Después de haber llegado a su casa, mojada y sucia, haberse dado una larga ducha y haber llorado demasiado, ______ decidió que ya era suficiente. Eran aproximadamente las 11:30 de la noche, cuando bajó a comer algo. Abriendo el refrigerador, sacó los ingredientes necesarios para hacerse un sándwich. Acompañándolo con un poco de leche, ______ se sentó en el mullido sillón de la sala y prendió el televisor, dispuesta a ver cualquier cosa. Estaba punto de dar la primera mordida a su suculento y delicioso sándwich, cuando el timbre sonó. Abrió la puerta y la sonrisa cálida de su padre fue lo que se encontró.
-Hola angelito. -se acercó y la rodeo en un abrazo- ¿Qué haces despierta a estas horas?
-Tenía hambre y baje a prepararme algo. ¿Y los chicos?
-Ellos llegaran en un ratito más.
Los dos entraron a la casa, su padre dejó a un lado su paraguas y su portafolio en un estante.
-Y que preparaste.
-Quería algo ligero, así que me hice un...
-¡Un sándwich!
Su padre se acercó a la mesita de la sala donde estaba la comida de ______ y sin pensarlo dos veces, le dio una gran mordida a la cena de su hija. ______ solo movió la cabeza y rio por lo bajo, no importaba el darle su comida a su padre, total, ella podía hacerse otro. Así que, acercándose a él, se acomodó a su lado y juntos vieron una película.
Los minutos pasaron y el ruido del estómago de ______ demandando comida, hizo que caminara a la cocina. Haciéndose un gran vaso de leche con chocolate, pensó en prepararle un vaso a su padre, así que asomando su cabeza por la puerta, preguntó:
-Papi estoy pre..
No pudo terminar, su padre se había quedado profundamente dormido en el sillón y con un trozo de pan entre los labios. Sabiendo que dormir en el sillón le provocaba a su padre un serio dolor de espalda, se acercó a el dispuesta a mandarlo a la cama.
-Papi, despierta, vamos, te llevare a la cama.
Aún medio dormido, su padre se sentó en el sillón, besó su frente y caminó hacía su cuarto.
Otra vez se había quedado sola, y de nuevo con un sándwich y con mucha hambre, se sentó en la sala dispuesta a comer. Estaba a punto de darle una mordida a su cena cuando el timbre volvió a sonar. A largos pasos se acercó a la puerta para recibir a sus hermanos.
-Hola chicos...
Su voz se apagó, su semblante decayó y su cuerpo comenzó a temblar.
No eran sus hermanos.
Una sombra se escondió entre los árboles, y segundos después se escuchó el ruido de un auto acelerando. Bajó la mirada y se encontró con un paquete... Sus manos comenzaron a sudar y a temblar. Cuidadosamente lo pateó un poco y al ver que no pasaba nada, lo tomó. Sus pulmones comenzaron a fallarle, no le dejaban paso al aire. Entró a su casa, el sobre no abandonaba sus dedos y el miedo entraba poco a poco a su cuerpo. Sus ojos no abandonaban ese sobre amarillo que se sentía demasiado ligero para ser verdad. Pasó su uña por la abertura, rozándola, su tembloroso dedo presiono un poco más, pero aun así no se abría. Finalmente y usando el poco valor que le quedaba, decidió rasgar el sobre, pero la voz que la sorprendió por atrás hizo que su corazón se detuviera por unos segundos.
-¿Qué es eso?
Su cuerpo reaccionó sobresaltado, el sobre se deslizó por sus dedos y haciendo maromas con él, logró esconderlo tras su espalda. Se volteó para enfrentar a...
-¿Sara?
-¿Qué escondes?
-Nada. -contestó ella mientras apretaba más el sobre a su espalda-.
-Veo el sobre.
-¿Como... entraste?
-Dejaste la puerta abierta genia. Pero bueno, -Y pasando a su lado, comenzó a explorar la casa de ______- después de todo parecer tener clase. Pero aun así no es suficiente. Ni con todo el dinero del mundo podrías llegar a nuestro nivel. Eres tan poca cosa que jamás llegaras a igualarnos, nunca podrás estar en la misma categoría en la que estamos.
Y en ese momento, _______ envidió algo en Sara: su seguridad. Esa seguridad con la que podría decir las palabras más hirientes, dolorosas y groseras y aun así no sentir nada. De hacer cosas que ella jamás se atrevería a hacerle a cualquier persona, incluso si la odiaba. Pero en su interior creció un poco de valor, y haciendo uso de él, intentó alzarle la voz.
-¡Esta es mi casa, y no..
-¡Tu no eres nadie para gritarme!
Y en ese momento, su pensamiento se esfumó y el poco valor que apareció en ella había desaparecido.
-¿Te crees muy valiente como para alzarme la voz? No tontita, tu ni siquiera mereces hablarme. Y escúchame bien -Se acercó a ella lo más que pudo y susurró maliciosamente- Si vine a tu asqueroso hogar, fue para advertirte de nuevo que te alejes de Zayn. Es la segunda vez que te lo digo, y si llega a la tercera, voy a demostrarte porqué nadie se atreve a desobedecerme. No lo mereces y él no merece tener a algo como tú. Su destino es estar a mi lado y tu solo eres un estorbo, ¿Crees que en verdad te quiere? No cosita, el jamás estaría con alguien como tu a menos de que te necesitara de verdad. Y es por eso que él está contigo, por conveniencia, porque te ocupa, porque necesita utilizarte. Zayn es el chico mas mujeriego del mundo ¿Crees que va a cambiar por ti? Por favor, el nunca va a cambiar, el necesita a alguien que le eleve el ego hasta los cielos, a el le encanta ser el centro de atención, y tu haces eso todo el tiempo.
-No, no es cierto.. -________ cerró los ojos- él, no es así. Estás... mintiendo.
-Mírate, lo estás defendiendo. Zayn lo logro, tu vida gira en torno a él, ya eres una más del montón.
_______ sintió un dolor muy fuerte en su pecho, exhalo y se dio cuenta de que todo ese tiempo estuvo aguantando la respiración. Una lágrima resbaló por su mejilla. No, ella no era una más del montón, ella era especial, Zayn le había dicho que era especial.
-Mira -Sara dijo- te odio, te dio demasiado, pero eso no me impide decirte esto. ¿Quieres un consejo? Aléjate de él. Aléjate antes de que te lastime y tu tengas que tragar ese dolor mientras observas como le hace lo mismo a otra chica. Yo hice eso y te juro que se siente como el infierno. Hazme caso, no sufras por alguien que no vale la pena. -Y tras escuchar su teléfono, Sara finalizó- me tengo que ir tontita, así que solo espero que espero que pienses lo que te dije y tomes la mejor decisión.
Y dejando a _______ totalmente paralizada mientras le daba vueltas al asunto, Sara tomó su bolso y abrió la puerta, pero al abrirla, su cuerpo no le respondió, sus pupilas se dilataron y su corazón comenzó a latir desesperadamente.
