Capítulo 3: Dudas y reconciliación

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Agustín

Me sentía bastante feliz, la verdad era que Olivia era la primer chica que me gustaba de verdad, nunca me había sentido así con nadie, era un sentimiento raro. Pero me molestaba que aunque me gustara, (y yo se que a ella también le gustaba yo), ella tenía novio, y por lo visto no tenía planes de terminar con él.

Esta semana me decepcioné bastante; me había llegado el rumor de que Olivia engañó a Facundo, no una, sino dos veces y sinceramente eso me tenía bastante mal. Primero porque yo a Olivia la consideraba una chica inteligente, es decir sentía que ella no necesitaba hacer esas cosas, y segundo porque eso la hacía verse a los ojos de todos como una zorra, lo cual yo no pensaba que era.

En el colegio mis amigos me encontraban un poco raro estos días, y estaba claro que era por Olivia. Hablar con ella era una de las mejores cosas que me pasaban, y la verdad necesitaba contarselo a alguien, decirle lo que me pasaba.

Después del colegio esa misma tarde fuí a ver a mi mejor amigo. Casualmente él también era amigo de Olivia, se conocían porque iban al mismo año en la escuela y se hicieron muy amigos.

Llegué a la casa de Fabrizio, toqué la puerta y rapidamente me atendió

-¿Cómo estas Agu?, pasá- me dijo él invitandome a entrar

-Todo bien, necesito hablar con vos de algo importante, es sobre Olivia -le dije sin rodeos.

-Después de que te di su e-mail, ¿ qué pasó?, contame todo -me dijo curioso llevandome al living de su casa en donde nos sentamos.

-Bueno la verdad es que cuando abrí mi e-mail me llevé la sorpresa de que ella ya me había agregado, por lo cual no fue necesario que yo lo haga-

-¿Ella te agregó?-preguntó incredulo.

-Si, fue ella, y después de eso hablamos bastante, yo diría que mucho, la verdad no se que hacer, ella esta de novia con Facundo, vos lo sabes, y además no se, me enteré que lo engañó con dos tipos, no se que hacer, me gusta, pero no se si es buena idea seguir con todo este juego de los chats- finzalicé .

-Bueno, sinceramente -dijo pensativo tomandose de la barbilla con las manos -lo mejor sería que vayas con cuidado, Olivia es una buena chica, pero en cuanto a relaciones parece que no lo es, yo también me enteré de ese rumor, el cual es cierto, y la verdad es que siento pena por Facundo, el es un buen tipo, no se merece que le hagan eso, sumandole también que el la quiere mucho, no se si es buena idea que te involucres con ella, pero si te gusta no soy quien para imperdirlo, solo te aconsejo que esperes un poco para ver como siguen las cosas a partir de acá– y diciendo esto se levantó del sillón.

-¿Querés jugar a la play station? -me dijo yendo a conectar el juego

-Si, claro, y gracias por el consejo, lo voy a tener en cuenta -le sonreí

-De nada, cuando gustes, aunque sabes que ella también es mi amiga-

Olivia

Era mi ruina. Facundo se enteró de mis infidelidades, yo no quería perderlo me sentía como cruela de vil, fuí muy desconsiderada, pero la verdad era que cuando salía a divertirme hacía cosas y no pensaba en las consecuencias hasta el día siguiente cuando las cosas ya estaban hechas y no podía retroceder el tiempo para cambiarlo. Le mandé muchos mensajes de texto pidiendole perdón, él no me respondó ninguno, y claro, tenía suficientes buenos motivos para no hacerlo. Lo llamé muchisimas veces, infinidades hasta el cansancio, pero tampoco respondió mis llamadas. La única opción que tenía era enfrentarlo cara a cara, confesarle la verdad de mi boca, y pedirle perdón, yo lo quiero, ¿porqué tuve que arruinar así las cosas?.

El miercolés de esa semana le escribí un mensaje de texto para verlo, y el me respondió que si, que me iba a ver.

Quedamos en encontrarnos en un paseo donde había mesas al aire libre, y podías ver el río por debajo de los barrancos, era un lugar hermoso.

En ese lugar había sujetos de las fuerzas custodiando, solo eran dos, a veces tres miembros, pero no molestaban a la gente, se quedaban en una casilla un poco alejada por si acaso sucediera algo.

Cuando llegué Facundo estaba sentado de espaldas a mi, con la mirada puesta en el rio, un poco hundido en sus pensamientos. Me acerqué con cautela y me senté a su lado.

-Hola -dije un poco aterrada

-Hola -contestó secamente

-¿Porque hiciste eso Olivia?, ¿porque fuiste a besar a Lucas y Mauricio? ¿No te das cuenta de como quedás hacia los demás? Y por sobre todo, vos sabes bien que Mauricio es mi compañero del colegio al que tengo que ver todos los dias, ¿en qué pensabas? -soltó derrepente algo furioso- Olivia yo te quiero demasiado, pero me hiciste daño-

-¡Perdón! Estaba borracha, Mauricio se me abalanzó, ¡no supe como reaccionar!-

-¡¿No supiste como reaccionar?! ¡podrías haber mandado su culo a la mierda Olivia! ¿Y qué me decís de lo de Lucas eh? ¿El también te obligo a besarlo? - se levantó furioso apretando sus puños.

-¡No!, tenés razón, la cagué, la cagué demasiado, pero yo te quiero Facu, perdoname, te juro que no va a volver a pasar, no se en que estaba pensando, las cosas se me fueron de las manos, ¡perdón! - dije con la boca seca, sentía que quería llorar.

-No se Oli, la verdad no se que pensar en este momento –me dijo angustiado.

Se volvió a sentar a mi lado y yo apoyé mi cabeza en su hombro, le susurré al oido un último perdón, un perdón sincero. El me abrazó y juntos vimos como el sol se iba escondiendo.

Después de un rato en silencio con la noche cayendo sobre nosotros el volvió a hablar...

-Esta bien, te perdono Oli, no puedo estar sin vos, no tengo fuerzas para estar sin vos, te amo, y sos todo lo que quiero y necesito, no quiero perderte –me dijo abrazandome. En ese momento lo tomé de la manos y lo llevé hacia un lugar en el cesped un poco alejado de las mesas y juegos de niños, no había nadie a esa hora en el paseo, frenamos cerca de un árbol lo miré y le dije:

-Yo también te amo Facu, perdón –y diciendo esto lo besé.

Al principio comenzó como un beso tierno, pero él empezó a intensificarlo, empecé a sentir calor en mi cuerpo y Facundo también me demostró lo mismo, nos empezamos a devorar con nuestras bocas, necesitando más del otro, de un momento para otro nos encontrabamos tirados en el cesped, en la oscuridad, yo a horcajadas sobre él, sin dejar de besarnos, comencé a mover mis caderas por encima de él mientras el comenzó a gemir y justo cuando estabamos por intensificar las cosas...

Sentí una luz dandome en la cara. Nos separamos derrepente mirando hacia la luz, distinguimos a uno de los gendarmes del lugar.

-¿Quién anda ahí? -dijo el tipo alumbrando y moviendo su cabeza de un lado a otro.

Facundo me tomó de la mano levantandome y arrastrandome con él. Comenzamos a correr no sin antes estallar en risas.

¡No te enamores de ella!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora