No había piedad...literalmente.
El chico parecía tener un jodido libido por encima de la tierra, no se detenía, sus embestidas eran más fuertes cada vez que ella gemía su nombre.
La chica se sujetaba de su espalda clavando sus uñas.
Su excitación era notable por la legua fuera y su respiración errada.
No se esperaba que el chico tuviera esta habilidad.
Le dio su primera vez, no pudo evitarlo, quería darle algo que ella atesoraba
Quizás como un perdón por su gran pecado.
Fue suave al principio, también era inexperto.
Pero cuando el placer invadía ambos cuerpos la velocidad fue aumentando a gran escala.
¿Cuantos minutos pasaron? ¿10, 30...?
Ya perdió noción del tiempo con todo esto, el chico sabía tocar sus puntos más sensibles y darle un placer inimaginable.
No dejaba ninguna abertura sin complacer.
Era una jodida bestia en la cama.
"¡no te detengas, follame!"
Incluso ya ni sabía moderar sus palabras por el momento.
El peliverde asentía mientras que la besaba, penetraba y tocaba por todas partes.
No era broma, izuku tambien estaba en un placer inimaginable para él, nunca había sentido este tipo de sensación y el solo pensar en detenerse le molestaba.
Quería seguir, tenía tantas ganas de probar a la chica en todas partes que no le importaba los breves calambres en su cuepro por mantener los músculos tensionado en posiciones incómodas para él, pero placentera para ambos.
La chica se sujetó del borde de la cama mientras que miraba al peliverde embestirla una y otra vez.
Puede que le duela más tarde.
Incluso teme que no llegue a su casa y termine en el hospital.
Nah, igual es un riesgo que quizá tomar.
Después de un gusto un disgusto.
Aprendan eso.
La chica se colgó en su cuello con ambas manos mientras que el peliverde seguía entrando y saliendo del interior de la chica.
"Izu...izu me...me corro"
Ya no podía articular ninguna palabra del agobiante entrar y salir del chico.
Izuku aumento las embestidas provocando que la chica comenzara a gritar.
Que bueno que izuku no tuviera un quirk de fortalecimiento...o se joderia en serio.
El gemir, gritar, llorar, ibara estaba perdida en un mundo completamente blanco cuando el peliverde dio una última embestida.
Su interior se sintió cálido, un calor abrasador todo el interior de ella se volvió tan cálido que perdió la razón de inmediato callando en la cama junto al peliverde quien la.abrazaba.
Cerrando sus ojos por el agotamiento, ambos terminaron cayendo en un sueño profundo.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra cancion
FanficEs normal. No, no lo es. Me encanta como es. Su olor, calor, todo de él. Me encanta el simple hecho de poder estar a su lado. Pero tengo miedo. Quiero ese apoyo, quiero ese amor. Quiero mucho cariño, pero que sea él. De verdad que lo quiero. No soy...