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Kuroo

Vio a Bokuto llegar con una camiseta que nunca antes le había visto. Se parecía a la que aquel chico teñido había recogido en la tienda. "Podría ser..."

-Bokuto.- saludó.-¿Camiseta nueva?

Bokuto asintió.

-Si. Fue un regalo de un viejo amigo, ya sabes, por mi cumpleaños.- explicó.

-¡Feliz cumpleaños!

-Ya me lo dijiste ayer, Kuroo...diez veces. Pero gracias, supongo.

Kuroo sonrió.

-Y...tu amigo, ¿de causalidad es un chico con pelo de puddin de estatura baja? - preguntó, tratando de sonar casual. Tratando. Bokuto alzó una ceja.

-¿Te he hablado de Kenma?

-¿Se llama Kenma?

-¿Estamos hablando de la misma persona?

Silencio.

-Es que creo que lo vi cuando te compraba la camiseta. Llevaba su pijama, y pantuflas de gato. - hizo memoria. - También golpeó al chico del mostrador alegando que su pene no era afeminado.

Bokuto río.

-Ese es Kenma. De hecho, creo que hoy es su primer día aquí, en la escuela. - comentó el de pelo plateado.

-¿Es nuevo en la cuidad o algo?

-En realidad no. Lo que pasa es que mandaron a su madre a Corea hace unos años por su trabajo, pero ya la devolvieron a Japón.

-Genial. - contestó, antes de que entrara la maestra para iniciar la clase.

Kenma

La escuela no era el mejor lugar de todos. Tan pronto como se presentó en la institución, Kenma ya tenía miles de ojos posados en él y hasta algunas burlas. Al parecer llevar un suéter rosa con gatitos no era bien visto. Se encaminó hasta el salón de su primera clase; Historia. La tenía con Bokuto. Al menos no sería tan agobiante el presentarse con una cara conocida entre el bullicio.

Entró al salón, habló con la maestra un momento y después se paró en frente.

-Chicos, tenemos un alumno nuevo. Preséntate, cariño. - habló la mujer, mirando al rubio.

Éste gruñó ante la palabra cariño.

- Me llamo Kenma Kozume... y espero llevarme bien con todos. - dijo, con un claro tono sarcástico que sólo Bokuto pudo detectar.

-Muy bien, ¿alguna pregunta que quieran hacerle a Kenma? -continuó la maestra.

El teñido ya empezaba a odiarla.

Un chico levantó la mano. - ¿Por qué usas rosa? ¿Eres gay? - y unos cuantos soltaron una risa.

- ¡Kuguri! - regaño la maestra.

-No, está bien. - dijo Kenma. - Respondiendo tus preguntas; uso rosa porque, sino lo sabias, es un color también. Y no, no soy gay. ¿Tú si? A juzgar por tu corte de pelo yo creo que sí. - finalizó y sin esperar un permiso, se fue a sentar a un lado de Bokuto. La clase se quedó en silencio a excepción de algunos cuantos que reían.

-Bien, creo que es momento de comenzar. Abran su libro en la página 11. - comenzó la mujer.

- Kenma, amigo, no has cambiado. - comentó Bokuto sonriendo cuando la mujer estuvo lo suficientemente distraída como para no escucharlos.

- No sé a qué te refieres. Yo sólo dije la verdad, ese peinado es demasiado gay. - contestó.

Kuroo río sin querer.

-¡Ah, Kenma! Éste es Kuroo, un amigo. - dijo, señalando al mencionado. - Me comentaba que te había visto, cuando comprabas mi regalo.

- Ahh...sí...también nos vimos en el parque. - contestó, viendo al pelinegro. -Se rió de mi.

-¡Claro que no! - se defendió.- No me reí de ti, me reí contigo.

Kenma bufó.

-Estabas como a dos metros de mi, sólo me miraste y te reíste.

-En mi defensa, fue por tu camisa, no por ti.

- ¿Perdón? Esa es mi camisa favorita.

-Tiene a un pug con un arcoíris, ¿qué clase de camisa es esa?

-Fue un regalo. De mi abuela, genio.

-Mi abuela me da dinero.

-¡Pues porque no te quiere!

-¡Chicos, basta! - los paró Bokuto, entre risas.- No llevan ni media hora de conocerse y ya se están peleando como casados, Dios.

Kuroo río y Kenma bufó.

Kuroo

Kenma le había agradado. Justo ahora iba junto con Bokuto a buscarlo puesto que después de Historia a Kenma le tocó Química y a ellos Matemáticas. Lo vio de lejos, estaba hablando con alguien. Kuguri. Al parecer el más alto quería hacerle algo por lo de la clase pasada. Inmaduro. Iba a detenerlo, pero sintió la mano de Bokuto en su pecho.

-No te entrometas, Kuroo.

-Pero...

-Sé lo que te digo, no lo hagas.

Se detuvo y se dedicó a observar la escena.

- Yo no soy un maricón, como tú. - escupió Kuguri, lanzando a Kenma contra los casilleros.

El rubio se quejó.

-Ya entiendo. Pero, grandullón, si yo fuera tú, no estaría perdiendo el tiempo con "maricones" - hizo comillas con las manos.

-¿A qué te refieres?

-Tu novia, ¿rubia, no? Se está besando con lo que parecer ser... ¡tu mejor amigo! - avisó con falsa sorpresa.

El otro chico rápidamente se volteó, dejando a Jack.

Uno.

Dos.

Tres.

-¡Espera, ella no es rub...! - volvió a voltearse, sin embargo, sus palabras quedaron en el aire al momento que sintió un horrible ardor en sus ojos. Kenma le había echado gas pimienta.

-¡No me vuelvas a tocar, escoria! - y se fue.

- ¿Qué fue eso? - preguntó el pelinegro, siguiendo junto a Bokuto al más pequeño.

-Kenma defendiéndose. - contestó simple.

-¿Con gas pimienta?

-No le gustan los golpes.

Kuroo sonrió.

"Interesante..."

Bittersweet - KuroKenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora