Seis

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Dani.

A la chica del bar no la veia hace cinco días porque no había andado por esos lugares, pero hoy tenía decidido ir a verla a su trabajo y llevarle algo lindo, no sé, un alfajor es buen regalo ¿O no?

Cómo no sabia su nombre le había puesto el apodo de la chica del bar era temporal igual, es hasta que me diga su nombre.

También me quedé pensando de dónde conocía sus ojos, eran tan conocidos ante los mios que sentía una coneccion con ella, también una corriente eléctrica recorria mi cuerpo cuando nuestras pieles rozaban, ante un mínimo tacto de ella yo me sentía débil, su sonrisa, todo de ella me ponía debil y hacia que mí corazón vaya a mil por segundo.

Ya estaba yendo a verla con el alfajor en la mano y en el camino me acordé que a  Gianella les encantaba los alfajores, ella era feliz con eso.

Últimamente todo me recordaba a ella y por alguna extraña razón me sentía muy cerca de ella, veia cosas que me recordaba a ella, es más el otro día revisando las cajas que me habían quedado de la mudanza encontré una foto de los dos juntos cuando fuimos a la cancha, ese dia fue el mejor de todos porque fue una sorpresa para ambos, nos habían comprado camisetas nuevas y ese dia me acuerdo que hasta pudimos sacarnos fotos con el diez del equipo, Juan Román Riquelme.

Fue el mejor dia de mi vida y llore como nunca, porque el sentimiento de poder ir a la cancha y alentar con las demás personas y ademas conocer a uno de sus jugadores fue inexplicable.

En serio espero algún dia poder volver a verla.

Llegué al bar y me senté en una mesa como siempre y espere a que ella me atendiera.

Se acercó a mi con su típica sonrisa y su pelo hermoso resaltaba todo el lugar.

—Hola dani, no te esperaba por acá hoy.— Y después de tantos días volví a escuchar su voz tan dulce.

—Si es que no tenia como avisarte jajaja.

—¿Ibas a querer algo o esperas a que termine mi turno y tomamos algo?—Me preguntó mirándome directamente a los ojos.

—Te espero, pero tomá esto, te lo compre porque no sabía que es lo que te gustaba.—Estiré el brazo entregándole el alfajor, ella sonrió ampliamente y tomó el alfajor que le entregaba.

—Gracias me encantan los alfajores.— Me agradeció enternecida.—Bueno vuelvo en un rato, nos vemos.

Asentí con la cabeza dandole señal de que la esperaría. Ella se fue y yo me quedé con el celu durante veinte minutos más o menos.

Ella apareció ya cambiada, está vez llevaba puesto un enterito de jean con una remera cortita debajo de este y sus típicas vans que ya me habia dicho qué eran sus favoritas.

Salimos del lugar y emprendimos camino para la plaza que quedaba a una cuadra del bar, en el camino hablamos de como estuvo nuestra semana y lo que hicimos.

Como siempre, su vida es más interesante que la mía y me dijo que aprobó dos parciales lo cuál la felicité por ello.

Después de que estuviéramos charlando la invité a casa porque se habia largado a llover y ninguno de los dos quería enfermarse. Llegamos y le presté ropa para que deje secar la otra.

Amaba como le quedaba mi ropa.

—Dani contame sobre vos, quiero saber más sobre vos.— Rompió el silencio después terminar el mate y pasármelo.

—Pero soy re aburrido, ¿Qué querés saber?— Cuestioné llevando una masita a mi boca y alzando una ceja.

—No sé contame como fue tu infancia o como es tu vida el día de hoy.— Tomó mi mano y la acarició causando un escalofrío en mi y que una corriente eléctrica pase por mi cuerpo.

—A ver que te cuento para que me conozcas más.— Aclaré mi garganta antes de empezar a hablar.— Me llamo Daniel Ribba bueno igual creo que eso lo sabías, de pendejo tuve una amiga muy cercana a mi, que se mudó cuando yo tenía diez años, esa pendeja literal que era todo para mi. Hacia de todo con ella, la cuidaba como si fuera lo mas caro del mundo, bueno para mi lo era, yo le decía que era como mi hermanita menor aunque teníamos la misma edad, pero yo... Ella me gustaba muchísimo y era por eso que la cuidaba y sienpre que se le acercaba un pibe yo me enojaba o saltaba a defenderla sin que le hicieran nada.— Con la voz prácticamente quebrada traté de seguir contando y recordando todo lo lindo que viví con ella.— Íbamos a la cancha juntos, mirabamos partidos, nos ibamos de vacaciones juntos con nuestras familias, eramos re unidos.— Traté de no soltar un sollozo.— Pero unos días antes de que me contara que se mudaría ella estaba rara, no iba al colegio y me veia muy poco, me decia que no quería verme porque no me quería lastimar. Cuando fui a pedirle que porfavor me diga que era lo que pasaba ella me contó todo entre llantos, y el dia que se fue, fue el peor de mi vida y creo que el suyo también. Ese día le regalé una camiseta mia.... Era de sus favoritas y espero que todavía la tenga.— Retuve las lágrimas sintiéndome muy angustiado por la falta que ella me hacia.

—¿C-como, no supiste nada más de ella?— La peliroja se veía atónita ante mí relato.—Digo, es súper raro que no sepas nada de ella con toda la tecnología que hay.— Trató de sonar clara.

—Nunca supimos nada con mi familia, la madre de ella cambió su número se celular a los meses de mudarse y nunca volvió al barrio.—Conté.

—No lo puedo creer....— Lloró dejándome algo confundió.— Yo... tengo que irme Dani, chau.— Y sin esperar respuesta de mi parte salió corriendo cerrando la puerta fuertemente.

No entendí el porqué reaccionó así, capaz dije algo que le molestó o recibió alguna mala noticia.

























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1/3
Re pt el capítulo pero es necesario para los que vienen, bueno ya saben que tienen que votar y comentar y bla bla.
Es un maratón de tres capítulos y voy a subir los dos que restan los próximos dos Días
Nos vemos

𝐇𝐨𝐣𝐚 𝐞𝐧 𝐁𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨; 𝐃𝐚𝐧𝐢 𝐑𝐢𝐛𝐛𝐚.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora