Final

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El castaño inspiró profundamente para llenar sus pulmones de aire y poder calmar así esa sensación de nervios que empezaba a sentir en la boca del estómago, mirando a aquel hombre que sabía que era su debilidad, su esposo

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El castaño inspiró profundamente para llenar sus pulmones de aire y poder calmar así esa sensación de nervios que empezaba a sentir en la boca del estómago, mirando a aquel hombre que sabía que era su debilidad, su esposo.

—TaeHyung, hemos pasado por muchas cosas que...—lamió sus labios para poder encontrar una respuesta a la pregunta de aquel hombre—. Tengo miedo de que si lo intentamos vuelva a fallar y no sé si sea lo suficientemente capaz de soportarlo.

—Sí, hemos pasado por muchas cosas pero estoy seguro de que esta vez estamos en sincronía—miró a los ojos del menor buscando esperanza en aquella pregunta, con el corazón bombardeando intenso—. Y entonces, ¿cuál es tu respuesta?

—Hay que intentarlo, sí quiero ver a dónde nos lleva esto ahora que ambos sabemos todo—aseguró con lentitud, notando el brillo anhelante en la mirada de TaeHyung quien era obvio que estaba más que feliz—. Aunque todavía no estoy muy seguro si fuese bueno volver a mudarme contigo o a quedarnos aquí.

—Incluso si quieres cambiarte a una localidad diferente, haremos cualquier cosa que se te acomode—sonrió, mientras tomaba del mentón al menor para poder apreciar mejor su rostro, acariciando este con suavidad con su pulgar—. Todo lo que quiero y necesito simplemente es estar a tu lado.

Tras aquellas palabras una sonrisa sincera y llena de ilusión se iluminó en la cara del menor, para después de esto ambos unir sus labios en un beso tranquilo y que ansiaban demasiado; el recuerdo de la boca del otro era algo imposible de borrar y algo que les gustaría seguir probando eternamente.

Las manos de JungKook se aferraron a la camisa del mayor, como si fuera TaeHyung a desaparecer si no lo hacía así, mientras se dejaba llevar por los labios delgados pero hechizantes que poseía el mayor. Por su parte, TaeHyung se sentía en la gloria al tener de ese modo tan apasionado y entregado a su esposo, deslizó sus manos de las mejillas del contrario a sus cabellos rojos, para después pasear los dedos por la espalda del menor y escuchar un suspiro entre aquel beso.

El menor se sentía en la cima del placer y al mismo tiempo, se sentía muy real y tan íntimo aquel acto, que temía de alguna manera fuera un sueño, que la reconciliación con TaeHyung fuera parte de esas esporádicas fantasías que solía tener con respecto al mayor. Aunque era demasiado real para poder serlo, cosa que se dio cuenta cuando traviesamente, sus dedos se deslizaron hasta la nuca de TaeHyung mientras seguía aquel beso, extrañaba tanto aquel contacto.

—Tae...—susurró con suavidad, después de una sesión de besos.

—Kookie...

Las manos de TaeHyung llegaron al botón de su pantalón, mientras miraba a los bellos y grandes ojos del menor en búsqueda del permiso de este, aunque el menos se preguntó a sí mismo si es que acaso TaeHyung no se daba cuenta de que no necesitaba preguntar por este, siempre sería un rotundo sí, era débil ante ese hombre. JungKook asintió con serenidad que no supo de dónde sacó en esos momentos, mientras sentía como todo de él se erizaba y la ansiedad de ser tomado por su marido se hacía cada vez más y más grande. Haciéndole sentir un poco avergonzado de tener este tipo de reacciones en el momento, pues sentía que podría parecer demasiado emocionado por las caricias del mayor.

Pero esas sensaciones se le antojaban al mayor de modo tan hermoso y excitante, algo que solo podía lograr JungKook con su sola existencia. TaeHyung se acercó al menor con sus manos hasta que tocaron las de este, tomando de las frías y colocándolas en su pecho, haciendo que el menor pudiera sentir los latidos desenfrenados que salían de él. Para después humedecer bien sus dedos y deslizar poco a poco sus dedos hasta estar en la entrada del menor, para preparar aquel orificio para ser profanado por su falo.

—Tae... Tae...—Salía de los labios del menor, mientras se sentía nuevamente al borde del placer máximo.

—JungKook...—Gruñó con aquella voz tan grave suya—. Mi lindo esposo...

Sacó los dedos del interior, haciendo al menor sentir un abandono en aquella zona y un sentimiento de incertidumbre por un momento. Había pasado un tiempo desde que habían estado de ese modo, pero cuando vio el brillo en la mirada de su esposo, JungKook juró que su corazón iba a explotar de amor.

TaeHyung se adentró con lentitud, sintiendo las paredes húmedas y cálidas albergarle de manera deliciosa. Los sentidos de ambos se volvieron locos, mientras el sentimiento de pertenencia empezaba a florecer en su interior, de pronto el pasado pareció importar tan poco que, si se los preguntaban en ese momento ni existió, sonrisas traviesas, besos pasionales, caricias en la piel ajena, todo aquello les hacía sentirse en su propio nirvana, donde nada ni nadie podía separarlos. El cosquilleo en sus vientres, el olor corporal tan atractivo, el calor que el cuerpo contrario desprendía.

El movimiento de caderas se hizo irregular, rudo, ambos estaban sudando, JungKook podía sentir tan profundamente a TaeHyung, tanto que, cuando bajó la mirada, un pequeño bulto sobresalía de su estómago bajo. Sonrió, beso más al mayor mientras sentía como este golpeaba aquel punto dulce que lo llevaba a la perdición, sintieron ambos sus cuerpos destensarse y el líquido caliente del menor llenó sus estómagos mientras que el de TaeHyung se depositaba en el interior del de cabellos rojizos.

—JungKook...—soltó como rugido, con su respiración entrecortada, mirando a JungKook desde arriba, mientras retiraba su falo de aquella entrada—. Lo siento, me vine dentro y bueno, nosotros...

—No me molesta, me gustaría...—sus mejillas se sonrojaron, mientras bajaba la mirada un poco avergonzado—. Me gustaría poder formar una familia si es contigo.

—A mí también me gustaría.

—Además, si no quedamos pronto, aún podríamos practicar mucho—sonrió de modo travieso, deslizando su dedo por el pecho del mayor cuando este se colocó a su lado para abrazarlo de aquel modo tan posesivo pero tierno—. Tenemos toda una vida por delante.

—Lo sé, y esto solo es el comienzo de nuestra felicidad—aseguró, mientras colocaba una de sus amplias manos acunando la mejilla ajena—. Te amo tanto Jeon JungKook.

—Te amo tanto TaeHyung.

La vida a veces no ponía las cosas fáciles, el enamorarse de tu mejor amigo cuando fingían un matrimonio podría parecer una de las peores ideas del mundo, quizá aún más para perdonar y volver a empezar desde cero, de intentar estar juntos en un nuevo lugar, de ser aquella pareja que tanto soñaron. Pero justo en ese momento, donde TaeHyung cargaba a su pequeña hija de dos semanas para arrullarla y hacerla dormir con una adoración tan infinita como cuando se enteró que la pequeña venía en camino, Jeon JungKook se sintió una persona completa, feliz y con su deseo más grande realizado.

Y aquello solo era el inicio de una vida juntos.

Granaxa ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora