El señor Park Jin-Ho, después de la muerte de su esposa se fue a vivir a Reino Unido, junto con su único hijo Jimin, quien en ese entonces tenía 9 años. Perder a un ser querido a esa edad es muy triste, y más si se trata de la persona que te trajo al mundo.
Park Jin-Ho no quiso hundirse en la depresión, por lo que traslado todas sus empresas a Londres para comenzar una nueva vida. Sin embargo, no espero volver a encontrar al amor de su vida.
Lia.
Ella era una británica, de cabellera rubia y larga. Era alta y joven, parecía una modelo de esas revistas de moda. Quien quita y tal vez si lo fue en su juventud, pero ella no estaba sola. Tenía dos mellizos: Zack y Liz, ambos de la misma edad que Jimin. Pasaron algunos meses, y Park Jin-Ho y Lia se casaron para formar una nueva familia feliz.
O eso era lo que Jimin creía creer.
Jimin no entendía como Lia paso de ser "la mejor madrastra del mundo" a la "bruja mala del cuento". El rubio pensaba que eran alucinaciones, que solo era porque no aceptaba que su padre se había casado con otra mujer, pero al ver como ella lo trataba no le quedo dudas de nada.
— Papá... ¿Podrías pasar más tiempo en casa, conmigo? — dijo el rubio nervioso. — Te extraño mucho.
— Jimin, entiende que debo hacerme cargo de la empresa que algún día sera tuya. — dijo Jin-Ho ignorando la petición de su hijo. — Además, Lia esta aquí contigo, ahora ella junto con Zack y Liz son nuestra familia. — el rubio asintió sin saber que decir, un puchero se estaba formando en sus labios. — No llores, se que extrañas a mamá. Yo también lo hago, sin embargo debemos ser felices, ella no nos quiere ver tristes.— dijo mientras se acercaba a limpiar las pocas lágrimas que su hijo tenía. — Te voy a dar un anillo, era de tu madre.
Jin-Ho le colocó el anillo a su hijo, que era de su esposa. Estaba seguro que su hijo lo guardaría y lo cuidaría.
— Algún día cuando muera, también tendrás el mío. — señaló el que tenía. — Y se lo darás a la persona que vuelva especial tu mundo.
Jimin abrazó a su papá. Era lo único que le quedaba.
Sin embargo, nada es para siempre.
「✧✦✧」
— ¡Jimin, baja en este instante! — grito su madrastra desde el primer nivel. — ¿Dónde andas metido?
— Vooooy, dame tiempo Lia. — dijo Jimin mientras intentaba levantarse de su no tan cómoda cama. — Odio los lunes.
Después de la muerte de su padre, Jimin quedo en manos de Lia hasta que cumpliera la mayoría de edad. Sin embargo, aun faltaba un mes para su cumpleaños y podría ser libre de las garras de su malvada madrastra.
Definitivamente, odiaba a Lia y a sus hijos. No era más que unos parásitos inútiles que le hacían la vida imposible, tratándolo como un sirviente.
No podía creer que su padre lo había dejado solo a la edad de nueve años, solo en todo momento. Esa misma noche, en la que su papá le entregó los anillos, tuvo una llamada de emergencia de su empresa diciendo que se habían entrado a robar. Era época de lluvia, y la carretera estaba muy mojada; en una curva el carro en el que iba, perdió el control y se estrello en un árbol, causándole la muerte inmediata.
El funeral y entierro fue sencillo. Solo la familia y algunos conocidos de Jin-Ho, Jimin estaba devastado, sufrió mucho con la muerte de su madre, ya no digamos con la de su padre. Lia se encargó de él, lo mandó a dormir a su nueva habitación que era el ático.
ESTÁS LEYENDO
𝕎𝕠𝕣𝕝𝕕 𝔻𝕚𝕤𝕟𝕖𝕪 ¦¦ Kookmin
RomanceOS basados en las historias de las princesas de Disney.