Capítulo 2

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Estoy sentada en el sofá, el chico se detiene frente a mi y me da un vaso con agua, luego se sienta a mi lado.

─Así que tú eres Alexis, nuestro nuevo compañero ─susurra más para sí mismo que para mí.

Cierro la boca hasta forma una línea y asiento.

─Mierda ─suelta y se rasca su cabeza─. Tu nombre debe haber confundido al dueño.

─Eso creo, la verdad yo no hice la solicitud, la hizo mi mejor amiga.

─Ya veo, esto es tan raro, jamás nos había pasado y eso que han venido varias personas a vivir aquí, ¿tienes otro lugar para dormir esta noche?

Niego con la cabeza.

Maldita sea, no tengo dónde vivir por jugar a la niña independiente, que de independiente no tengo nada.

─Podría decirle a Seokhwa que te deje quedarte esta noche en lo que buscas un lugar.

─¿Quién es Seokhwa?

─El dueño.

─¿Crees que el señor acepte?

Él suelta una risa bastante ruidosa.

─Seokhwa no es un señor, seguro ustedes dos tienen la misma edad.

¿Qué? ¿El dueño es joven?

─¿Él fue quién me aceptó aquí?

─Si, probablemente no leyó bien tu solicitud. Él es un poco distraído.

Oh, otro de mi club.

─¿Crees que me permita quedarme en lo que busco algo?

─Si, casi no habla pero es buen chico, no creo que deje a una chica en la calle por un error. Además ya diste el depósito inicial, así que tienes el derecho a quedarte aquí.

Bueno, él tiene un punto.

─A todo esto, ¿cómo te llamas?

─Soy David.

David sonríe y me permite ver su hermoso rostro, tiene los ojos verde claro, su piel es blanca y lisa, sin alguna marca de acné que hasta parece piel de bebé, su cabello es rubio y está peinado hacia atrás dejando al descubierto su frente, sus cejas no son delgadas ni gruesas, tiene el tamaño perfecto, su nariz es fina, tiene unos bonitos y gorditos labios color piel que quiero morder.

Ah esperen, eso no.

Además tiene un rostro que derretiría a cualquier chica que estuviera frente a él, así justo como estoy yo. Pensar en su atractivo hace que me ponga nerviosa y nuevamente mi cara se vuelve un horrible tomate. 

Detente Alexis.

─Yo soy Alexis.

─Lo sé, jamás imaginé que serías una chica ─sonríe─. Siento que me humille cuando te pregunté si venías con Alexis.

─Oh créeme, la más humillada he sido yo. Por cierto, ¿cuántas personas viven aquí?

─Por ahora somos tres, contigo seríamos cuatro.

Alexis y los chicos [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora