Mi Último Mes Contigo

Día 1

Primero de Mayo 2020.

"Lo más importante nunca se ve" -El principito.

La luz incandescente del Memorial Sloan Kettering Cáncer Center alumbraba el comienzo de esta historia, o tal vez el final de esta misma. Nos pasamos la vida entera preocupándonos de los quehaceres de la vida cotidiana ignorando lo que verdaderamente tiene que preocuparnos.

El tiempo.

Quise escribir mis palabras en aquella típica lista que iba a empezar, pero nada fluía en mi cabeza para dar comienzo a lo primero que quería hacer antes de morir. Aceptar ese hecho fue mucho más complicado de lo hubiera imaginado, pero al final de todo iba a suceder de cualquier otra manera. Iba a morir.

Tomé un sorbo del café con doble leche que tenía a mi lado, arrugando un poco la nariz al sentir el ardor en mi lengua -maldición, está hirviendo- gruñí en mi mente sintiendo la frustración recorrer mi torrente sanguíneo, arrugue una vez más el papel dejándolo de lado junto con el resto de papeles hechos pelotas deformes que ya tenía en aquella pequeña mesa del comedor. Pase mis manos restregándolas por mi rostro tratando de calmar la tensión que sentía en mi entrecejo.

— Pareces en medio de una crisis existencial —dijo Allison sentándose en la silla de enfrente con su característica sonrisa.

— Estoy en medio de una crisis existencial —dije aún con mi rostro entre mis palmas—. Pensé que no vendrías hasta mañana.

— Necesitaba ver a mi hermanita —dijo—. Y ver que estés teniendo todo en orden, pero por lo que puedo ver no lo haces muy bien —señaló los papeles arrugados con una impaciente sonrisa.

Allison es una obsesiva compulsiva leve, todo tiene que estar en orden y pulcro a su alrededor para que ella pueda vivir en paz y feliz, si algo está ligeramente fuera de su orden la lleva a una angustia monumental y un pequeño ataque de picazón por todo su cuerpo. Empecé a tomar las bolas de papel para botarlas y dejar que mi hermana respirará en paz para tener una conversación normal, aunque casi nunca la teníamos.

Al regresar tenía su vista en su celular escribiendo algún mensaje de Whatsapp con el ceño fruncido moviendo ligeramente su pierna izquierda mientras sus dedos se movían con rapidez, sin percatarse en mi mirada intrépida y sé que la conozco muy bien para saber que algo no va bien entre ella y su actual pareja, Axel, un chico tostado por el sol y una actitud irritantemente controversial por cada comentario despectivo que salía de su lengua viperina. La vida amorosa de Allison era activa como su vida social y yo era igual que ella en un nivel más bajo hasta que sucedió el encuentro de mi enfermedad hace unos 2 meses.

— ¿Está todo bien? —me volví a sentar enfrente de ella, quien me miró directo a los ojos por unos instantes, los instantes perfectos para poder leerle sus ojos—. Muy bien, suéltalo.

— Son solo problemas de parejas, cosas cotidianas Annie —me llamo por mi apodo fraternal con un deje de tristeza—. Nada que no se pueda resolver, pero olvidemos eso y hablemos de ti ¿Sí? Te veo más delgada, ¿Estas tomando bien todos tus medicamentos?

—El cáncer no me deja engordar ¿Se te olvida? —Dije sarcástica— No tienes que preocuparte, todo está en control

Otro mensaje sonó de su teléfono, luego otro y luego otro haciéndola suspirar con los ojos cerrados con fuerza.

— Alannah sé que este día lo deberíamos aprovechar, pero yo...

— No te preocupes, ve y arregla lo que tengas que arreglar —sonreí— y ten presente que si me necesitas para patearle el culo estaré aquí.