Capítulo 12: Intentado ser consejeros

713 62 13
                                    

P.O.V NARRADORA

Apenas se durmieron sus hijos, Yugi y Yami los acostaron viendo como siempre empezada a pelea con la sabana de el otro sin despertarse, rieron un poco bajo para salir de la habitación y deja escapar un suspiro, ser padres no era tan fácil, por lo que estaba algo agotados.

—A la próximo puso cordón—menciono Yami acostándose en el sofá.

—Bueno, ya tenemos dos hijos, así que creó que podemos escapar unos... cincos años—sonó algo bromista Yugi, haciendo que el faraón se levantará de golpe.

—¡¿Cincos años sin tener relaciones?!—literal quedó en un estilo pequeño con los ojos hecho círculos de color rojo, su cara estaba azul y sin olvidar que el fondo detrás de el era negro con rayas blancas indicado que se rompió la pantalla—¡¿Quieres que me muera?!.

—Técnicamente ya moriste...

—Rayos.

—Pero calmarte, me refería para poder tener otros hijos—rió un poco—Claro... si no es que algo pase.

Yami quedó callado ante eso, hasta ahora recordó que faltada solo un mes —o quizás días— para irse y Yugi no le tenía una respuesta a lo que paso antes de que nacieran Isis y Akil, por lo que miró a el Muto que veía el suelo empezado a jugar con sus pies, suspiro para simplemente acercarse a el y abrazarlo.

El oji-amatista rompió en llanto para abrazarlo dejado que sus lágrimas mojará la camisa de el faraón, el cual simplemente acariciada su espalda intentado calmarlo.

—¿Por qué debes irte?...

—Yugi, yo no pertenezco a tú época...

—Lo sé...—suspiro dejado escapar un sollozo—¿Por qué no nací en tú época?.

—Etto...

Yugi se confundió a escucha eso, por lo que lo miró con ciertas sospechas.

—Atem...

—¿H-hum?.

—¿Hay algo que no me allás dicho?.

—Bueno...—suspiro—No te voy a mentir, tú si existente en mi época como uno de mis sirvientes, nunca sentí nada por ti, ni siquiera sabía cual era tú nombre, hasta que claro... armaste el rompecabezas y bueno, me enamoré de ti.

—¡¿ESTÁS INSINUADO QUE HAY OTRO YO CONTIGO EN EGIPTO?! —cierta los celos le ganaron, ¿celoso de si mismo?.

—Moriste...

—Oh... eehh...—empezó a reír nervioso, mientras Yami lo mirada con una sonrisa pícara—Perdón, me moleste un poco...

—Te amo a ti Yugi, no tengas celos de... ¿ti?—no pudo evitar reír, haciendo sonroja a el Muto.

—Ateeem.

—Oye, te dije que podías llamarme Yami.

—Lo sé, pero me gusta como te pones cuando te dijo así—sonrió.

—¿Eh?, ¿cómo?.

—Casi rojito.

Y ahora fue Yugi quien rió, Yami se sonrojo por eso y sonrió divertido para literal lanzarse contra el menor haciendo que ambos cayeran a el suelo riendo, debía admitir que jamás se esperaron tener momentos como los que ha tenido en los pocos meses de el embarazo que ha estado Atem.

Entré poco el faraón le hacía coquillas a Yugi quien intentaba liberarse, claro que no lo logró.

—¡Ya-Yami dej-dejarme jajaja!.

Volverás por... ¿nosotros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora