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Capitulo 3.

La alarma de tn sonó.
Se colocó de pie y bostezo
Se quitó su camisa y Camino descalza hasta su armario, dónde saco una camisa de tirantes blanca.
La camiseta del trabajo.
Y unos shorts negros.
Se colocó todo y finalmente se puso sus típicos tenis.

Tomo su mochila, la cual había pintado ella misma.
Metió su gorra, su libro a quien leía esta semana. Y
La cajita de sus audífonos.

Se acercó a su tocador y amarro su largo cabello.
Tomo su mochila y bajo corriendo las escaleras.

Entro a su cocina, y en las puertas de abajo saco la bolsa de comida para animales.
Pues solía encontrar a callejeros de vez en cuando, lo metió en su mochila y cerro la puerta.
Abrió su refrigerador y saco aquellos panqueques que había preparado un día antes.
Los metió a su microondas, y al sacarlos, los tapo y metió en su mochila.
Lleno de agua y comida para gatos el traste de su mascota.
Y Finalmente tomo una manzana, sus llaves, se colgó su mochila. Y salio de su casa.

Su vida era una mierda.

No tenía amigos, más que una chiquilla que va en su universidad, quien solía estar ocupada en sus trabajos o con sus otros amigos.
Tenía un empleo estable. No sé quejaba de el. Tal vez era lo único que le levantaba el ánimo.
Tenía a su gato, pero era mas cuidado por los padres de su amiga de universidad, pues ellos estaban seguido en casa, y ambas eran vecinas.
Pero no podía pasar mucho tiempo con su amiguito, Pues estaba tanto tiempo trabajando, que lo podría hacerse cargo.

Sus padres vivían a lo lejos con sus hermanos.

Y ella.
Detestaba a la sociedad.

Miraba a su alrededor.
Tanta mierda de personas unidas en un mismo lugar.

¿Cómo estaba segura que no maltrataban a los animales.?
Todos eran tan malos.
O eso había aprendido por las malas.

Pasaba por aquellos locales dedicados a vender carnes.
¿¡Cómo podían comerse a un animal?!.

Ella era un intento de vegetariana.
Únicamente comía vegetales.
Pero a veces usaba productos de origen animal, como leche o huevos, solo para preparar pasteles.

Después de unas cuadras.
Llegó a su trabajo.

Entro.
Todos le miraban extrañados.
Pues era la nueva, y claramente, la antisocial que daba miedo.
Ella odiaba las miradas de los demás.
Y por esa razón les miraba con odio.

Llegó a su casillero y lo abrio.
Metió su mochila y saco la diadema con orejas de oso para después ponérsela.
Se colocó sus audífonos, los cuales eran pequeños y fáciles de esconder.
Para después meter su teléfono en su bolsillo y entre cerrar el casillero.

—Llegas tarde. Enana–.

Miro a su derecha.
Panda quien estaba recargado y cruzado de brazos.
Le miraba, tratando de imponer su autoridad.

TN asoto el casillero con fuerza haciendo sobresaltar al más alto.
El mayor se reincorporo con rapideza y volvió a su mirada.

TN se acercó a el y le jalo de la camiseta.

—¿A quien llamas enana, idiota?–.

Panda se quedó callado.
Tenía miedo.
Era como si un gato se hubiera convertido en un jaguar.
Y estuviera amenazando a un bebé panda.

—Eso crei–Dijo para después empujarlo–Camina rayas, hoy tengo más trabajo, y no perderé mi tiempo contigo–.

TN camino a la zona donde trabajaría hoy.

Panda apretó sus puños, hizo un puchero y un berrinche, mientras decía "Ash" y pisaba con fuerza, para después caminar a dónde tn.

—Antes de entrar, te diré que...–Decia panda–.

TN miraba cuánto hablaba y se señalaba a si mismo,
Pero claro, no le haría caso, pues su música era más importante.

¿Donde tendrá escondidas esas llaves?.

Tn lo analizo por completo.
Y miró a sus lados.
Nadie sería testigo de que se acercaría de más a esa asquerosidad humana.

La más baja lo empujo contra la pared y le acorraló con su pierna, quien pisaba la pared.

TN comenzó a tocar los bolsillos de la camisa de panda.

—¿¡Q-que estás?! ¿¡QUE CREES QUE HACES TOCANDO MI?!–Decia completamente sonrojado– ¡i-iAAA!–Chillo panda. Eso le había dado cosquillas. Pero un grito agudo había salido de el–.

Tn le miro con asco.
Tomo las llaves del bolsillo de su pierna de manera sigilosa.
Y las escondió atrás de su espalda.
Para después separarse.

Se quitó un audífono y le miro de la misma manera.

—¿Que carajo fue eso? ¿Acaso tú punto g está en tu pierna?–.

—¡C-cierra la boca, e-eso solo me dió cosquillas!–.

—¿Y por eso el gemido?–.

—¡NO FUE UN GEMIDO!–.

—Ya rayas, no te esponjes, solo quería las llaves–Dijo mientras las mostraba y movia–Te estabas tardando demasiado. Ahora. ¿Que llave es? Mientras mas rápido acabe, más rápido puedo irme y evitar tu asquerosa y pervertida presencia–.

Panda hizo otro puchero.
Su rostro estaba completamente rojo.

Le arrebato las llaves y abrió.

—¡T-te odio!–.

—Yo mas, me alegra que sientas lo mismo que yo–.

Panda le miraba molesto.
Pero TN con una sonrisa burlona.

—¡Chicos!–Grito Alice acercandose a ellos–.