Capítulo 1: El comienzo

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Agustín

La fiesta era todo un aburrimiento, odiaba tener este maldito traje, yo sabia que no tenía que venir, le dije a mi hermana Luz que no quería venir, pero mis padres insistieron y como era la fiesta de 15 de la hija de unos amigos de mi familia, tuve que venir practicamente obligado.

El salón era bastante chico, no había mucha gente, puesto que la chica no era muy popular. Yo estaba sentado en una mesa con mi hermana Luz y con un par de amigos más.

Fernanda y Joaquin eran amigos nuestros y se sentaban con nosotros al igual que Leticia. En realidad todos nos conocíamos por medio de la iglesia, más especificamente teníamos un grupo de la Virgen de Schoenstatt, seguramente deben pensar que hacemos rezos y hablamos de Dios todo el tiempo, pero no es así, es divertido, muchas veces viajamos y compartimos cosas con otras personas, también rezamos pero no del modo que ustedes creen aburridamente sino que hacemos muchas actividades, en fin, la cosa es que nos conocemos de ahí y también porque nuestros padres son amigos de toda la vida, además que siempre fuimos a los mismos colegios desde que eramos niños

Estaba tan concentrado hablando con Leti, cuando noté que una chica de pelo ondulado y ojos claros (no podía descifrar si eran verdes o celestes) se sentó en nuestra mesa y empezó a habar con Fernanda y Joaquín. La chica tenia un vestido negro de globo con un lazo blanco en la cintura y una bincha banca en la cabeza, sus zapatos eran blancos clásicos. Tenía una risa contagiosa y hablaba rapidamente moviendo sus manos, me había quedado embobado mirandola. Tenía tantas ganas de preguntarle de que color eran sus ojos, pero no me animaba, yo nunca había tenido novia, ni siquiera había besado a una chica y además nunca le había hablado. Supongo que la habré visto, el pueblo es chico y quieras o no, siempre te terminas cruzando con todo el mundo, pero no entiendo como no la vi antes así. Sin más remedio le dije a Leticia si me podía hacer el favor de preguntarle de que color eran sus ojos y Leti con una sonrisa en la cara se giró y le preguntó:

-¿Oli de que color son tus ojos?-

La chica la miró y le respondió:

-Son verdes-

-Parecen celestes desde acá -agregué yo sonriendole

-Parecen, pero son verdes -me respondió firmemente.

Hablamos un poco, yo con mi soberbia y mi cara de siempre y ella con su risa jovial que contagiaba.

De pronto empezó el baile y todos se pararon y empezaron a bailar, incluida ella, y como sabran yo no era de los que bailaban, ni siquiera era de los que iban a fiestas.

La vi bailando tan alegre, bailaba con algunas chicas, también con algunos chicos, entonces decidí para llamar un poco su atención que iba a bailar.

Me paré de mi asiento, me dirigí a la pista, y agarré a Leticia para bailar. Vi como Olivia (supongo que así se llama porque Leticia le dijo "Oli") me miraba de reojo pero a su vez seguía bailando. Después de un rato de baile me cansé de actuar y me fui a sentar, no había conseguido mucho que digamos, y para completar la noche, yo estaba aburrido, en parte me quería ir pero en parte me quería quedar porque estaba ella.

De un momento a otro sentí una presencia en la silla de al lado, adivinen quién era.... Si, era ella, Olivia.

-¿Con que mis ojos son celestes no? -me dijo riendose burlon

-Si, parecían de ese color desde donde yo estaba -conteste serio

-Lo que yo me pregunto es... ¿porqué no me preguntaste vos de que color eran mis ojos? ¿Porque le dijiste a Leti?-

-No se, supongo que como no te conozco no daba -dije rapidamente intentando sonar normal

La chica se rio un poco y negó con la cabeza. En ese momento vino Luz y me dijo que teníamos que irnos, que ya estaba cansada, y que nuestros padres estaban afuera esperandonos para llevarnos a casa.

Me levanté la salude a Olivia y me dirigí hacia afuera, cuando estaba por salir sentí que alguien me clavaba los ojos en la nunca, pero no miré atrás.

Olivia

Cuando llegué a la fiesta, llegué un poco tarde, me senté con mis compañeras de curso en una mesa, supongo que pensaron que no iba a ir, y por un momento también cruzó esa idea en mi cabeza, todo porque en realidad no sabía que ponerme, pero decidí ir a último momento; me compré un vestido y fui.

