESO TE LO ASEGURO! —Saliendo de la piscina con dificultad al tiempo que pamela le daba una toalla para que se cubriera. —Esto es tu culpa, viste como se hombre me humillo y no hiciste nada para impedirlo.
—Esto no te lo voy a perdonar Edda, tú también me humillaste delante de Dante y no se me va a olvidar tan fácilmente.
Edda se quedó sola, delante de sus empleados que la miraban y cuchichiaban acerco de lo que había pasado.
— ¡Y ustedes que me ven, pónganse a trabajar que para eso les pago! ¿O quieren que los despida a todos ahora mismo? —Ataco furiosa y empapada, pero con un pensamiento en su mente, Dante Santoro se las iba a pagar.
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Cicatrices Del Alma
RomanceEn un pueblo remoto de Florencia Italia había vivido Giada, una joven inocente que tuvo la desgracia que sus papas murieran en un accidente automovilístico dejándola al cuidado de sus tiranos tíos. Que solo les interesaba el dinero, vendiéndola al...