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Llegó el tiempo de volver a clases, Graham sintió el rechazo y las murmuraciones de sus compañeros, entre todos se había corrido la voz de su cercanía con el niño raro, avanzó hasta la última fila, tomo asiento y esperó, pasó por el típico ritual de presentarse y todo concluyo casi como cualquier día de clases de cualquiera de los que haya tenido en cualquier lugar, salvo que no pudo escribir prácticamente nada de lo que decía en la pizarra en su cuaderno ya que no podía enfocar bien, intentó disimularlo, pero la maestra le preguntó la respuesta de una de las interrogantes allí planteadas y no pudo responderla, así que le hicieron sentarse más adelante ante la risa de todos.

Los días pasaban y aprovechaba cada tarde para escapar a casa de Damon, ahora que tenía la excusa de supuestamente salir a pasear con nuevos amigos y solamente las clases de arte eran buenos momentos en los que podía demostrar todo su talento en el dibujo y la música, pero aún así nadie se mostraba dispuesto a trabajar con él momento, nadie hablaba con él, pero los pensamientos sobre Damon le eran suficiente inspiración.

Repentinamente el maestro de música enfermó y llegó un reemplazante, alguien a quien Graham jamás había visto, pero, como casi todos en el pueblo, si sabía bastante su vida, era precisamente Dave, quien a pesar de no ser docente tenía las aptitudes suficientes como para hacer la labor a falta de alguien que tomara el puesto por aquel corto periodo de tiempo, a penas entrar le reconoció y sintió cierta antipatía por el muchacho.

Saludó protocolarmente y fijó como actividad que trabajasen en grupo, observó que trabajaba solo así que preguntó discretamente a otros compañeros si podían trabajar con él, pero se negaron, así que se sentó a su lado y observó lo que escribía.

- Tu trabajo está bastante bien, la métrica de la poesía es precisa. ¿por qué no has querido trabajar con tus compañeros? – preguntó Dave.

- Bueno, básicamente ellos son los que se niegan a interactuar conmigo, pero de todas formas tampoco trabajaría con gente que menosprecia a mi amigo. – Dijo algo irritado.

- Podemos hacerlo juntos, si te apetece. – ofreció sintiendo ahora algo de lástima.

- Gracias. ¿cuál es la duración que debe tener la canción? – preguntó achinando los ojos.

- Dos minutos, está todo escrito en la pizarra. ¿Acaso no lo ves?

- Su letra es bastante pequeña.

- Ninguno de tus compañeros ha tenido problemas para entenderla y a demás estás sentado aquí adelante. Deberías ir con un oftalmólogo para que te revise y te recete unos lentes. Mandaré una nota a tus padres.

- Por favor, no les diga.

- ¿Por qué no quieres que sepan?, es necesario para tu salud y tu aprendizaje.

- Porque me ha prohibido juntarme con Damon, por seguro pensará que es por su causa y me castigara. Ella no sabe que somos amigos.

- Al parecer es la única que no lo sabe, pero no puedes atribuirle tus problemas a un mito, así que dame tu libreta. – pidió, mientras buscaba una hoja en blanco en la cual escribir observó unos cuantos dibujos garabateados que le parecieron muy buenos y procedió a hacer la anotación correspondiente ante su atenta mirada. – Quiero que me la traigas firmada, avisaré en el consejo para que la revisen si es que mi reemplazo termina antes. ¿Has pensado la música con la que acompañarás esto?

- Tengo algo en mente, pero no estoy seguro. –

- Muéstrame. – Pidió. A lo que el otro comenzó a tocar la canción.

"Realmente es muy bueno.", Pensó, luego acercó el cajón peruano y comenzó a hacer algo de percusión.

- He visto que sabes dibujar muy bien. – Apuntó Dave. – ¿cuánto me cobrarías por dibujarme esta imagen? – preguntó enseñándole una foto de tamaño pequeño en la que salía con su mejor amigo.

- ¡Caramba!, si es Alex.

- ¿Lo conoces? – preguntó fingiendo desconocer esa realidad.

- Sí, es un amigo muy querido.

- Qué coincidencia, también él es mi mejor amigo, nos conocemos hace algunos años. – mencionó marcando algo de presencia. –

- Oh, entonces no se preocupe por el dinero, lo haré encantado como una forma de devolverle el favor por ayudarme con mi presentación.

- Muchas gracias, solo procura ser muy discreto, quiero que sea una sorpresa.

Al terminar la clase Graham corrió con su guitarra a casa de Damon a contarle acerca de su día.

-No te lo había dicho, pero te ves bastante lindo con uniforme. –

- Gracias, contestó algo abochornado. –

- Me hubiese gustado, ¿sabes?-

-¿Qué cosa?

- Ir a la escuela, conocer gente, tener amigos.

- Vamos, con ir a la escuela no te pierdes de mucho, de lo único que te estás privando es de contactar con imbéciles. Yo sería feliz estando aquí contigo sin moverme, sin ir a ningún otro sitio. – Dijo perdiendo la mirada en los maravillosos rasgos del rubio. – no los necesitas y yo no necesito nada que no necesites tú. – Tomó sus mejillas de tal forma que parecía que le iba a besar, pero pronto se sintió espantado de su propio impulso y se retiró excusándose en que debía apresurarse en llegar a casa. Una vez allí, fue directamente donde su padre a mostrarle la nota, fue con él y no con su madre debido a las aprensiones y creencias de ella. El hombre firmó el documento y aceptó llevarle a la ciudad a visitar un oftalmólogo.

Avanzada la tarde, Alex golpeó en casa de Graham y su madre, encantada, le permitió entrar. Él escucho como el otro ensayaba y se escabulló directamente a su pieza abrazándole por la espalda y haciendo que su cuerpo se tensara por el susto, pero sin soltarle, solo inhaló su aroma, suspiró en su cuello, le saludo y apoyó su mentón en su cintura escapular hasta que se calmó.

- Linda canción, ¿de quién es? –

- Mía.

- Qué interesante letra, ¿Quién será esa persona bronceada, de labios rosados y linda nariz?, no seré yo, ¿verdad? – Dijo, haciendo que Graham ría nervioso, luego depositó un beso fugaz en su cuello y le soltó.

- Habla sobre un amor imaginario, algo que nunca va a suceder.

- Está bien, ¿pero ahogarlo en el río?, ¿No te parece que vale la pena lucharle un poco?

- Tienes Razón, al vez valga arriesgarse un poco.

- Vale arriesgarlo todo y no temerle a nada. – Dijo Alex sacando aquellas palabras desde su interior más profundo. – Cuéntame, ¿qué tal tu vida?

- Por culpa del profesor David debo ir a la ciudad a ver si necesito lentes.

- Wow, ¿Puedo acompañarte a la ciudad?, así te ayudo a elegir el marco de tus anteojos.

- ¡Claro que no necesito lentes! – expresó molesto. – pero sí, puedes acompañarme. – le sonrió.

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⏰ Última actualización: May 08, 2020 ⏰

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Inti y la luna. GramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora