Cap. I

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Todo estaba muy oscuro. La pequeña vela en el centro de la mesa solo emitía una tenue luz que iluminaba un radio de alrededor de un metro y medio. Solo podía ver esa mesa y una silla junto a ella. En dicha silla había una persona, este hombre, al parecer, apoyaba la mitad superior de su cuerpo sobre la mesa. Su cabeza reposaba sobre sus brazos cruzados que casi no podía ver por todo el cabello largo y desordenado que caía como una cascada sobre sus hombros y espalda.

Sintió un fuerte impulso de acercarse a pesar del miedo y los nervios que le ocasionaba esta persona. De pronto el sujeto lentamente levantó la cabeza, los cabellos se removieron y dejaron ver unos fuertes brazos. Se cubrió la boca impidiendo que un grito se escapara de su garganta.

Los brazos del hombre estaban desgarrados, como si algún animal salvaje lo hubiese atacado. El hombre se giró un poco y dejó caer uno de sus brazos destrozados, la sangre fluyó y cayó al suelo.

Tuvo miedo de levantar la mirada y ver su rostro. No quería hacerlo, pero tenía curiosidad. Esa curiosidad que algún día lo metería en problemas. Sin pensarlo más levantó la mirada. El rostro del hombre estaba cubierto de sangre y sus ojos estaban cerrados.

—No deberías estar aquí.

Esas palabras salieron en un susurro, la voz se escuchaba como si hubiese gritado por horas. Sintió un escalofrío en su columna, nada bueno pasaría si se quedaba por más tiempo. Se giró con las intenciones de salir corriendo pero su cuerpo no se movió. Sin previo aviso la mano del hombre lo sujetó del cuello en un apretón de muerte. Luchó por liberarse pero fue inútil. Mirando a ese rostro que mantenía los ojos cerrados comenzó a quedarse sin aire.

Ya no podía respirar, continuó luchando, desesperadamente golpeando y rasguñando ese brazo. De su nariz y boca se escapaba sangre y ya casi no podía ver de la presión en su garganta. Lo último que vio fueron lágrimas salir de los ojos de su atacante y sus labios moverse diciendo algo que no entendió antes de sentir una fuerte presión en su cuello.

"Crack"

[...]

—¡¡Aaaah!!

JingYi se despertó y se sentó de golpe en su cama. Estaba sudando a mares e inconscientemente llevó sus manos a su cuello comprobando que no estuviera roto. Sus manos estaban temblando, mas bien todo su cuerpo lo hacía. Cubrió su rostro con las manos y trató de controlar su respiración agitada.

—Cada vez... parecen más... reales —jadeó.

Estiró un brazo y cogió su celular de la cómoda, eran las tres de la mañana. Llevaba una semana sin poder dormir bien a causa de esas pesadillas. Siempre que se despertaba ya no podía volver a dormir.

Casualmente ese era el tiempo que llevaba viviendo en esa ciudad, se mudó allí junto con su primo luego de terminar la preparatoria. La casa estaba cerca de la Universidad y así no tendría que estar atado a las estúpidas reglas del dormitorio.

—¿JingYi, de nuevo otra pesadilla? —Se escuchó una voz suave y preocupada mientras alguien  tocaba la puerta.

—Puedes pasar, Sizhui.

—¿Quieres que te traiga agua? —pregunta el chico después de entrar.

—No hace falta.

—Si sigues así para cuando empiecen las clases, será problemático —Sizhui se sentó al lado de JingYi en la orilla de la cama.

—Tranquilo, seguro me acostumbraré —JingYi palmeó el hombro de su primo.

—Espero que tengas razón —suspiró Sizhui.

La Maldición del Demonio. 《MDZS》 ~ NingYi ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora