Capítulo 4

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─Conquista a ese chico, galana ─suelta Eloísa─. Quizá te odia tanto porque le recuerdas a una chica que amó en el pasado.

Elo y sus historias de romance. 

Sí, ella también lee historias románticas y clichés en plataformas virtuales.

─Elo, no todo es como las historias de wattpad.

─Del odio al amor sólo hay un paso, conquista a ese tal Joshua.

─No creo que haya amor entre él y yo, siento que si sigo viviendo ahí irá a mi cuarto a sacarme los ojos en la noche.

Ella empieza a reír.

─Bueno, entonces conquista al dueño para que él no quiera dejarte ir.

Suelto una gran carcajada.

─¿Seokhwa? ─digo en tono burlón─. Ese chico se la vive más dormido que despierto, ni siquiera me ha visto las pocas veces que nos encontramos, creo que no le atraigo para nada.

─Ay es una lástima ─suspira desanimada─. Entiendo pero entonces, ¿tienes tres guapos chicos contigo y ninguno te atrae?

─Oh claro que si, los tres me atraen pero eso no significa que saldré con ellos.

Ella me mira con una mueca que me saca una sonrisa.

─Me caes mal ─saca su lengua─. Si yo fuera tú estaría aprovechando lo que el destino me ofreció.

─Ya dejemos ese tema, mejor ayúdame a buscar un nuevo dormitorio.

Ella pone los ojos en blanco y se levanta de la banca.

─No te ayudaré, te di el regalo de vivir con tres chicos guapos, aprovecha.

Y seguido de eso empieza a caminar sin mirar hacia atrás.

─Me voy, tengo clase ─grita a lo lejos.

El horario escolar del día termina y veo el reloj: 2:50 PM.

Tengo exactamente diez minutos para llegar a tiempo a mi trabajo. Corro por la universidad como si estuviera en un maratón hasta que llego a la biblioteca con el rostro todo sudoroso, odio sudar.

─Llegaste ─dice Oliver, el chico del turno matutino─. Me voy, tengo clase.

Oliver sale rápidamente de la biblioteca como si hubiera estado esperando con ansias mi llegada para irse.

Trabajo en la biblioteca de la universidad, lo cual es grandioso porque tengo tiempo de estudiar aquí y al mismo tiempo me pagan.

Estoy en el pasillo de psicología acomodando  libros, uno de ellos tiene que ir en la parte de arriba pero mi estatura no ayuda y mi flojera mucho menos. Bien podría ir por la escalera pero me da pereza ir hasta el cuarto dónde se encuentra. Empujo el libro y veo como éste se regresa a punto de caerme en la cara, me hago bolita para cubrirme pero el libro jamás cae encima de mí.

Abro los ojos.

─Creo que te he salvado, Ale ─musita David sorprendiéndome.

En su mano se encuentra el libro que me iba a caer, después lo acomoda en su lugar y voltea a verme, estamos a quizá tres centímetros el uno del otro.

─Ohhh ─es lo único que suelto, no sé qué decir, quedé pasmada al verlo tan cerca de mí─. Gracias David, ¿qué haces aquí?

─Vengo por un libro para una tarea.

Alexis y los chicos [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora