Capítulo 6.

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—Nos vemos en la salida, Charlie.

—Está bien.

—Hoy estoy feliz, hermano— me sonrío.

—yo también— le devolví la sonrisa

—Estaré con Sheridan en el Receso— dijo Caley, empujando su pelo sobre su hombro.

—Me alegro por ti.

—Gracias.

—Pero no tienes mi permiso para ser novia de ese chico— empecé a caminar.

—¿Que? ¡Charlie! ¡Espera!

—Cómprame una bolsa de picafresas y podría considerarlo.

Suspiró en derrota, — está bien, mañana te compró la bolsa de picafresas.

—Si, si quieres...— le giñe un ojo.

Ella me miró, —Está bien— se dió la vuelta en sus pies.

—¡Nos vemos en la salida!— canté en dirección al salón.

Esa fue una manera sutil de obtener picafresas.

Satisfecho de mí mismo, entré al salón. Estaba revisando mi teléfono porque me había llegado una notificación de facebook.

—Joven, de nuevo llegando tarde— dijo el profesor.

Me congelé a medio paso. Le sonreí, rascándome la parte posterior de la cabeza—¿Puedo pasar?— asintió con la cabeza.

Entre al salón y me senté el mi asiento. Comenzó la clase y unos minutos después abrieron la puerta.

Todos giramos la cabeza hacia la persona que había interrumpido la clase.

—Maestro— dijo una chica. Era insanamente atractiva. Tenía un cabello rubio y lacio, grandes ojos verdes y cuerpo delgado.

El maestro la miro y saco una lista, —Adelante, pasa, Alejandra— dijo en profesor.

Chicos, quisiera que conozcan a Alejandra Ibarra. Será su nueva compañera de clases, así que démosle la bienvenida.

Chris me dió un codazo —Ella está buena— me mantuve en silencio, checando a la chica. Chris estaba en lo correcto, ella era ciertamente sensual. La chica pareció sentir mi mirada, porque volteó a verme.

—¡Mierda!— murmuré, evitando su mirada.

—Te atrapo mirándola— Chris rio a mi lado.

Rodeé mis ojos, —No la estaba mirando—negué. Sentí un golpecito en mi hombro, volteé hacia atrás.

Carlos susurro suavemente —Demonios, ¡Esa chica es jodidamente hermosa!

—Lo es— admití

Chris se nos unió — Esa chica va a ser mi chica— dijo con arrogancia.

—Que arrogante eres, amigo— Carlos frunció el ceño.

—Chris y Charlie— el Sr. Gustavo nos llamó—¿Debería asignarles nuevos asientos?

Negamos con la cabeza —No, profesor.

—Eso es lo que crei— le pidió a Alejandra que se sentará en el último asiento. Y así es cómo comenzó la clase.

Veía como el profesor explicaba la misma cosa una y otra vez. Descansaba mi barbilla en mis manos, parpadeando varias veces.

—No lo entiendo— dije frustradamente.

—Yo tampoco— Carlos gimió.

—¿Charlie?— el profesor lo llamo.

Lo miré sorprendido—¿Si?

—Usted no ha parado de hablar en todo el día, ¿Por qué no pasa al frente?

—¿Yo?—me señalé.

—Si, usted, venga y resuelva estos ejercicios.

Todos me veían, incluída Alejandra. Trague saliva, mirando el pizarrón. No tenía idea de cómo resolver eso. Bajé la mirada y camine hacia el pizarrón, las manos me temblaban. Tomé el marcador pero no tenía idea de lo que tenía que hacer.

—Yo te ayudaré— Daira susurro—Escribe.

Suspiré y empeze a escribir todo lo que me decía Daira.

Dejé el marcador en su lugar y camine de regreso a mi asiento. Cuando estaba a lado de Daira en su lugar, me pare.

Le sonreí, —Gracias— dije en voz baja.

—De nada, Charlie— me devolvió la sonrisa y seguí mi camino.

Cuidadosamente, saque mi celular, para ver la hora. Afortunadamente eran las 5:28, faltaban solo dos minuto para que sonara la chicharra de receso, esperando impaciente esos dos minuto se me hizo una eternidad. Esperando a que la chicharra sonara empecé a dibujar en mi cuaderno círculos, deje que pasará el tiempo, faltaban tan solo dos minutos para salir de esta clase, cuando el rostro de aquella chica se ve vino a la mente, realmente esto estaba siendo una tortura para mí, ayer no pude dormir por estar pensando en ella. Solo éramos mi almohada, las canciones de Ed maverick y yo, en aquella noche silenciosa dónde solo se escuchaba el canto de los grillos. Dónde mi mente se preocupaba tanto por pensar en la chica que iba a ser mi vecina.
El sonido de la chicharra sonó y me hizo volver a la realidad.

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