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Es hoy otro día en mi vida, y todo va de lo más normal a diferencia de un gran cambio que he hecho, miro hacia arriba más a menudo observando el cielo, los árboles, las aves volando y cantando.
Por un momento me sentí en un video musical también obra de la música que se escuchaba desde mis auriculares.

Como de costumbre llegué a la tienda tan pintoresca, en donde me estoy gran parte de mi vida. Pero bueno es lo de menos.

Debo de confesar que la noche anterior me tomé el tiempo de tirarme en la cálida cama observando al techo de la habitación,  si, estaba algo dañado pero eso no le impidió a mi mente pensar en él.  En su sonrisa tan repentina y agradable, su humor tan único y ni hablar de su manera de ser tan alucinante y sobresaliente.
Muy en el fondo lo sabía pero no quería admitirlo por miedo a mi misma, o descubrir el por qué es tan raro.
Aún con pensamientos negativos se me hizo imposible no ver en mi mente su sonrisa tan contagiosa y agradable.

Entré a la tienda, saludé a Kim que de su manera única también me saludó.
Me gustaba estar en esa tienda, no todos los trabajos son tan buenos. Me llevo muy bien con mi jefa (a excepción de una ocasión donde por mi culpa robaron pero puff ya saben errores básicos), si tuviese alguna emergencia o algo asi sin dudarlo Kim me daría permiso para salir volando a donde fuese. Son cosas que aprecio. Recuerdo cuando estuve enferma desee tener en mi nariz el olor de un pino artificial, el sonido de los foquitos en mis oídos y observar el blanco y rojo por todos lados.

El sonido de el celular me estuvo estresando gran parte del día, no dejaba de sonar. Debi pensarlo dos veces antes de enseñarle a mamá a usar las redes sociales.

—Eli, te buscan afuera— anunció Kim.

Ash. —Gracias Kim—salí de mi lugar de trabajo—, ya vuelvo.

Observé desde la ventana y era mi hermana.

—...Elizabeth has faltado a tres citas, mamá está muy preocupado tienes que ir a casa y a la clínica.

—En primera Martha, ya estoy lo suficientemente bien como para asistir a clínicas y segundo ¿por qué tendría que ir a casa?

—Me dieron el ascenso. Mamá quiere que estés ahí.

—¿y estará Alba?

Ignoró lo que dije e hizo una mueca de fastidio.

—La cena es pasado mañana, espero llegues.

Hay personas que se sienten mejor que los demás, y así era Martha. Aunque siendo una abogada es un poco fácil.
Entré a la tienda tratando de olvidar todo ese embrollo.

—Me invitó a salir— confesó Kim luego de un rato.

—¿Qué?

—Esta noche, pero no sé que llevar.

—¿Quien?

—Obviamente Sam.

—¡Eso es estupendo Kim!

—No tanto si no tienes que llevar.

Luego arreglé a Kim de una forma no tan insinuante y tampoco nada aburrida le pinte los labios y eliminé el restante de maquillaje.

—Estás perfecta Kim.

—Muchas gracias Eli —sacó el espejito de su bolso para verse en este— ¿y tú no tienes que salir?

—Espera, ¿quieres decir que me podré ir temprano?

—Sal y diviértete con algún chico al azar.

Lo tenia pensado pero no con alguien al azar.

Salí de la tienda e iba caminando buscando un delicioso perro caliente o algo que comer ya que mi estómago pedía a gritos comida.

Mira arriba °Robert Downey Jr°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora