Jin no sabía por qué, pero cuando vio que el muchacho rubio llegaba por tercera vez esa semana a la cafetería, se emocionó.
Habían pasado aproximadamente unas cuatro semanas desde su primer encuentro y como siempre, el chico pidió su orden y se sentó a esperar en la misma mesa junto a la ventana. Jin no lo había vuelto a ver tan decaído como aquel primer día, lo cual creía que era bastante bueno.El chico era impasible. Tenía siempre la misma expresión serena y tranquila. Y como todos esos días, Jin se dedicó a observarlo cada que podía.
Los primeros días el rubio sólo llegaba, esperaba su orden, comía y se iba. Pero después, se quedaba más rato. Tomándose su tiempo para comer mientras lo veía garabatear o escribir en una libreta, y en ocasiones, en su computador portátil.
Jin dedujo que al igual que él, era un estudiante, esto siendo evidente debido a las incontables ocasiones que lo encontraba haciendo seguramente alguna tarea. Sus ojeras iban y venían dependiendo del día. Jin pensó al principio que por su pinta era quizá algún estudiante de Ingeniería, descartándolo poco después al notar que nunca lo había encontrado haciendo tareas propias del tema. Siempre estaba haciendo ensayos acerca de diferentes temas, siempre había muchísimas letras. Y siempre con libros de texto y muy seguido con obras literarias. Estaba seguro de que quizá seguía alguna licenciatura, quizá en letras, en filosofía o algo por el estilo.
Jin siempre, siempre le llevaba los pedidos al rubio. Siempre le quitaba la bandeja a Soobin y le entragaba personalmente la orden con una sonrisa, la cual siempre era respondida con un asentimiento de cabeza. Algo frío, pero a Jin no le importaba.
Bueno, si lo hacía, pero pensaba firmemente en qué quizá algún día lograría ver la sonrisa del rubio o que volvería a ver su bello rostro con un leve sonrojo.
Sí, a Jin le empezaba a gustar el rubio y mucho.—¿Te trae loco, no? —dijo Hoseok mientras recogía los trastes de las mesas desocupadas. La cafetería acababa de cerrar.
Jin lo miró mientras entornaba los ojos y continuaba barriendo.
—¿Quién me trae loco? —preguntó sin darle mucha importancia.
Sabía que Hoseok sólo buscaba fastidiarle un poco.
—El rubio de anteojos que siempre se sienta en esta mesa —dijo Hoseok, soltando una risilla y golpeando la mesa con la fuerza suficiente para hacerla sonar un poco.
—Es lindo —admitió Jin, concentrándose en no dejar ni un poco de suciedad en el piso.
Hoseok emitió un chillido de emoción.
—Jin está enamorado —afirmó.
—No creo que se pueda llamar enamoramiento. O al menos no aún.
—Eso es lo de menos. Creo que también le gustas.
—Cómo si pudieras saberlo.
—¡Lo digo en serio! Debe de sentir algo como para venir casi cuatro veces por semana en el mismo horario.
—Hoseok. Tenemos clientes frecuentes.
—¡No digas nada! Haré de cupido para ti.
Seokjin negó entonces con la cabeza y simplemente dijo:
—Hoseok ni se te ocurra o le diré a Yoongi que...
—¡Traidor! —gritó Hoseok mientras tomaba el trapeador y lo blandía como si fuera una espada.
Jin lo imitó con la escoba y ambos iniciaron un combate bastante extraño lleno de risas y amenazas que sabían que no cumplirían. Soobin sonriendo, ya acostumbrado al comportamiento de sus hyungs.
Cuanto más tiempo pasaba, Jin quería saber más acerca del rubio. Siendo una de las principales, su nombre.
Debía de haber alguna manera de averiguarlo.
Esa ocasión llegó la semana siguiente. Cuando el rubio se había retirado y había olvidado su billetera en la mesa.
Jin la había tomado y guardado en el mostrador, esperando que al notar la ausencia de su billetera, el chico regresara para tomarla. Pero nada.
Se la llevó a su departamento y se dijo que se la daría mañana. Al principio la había dejado en su mochila, para que no se le olvidara el día siguiente y dispuesto a respetar la privacidad del muchacho, sin embargo la curiosidad le ganó.
Se encontró con un par de billetes y monedas que no se atrevió ni a detallar. Por supuesto que no iba a robar nada. Y fue entonces cuando encontró una identificación.Kim Namjoon. Ese era su nombre.
Namjoon...
Ya le podía dar un nombre al chico que le gustaba y eso era de lo más sensacional.
Porque que sí. A Jin le gustaba Namjoon. Al principio tan sólo le había llamado la atención pero con el paso de los días y constante observación discreta (según él), no pudo evitarlo. Se sentía muy atraído por el rubio. Su aura misteriosa y expresión inescrutable la mayor parte del tiempo. Pero Jin le había visto vulnerable aquella primera vez y no podía evitar pensar en qué quería estar ahí para animarle en días sombríos.
Quería saber más sobre él. Conocer lo que le gustaba y lo que le disgustaba. Quería conocer sus sueños, su historia y compartir con él.
Pero por sobre todo, quería ver su sonrisa. A Jin le encantaba sonreír. Y le gustaba ver sonreír a la gente que lo rodeaba y amaba. Jin siempre había tenido ese pensamiento de que no valía la pena amargarse la vida y que las sonrisas eran el mejor remedio. Le gustaba sonreirle a la vida.
Y ahora sonría enormemente. Pues ahora sabía su nombre.
Namjoon.—Prepárate, muñeco ¡Porque Kim Seokjin va a conquistarte!
ESTÁS LEYENDO
Stolen Kisses [ Namjin ]
Fanfic❝ El chico le gustaba, es más ¡Le encantaba! Y estaba dispuesto a conquistarlo. Era hora de tomar cartas en el asunto ¡Nadie podía resistirse a su encanto! ❞ Donde Jin se enamora de Namjoon, un lindo chico que frecuenta la cafetería en la que trabaj...