En el 15 casi conocía a todos los que estaban presentes, en una de las mesas divisé a Fernanda, mi amiga de siempre, con la que compartí muchos momentos de la infancia y que se había ganado un lugar en mi corazón, a pesar de la distancia (porque yo me mude muchas veces a distintos lugares del país, aunque terminé volviendo a este pueblo) siempre fuimos amigas.

Me senté un rato en la mesa de Fernanda que se encontraba hablando animadamente con Joaquín. Yo a Joaquin lo conocía de vista, era de esos chicos por los que todas las chicas mueren por besar, uno de los más lindos, "el boom del momento", el dios del olimpo, el todoterreno, y bue, eso, era lindo, aunque tenía entendido que bastante mujeriego. Comencé a hablar con ambos, y también saludé al resto de la mesa. Había un chico de pelo castaño, ojos marrones café, nariz pronunciada, pero que le quedaba muy bien, no era feo, era un chico lindo, tenía un lindo traje y se encontraba hablando con una chica a su lado, yo no recordaba de donde la conocía pero de algún lado la tenía. En un momento ella se giró me miró y me preguntó:

-¿Oli de que color son tus ojos?-

-Son verdes- respondí con una sonrisa

-Parecen celestes desde acá -dijo el chico castaño poniendo una sonrisa de lado

-Parecen, pero son verdes -respondí firmemente.

Entablamos una conversación y él me empezó a llamar la atención, me emepezó a intrigar un poco su soberbia y actitud, y ¿a quién no le llaman la atención los chicos así?, además conociendome, desde el momento en que habló se convirtió en un objetivo para mi, en mi "presa", en lo que yo quería tener, pero no podía en este momento.

De pronto empezó el baile y todos se pararon (incluyendome) y empezamos a bailar. Yo bailaba con mis amigas del colegio, también con otros conocidos de la vida, hasta que en un momento me di cuenta que el chico, (que pude averiguar que se llamaba Agustín), estaba bailando con la chica Leticia. Sentí un poco de incomodiad dentro mío, ¿es que acaso quería ser yo la que bailara con él? y si había preguntado por mis ojos, ¿porque no me sacó a bailar?, esto me frustraba un poco pero al mismo tiempo no podía pedir mucho, yo tenía novio al cual amaba y que por cierto estaba afuera intentando colarse a la fiesta (aunque no tuvo éxito), así que tampoco podía estar coqueteando con cualquier chico que se me presentará o que me pareciera interesante, o...¿si?

Vi como después de un tiempo Agustín se fue a sentar, supongo que lo del baile no le hacia mucha gracia, tenía pinta de que no le gustaba mucho bailar, por eso me parecía raro que haya bailado, pero quien sabe capaz le gustaba Leticia y decidió hacerlo por ese motivo. Alejé un poco mis pensamientos, y decidí seguirlo no se porqué pero me despertaba algo, me senté a su lado.

-¿Con que mis ojos son celestes no? -le dije riendome burlona

-Si, parecían de ese color desde donde yo estaba -me contestó un poco serio

-Lo que yo me pregunto es... ¿porqué no me preguntaste vos de que color eran mis ojos? ¿Porque le dijiste a Leti?- le dije sin comprender aún porque había hecho eso.

-No se, supongo que como no te conozco no daba -dijo él encogiendose de hombros como si fuese algo casual, algo normal.

Esto me causo risa, ¿qué le pasaba a este tipo? ¿le daba miedo preguntar por mis ojos? No tenía pinta de ser tímido, pero la verdad es que no se, la cabeza de él en este instante era un enigma para mi.

En ese momento vino una chica y le dijo que tenían que irse (demonios, no quiero que se vaya todavía pensé) que se encontraba cansada, y que sus padres estaban afuera esperandolos para llevarlos a su casa.

Yo supuse que esa chica era su hermana, me pareció un poco deprimente que los vinieran a busar sus padres, ya eran bastantes grandecitos podían irse en taxi mas tarde ¿no?, quizá eran unos nenes de mami y no los dejaban irse solos, pero bueno de igual forma no iba a dejar de atraerme el chico.

Él con una mueca se levantó, me saludó al igual que su hermana, y la siguió hacia afuera. Me tomó un instante reaccionar e irme detrás de él aunque sea para pedirle su correo electrónico o su número de teléfono, pero ya era tarde, él se había ido...

¡No te enamores de ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora