Capitulo 4.

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Cuando todos terminamos de cenar Caley puso los platos en el fregadero.

Después de algún tiempo de su silencio, me puse de pie y caminé hasta estar justo detrás de ella.

—¿Podemos hablar?— la agarre por el brazo y le di la vuelta.

Ella pasó los dedos por su pelo, —Por supuesto.

—¿Estás bien?

Fingió una sonrisa: —Sí, estoy bien.

No, no lo estas.

No tienes que mentir— dije en voz baja—Te conozco perfectamente.

Ella dejó escapar una breve risa—Hablamos en la habitación.

Está bien— le di una sonrisa triste—Te espero en la habitación— y con eso, me fui.

Se que algunos se estarán preguntando, "¿Aún duermen juntos?" Bueno mis pequeños amigos, la respuesta es sí, Caley y yo aún dormimos juntos. A ella le da miedo quedarse sola por lo tanto tengo que quedarme a dormir con ella.

—¡Mierda!— grite sumergido en mi almohada una y otra vez—¿Que me pasa?— me preguntaba en voz alta. Su rostro de esa chica se me vino a la mente una vez más. Enterré mi cara en la almohada y gemí. Esto es absurdo.

Me di la vuelta para acostarme sobre mi espalda. Oí la puerta de mi habitación abrirse y cerrarse.

Nos miramos el uno al otro. Hice un gesto para que se sentará a mi lado al otro lado de la cama. Ella obedeció.

—Desahógate— le aconseje.

Ella se hecho a reír histéricamente y yo sabía que ella estaba riendo para no llorar—Sheridan me dijo que quería a alguien más— dejo escapar un suspiro—Realmente no sé qué hacer.

La miré—Sabes exactamente lo que tienes que hacer, simplemente no tienes el valor para hacerlo.

Ella sonrió con tristeza, mirando al suelo—Lo se. 

—Él te va a extrañar el día en el que le cuente sus cosas a alguien más y no tenga ni puta idea de lo que habla, como cuando te contaba a ti y morían de risa. Somos personas reemplazables, pero irrepetibles—Pasé un brazo sobre su hombro para jalarla a un abrazo lateral.

Ella cerró los ojos, lágrimas escaparon de ellos rodando por sus mejillas—A veces pienso que tal vez no valgo la pena, tal vez por eso todos se alejan de mi.

Esas palabras me llenaron los ojos de lágrimas—Todo va a estar bien, ya llegará alguien a tu vida que no te dejará irte a dormir triste.

Ella lloraba en mi pecho— a veces me siento sola.

Besé su cabello, cerrando los ojos—Estoy aquí, no estás sola.

Ella se aparto de mi. Su nariz y sus mejillas estaban de color rojo, manchados de lágrimas, —¿Cómo supiste que me sentía mal?

—Solo lo supe— susurré y le di una sonrisa triste.—Ya es hora de dormír, descansa mañana será un nuevo dia— pellizque su mejilla—Buenas noches.

Buenas noches—Dijo, metiéndose en la cama—Y, ¿Charlie?

—¿Sí?—Le di una sonrisa.

—Gracias por todo—Me devolvió la sonrisa.

—No hay problema. Sabes que yo siempre estaré allí para ti mientras viva, puedes contar conmigo; no tienes que enfrentar esto sola. Al final nadie quiere estar solo cuando está herido— asintió con la cabeza, y con eso, nos fuimos a dormir.

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