Stolen Kisses [ Namjin ]

🌹 4. Primer paso

Aquella había sido su primera conversación más larga y después de aquel día muchas otras le siguieron, todas estas siendo superficiales, acerca del clima o como estuvo su día, pero Jin no podía evitar pensar que de una u otra manera estaba conociendo a Namjoon poco a poco.

Cada vez que el rubio entraba al establecimiento no podía evitar emocionarse, su corazón palpitaba más rápido de lo normal y sin querer terminaba viendo cada que podía al muchacho. Observando como este realizaba sus tareas o leía algún libro.

A pesar de que sus estudios empezaban a tornarse un poco pesados debido a que la semana de pruebas se acercaba, no podía evitar sentirse emocionado y risueño.

Sin embargo, no estaba satisfecho. Sentía que podía lograr un acercamiento mayor con el rubio pero para ello debía tomar cartas en el asunto.

El pelinegro sabía que Nam era un poco tímido y en consecuencia bastante reservado, por lo que pensaba que él debía ser quien diera el primer paso, aunque se sentía nervioso, pues no estaba seguro de si sus sentimientos serían correspondidos y eso le asustaba.

Jin realmente quería creer que el rubio le correspondía, realmente esperaba que fuera así. Se había estado ilusionando todo ese tiempo. Y por esa precisa razón no pensaba dar un paso atrás. Aún si el rubio no le correspondía, eso no quitaba la posibilidad de poder llegar a gustarle ¿No?

No era momento para dudar.
¡Era Kim Seokjin! ¡Nadie podía resistirse a su encanto!

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Ese día, Namjoon llegó más temprano que de costumbre vestido de manera muy elegante. Un traje negro, camisa negra y corbata del mismo color pero salpicada por puntos blancos. Se acercó al mostrador con una sonrisa que hizo que el corazón de Seokjin quisiera salir disparado de su sitio.

—Hola —dijo Namjoon cuando llegó frente a él, sin borrar su sonrisa.

—Ho-Hola —Jin se maldijo por trabarse sin razón aparente— ¿Por qué tan elegante? —decidió preguntar para desviar la atención del rubio, cuya mirada estaba sobre él y le estaba poniendo los pelos de punta.

—Oh, tuve una presentación —explicó Namjoon acomodándose los lentes.

—Por tu humor, puedo deducir que fue bien.
—De hecho sí, me fue bastante bien.
—Me alegro.

Un silencio un tanto incómodo se instaló entre ellos. Lo extraño era que parecían querer decirse tantas cosas, sin embargo algo se los impedía.

—Uhm... ¿Deseas ordenar algo? —preguntó Jin notando que un nuevo cliente acababa de entrar.

—Oh, sí. Claro. Uhm... Un té frio estaría bien.

Después de pagar, Namjoon se encaminó a la mesa de siempre, pero Jin notó que el entusiasmo inicial con el que había llegado prácticamente se había desvanecido casi por completo.

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Jin estaba preparando unas cuantas órdenes junto con Hoseok. Era la hora pico por lo que ambos se encargaban de la cocina mientras que sus dos menores: Yeonjun y Soobin hacían de meseros.
Jin se sintió un poquito mal al no poder entregarle la orden y hablar un ratito con Namjoon como de costumbre. Pero trabajo era trabajo.

Para cuando la hora pico se daba por terminada, Jin notó que Namjoon ya había abandonado el establecimiento. Un poco melancólico, se acercó a la mesa para retirar los trastes y limpiar, notando una hoja con algo escrito en ella. Al tomarla, descubrió un pequeño texto:

Mis tardes se han vuelto mi momento favorito del día. El café nunca supo tan dulce. Aquel sabor amargo se va desvaneciendo al verte. Incluso si mi día es gris, tu presencia lo vuelve colorido. Probablemente de color rosa.
-Namjoon.

Jin sonrió, enternecido por las palabras. Se sacudió el cabello al leer nuevamente la última línea. Mechones de cabello rosado le cubrieron ligeramente los ojos.

Al parecer, Namjoon se le había adelantado dando el primer paso.