Venganza poética

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-¿Sophie?-me llama la voz.

-¿Si?-en cuanto me doy la vuelta me golpea en la frente.

Luego de eso no recuerdo más nada, ni de como llegue aquí, estoy sentada en una silla, con las manos y los pies atados por una cuerda, una mordaza en mi boca me impide hablar, el chico rubia parado frente a mi, no debe tener más de unos treinta y dos años, tiene el cabello revuelto y la expresión dura. Siento un dolor agudo en mi frente, y algo húmedo contra mi piel, era mi propia sangre, su golpe me había echo un corte. Intento removerme pero es inútil.

-Yo que tú me quedaría quieta-el rubio señala con su dedo el suelo debajo de mis pies.

Miro hacía abajo y estoy encima de un cuadrado de madera que por debajo sale un cable que llega hasta lo que parece una bomba.

-Es una placa de presión-me explica acercándose para quitarme la mordaza-si te mueves demasiado  explotaras. 

Trago saliva e intento no llorar, respiro agitada, toma su teléfono y me saca dos fotos, casi seguro que es para enviárselo a Andy.

-¿Eres Ryle no?-le pregunto logrando calmar mi miedo.

El rubio esboza una sonrisa.

-Veo que sabes de mi.

-Intentaste matar a mi marido, ¿crees que no iba averiguar quien eras?.

-El teniente Casey se lo merecía-se justifica cínicamente.

-¿Porque?, el solo hizo lo que podía-contesto.

Su mirada se vuelve imperturbable.

-¡Dejo morir a mi hermano!-me grita con la voz cargada de rabia.

-¡No!, ¡no fue así!.

-¿Ah no?, ¿entonces como fue?, según tú.

-Tu hermano salvo a esos hombres, se sacrifico porque era un excelente bombero y valiente, Casey solo intento salvarlo.

-Intento...¿sabes cuantas veces he escuchado esa palabra?-me dice tecleando en su teléfono.

-No vale la pena que hagas todo esto-le hablo intentando suavizarlo- por favor.

-Se acabo la charla, es hora de conversar con tu marido-dice antes de cerrar la puerta.



En cuanto llegaron Andy y Eddie corrieron al coche, la puerta del auto estaba abierta pero no había señal de Sophie.

-Espera-Eddie se agacha y encuentra la billetera roja de Sophie en el suelo, debajo de la rueda-es de Sophie.

-¡Hijo de puta!-Andy pierde los estribos y patea con fuerza la rueda del coche.

-La llaves aun están puestas-revisa Eddie- no habrá pasado mucho desde que se la llevo.

El teléfono de Andy suena, mira la pantalla un número bloqueado.

-¿Hola?.

Escucha una fría risa del otro lado que le helo la sangre.

-Ryle-mira a Eddie y lo pone en altavoz.

-¿Que se siente perder a alguien que amas Casey?.

-¿Que es lo que quieres maldito bastardo?.

-Tengo a tu esposa-confiesa- la verdad es que es muy sexy...

Eddie tenía ganas de estrangularlo y Andy cerro los ojos para no arrojar el teléfono contra el suelo.

Corazón de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora