DECISIÓN PARA EL RESTO DE MI VIDA

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Sé que fui egoísta al tomar la decisión que no solo decidió mi vida, sino también el futuro del bebé que llevaba en mi vientre.

Si me casaba con el papá de mi hijo, se que sería infeliz el resto de mi vida, no nos amábamos, no nos queríamos, el era conocido como perro infiel.

Cuando le comente que estaba embarazada, dijo que no podía hacerse cargo, que no tenía trabajo. 

Por ello sé que si, le obligaban a casarse conmigo, me sería infiel y tendría un matrimonio como el de mis padres, ya que mi papá no perdía oportunidad de engañar a mi madre, cuando ella se dedicaba a romperse el lomo para trabajar y darnos el estudio a mis tres hermanos y a mi. Era horrible ver a mi madre llorar y escuchar los reclamos que le hacía a mi papá por llegar borracho o desaparecerse los fines de semana.

No gracias, no quería ese futuro para mí.

Tampoco me agradaba la idea de que mi bebé tenga como apellido el de una persona que lo abandonó o el saber que tenía un papá que no lo quería pero que estaba obligado a darle dinero.

Tome la decisión de aceptar la ayuda de mis padres, terminar la universidad y trabajar por un buen futuro para mi bebé.

Ese día les contaron a mis dos hermanas mayores y mi hermano menor, nuestras edades se distancian de dos año en dos años.

Para el lunes que otravez iniciaba clases, cabe recalcar, que mis padres insistieron en que no dejara la universidad. Mis hermanas me cedieron parte de su ropa calentadores, ellas son  más altas y dos tallas mayores a mi, pero siendo que estaba de seis meses, me quedan cómodas.

De repente, mi barriga había crecido enormemente, una vez que mi familia lo supo. Al fin mi pequeño o pequeña podía crecer en mi vientre tranquilamente. 

En la Universidad aunque era la presidenta de curso, los chicos ya no volteaban a verme, lo que anteriormente al iniciar la U y en el colegio, siempre atrapaba las miradas y sonrisa del que se cruzara en mi camino. 

Tuve una idea loca también, al inicio de mi embarazo, siendo que el padre de mi bebé me rechazo, pensé en acostarme con un par de pretendientes que tenía por ahí, solo debía salir con ellos, sabía que estaban enamorados de mí hace unos años atrás mismo.  Pero no, debía salir con quien menos me convenía, con el perro infiel.

Al final desistí, salí unas dos veces con ambos chicos, pero no fui capaz de hacerlo, eran realmente dulces y me querían, no me atreví.

Era excluida por mi familia, los domingos que ellos iban a la iglesia yo me quedaba en casa, y para hacerme los controles de mi bebé debía ir al centro de salud cercano a la U,  tomar tres buses y tardaba hora  y media. No querían que vaya al centro de salud de mi pueblo, supongo que les daba vergüenza, a mi también.

Solía ver a parejas entrar tomadas de las manos, alegres, contentos y yo estaba ahí sola.

Escuchaba los latidos de mi bebé, sola, la obstetriz dijo que mi bebé había crecido satisfactoriamente, por lo que estaba contenta.

 8 meses, una vez asistí a una ecografía, mis padres me dieron el dinero necesario para hacerlo. La verdad no distinguí en la imagen que era, sin embargo, el Doctor dijo que era hombre. Un niño, un pequeño crecía en mi vientre, un varón.

Al salir del consultorio, era inevitable llorar, no pare de hacerlo, las parejas contentas tomadas de la mano, con sus compras, con sus bebés en brazos. Me daban melancolía. 

Sé que en otras familias les hacían fiestas, babyshower, tardaban meses en comprar todo al bebé, y ahí estaba yo, deambulando por el mercado de la ciudad. Como me sobró un poco de dinero, le compre un pequeño saco, pantalón, gorrita y medias de lana de color amarillo. Era precioso, su primera ropita.

No era tan sociable, pero hice mas amigas en ese semestre. En total ya eran tres y mi amigo Carlos, eran muy atentos conmigo, me tenían cariño. Mis hermanas trabajaban a la vez que estudiaban y solían también comprarme fruta, mi mamá litros de leche, me encantaba la leche.

Fui nuevamente al centro de salud, acompañada de una amiga, decían que la zona en la que estaba ese centro, era peligrosa llena de ladrones, nunca me cruce con uno de ellos, o tal vez no tuvieron interés en una mujer embarazada. La doctora me indico que ya estaba a punto de dar a luz. Estaba muy nerviosa

16 de febrero de 2009, Hacíamos unos papeles de la universidad con mis amigas, sentía a mi bebé patear, era realmente hermoso, sentirlo tan seguro dentro de mi vientre, no quería que nazca, quería llevarlo como una mamá canguro a todo lado. 

-listo, ya está, tenemos el turno para mañana a las 8 am- Dijo una de mis amigas

-ok, nos vemos mañana entonces- Contesté yo.

Al menos eso pensé.

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A DOS MESES DE MI BODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora