Capitulo Siete

573 52 0
                                    

Louis estaba perdiendo la cabeza. No importa lo mucho que deseara distanciarse, su polla no podía bajar. Pensó en todo lo que pudo para conseguir que su mente se olvidara de su dolorida carne, pero nada funcionaba, y menos con la pierna de Harry presionando un costado de su cuerpo y el aroma del hombre llenando sus sentidos.

Ni siquiera le importaba lo que había en la televisión. Nada parecía distraerlo de la desesperada necesidad de correrse. Harry lo estaba torturando. No podía ser otra cosa. A los treinta minutos de película estaba listo para gritar.

Pero también quería demostrarle a Harry que podía ser un buen sum. Puede que no supiera mucho acerca de la vida de D/S, pero estaba ansioso por aprender. Por supuesto, no se había dado cuenta de lo difícil que sería el entrenamiento.

La necesidad se arrastraba a través de él como si fuera un millón de hormigas. Su piel se sentía acalorada y le picaba. Hacía todo lo que podía para estarse quieto y no moverse alrededor de la almohada en la que estaba arrodillado. Probablemente haría algo, si pensara que podría salirse con la suya.

No lo hizo.

Aunque Harry no lo estaba mirando, Louis tenía la fuerte sospecha que el hombre era consciente de cada movimiento que hacía.

―Aquí encima, mascota.

Louis miró a Harry, confundido acerca de lo que el hombre quería hasta que lo vio haciendo un gesto con las manos. Se levantó y fue a sentarse en el sofá junto a Harry. Un grito pequeño salió de sus labios cuando Harry lo agarró y lo arrastró más cerca.

Louis se encontró siendo levantado, girado y luego acostado sobre el regazo de Harry.

Se mantuvo tieso durante un buen rato, las manos de Harry poco a poco acariciaron sus costados, como si quisiera calmarlo. Y extrañamente se calmó. Poco a poco, Louis sintió que sus músculos se relajaban y la tensión se retiraba de su cuerpo y se recostó contra el amplio pecho de Harry.

Seguía sin importarle lo que había en la televisión. No la estaba mirando de todos modos. Estaba capturado en la sensación de cálido pecho de Harry presionado contra su espalda, los muslos fuertes debajo de él, y la polla cada vez más dura entre sus desnudas nalgas.

Y fue entonces cuando Louis supo lo que realmente era una verdadera tortura. Sentado en el regazo de Harry, la polla del hombre cada vez más dura hasta que sintió como si estuviera sentado sobre un tubo de acero. Incluso a través de la suave seda de los pantalones de Harry, podía sentir cada centímetro de la caliente polla.

Louis se mordió los labios para no gemir en voz alta cuando Harry se movió y el pene del hombre se empujó más profundamente entre las mejillas de su culo, cepillando sobre su doloroso agujero. Si Harry hubiera estado desnudo, Louis no tenía duda de que hubiera sido empalado en ese mismo segundo.

Dioses, deseaba que Harry estuviera desnudo.

Ansiaba estar lleno, sentir cada centímetro de la deliciosa polla hundirse en su culo. Y estaba tan desesperado, que consideró rogar. Aunque abrió la boca para pedírselo, pero la sensación de las manos del hombre agarrando sus caderas y empujándolo fuera de la comodidad en la que estaba sentado lo detuvo.

Louis comenzó a caer de vuelta a la almohada.

―¿Te he dicho que te sientes en tu almohada, Louis?

―No, señor.

―¿Prefieres sentarte en la almohada o en mi regazo?

Louis miró a la tienda de campaña en el regazo del hombre, sabiendo lo que estaba bajo el negro y sedoso material. Pensó en lo bien que se había sentido en las mejillas de su culo y lo mucho que la quería, y tragó saliva.

LAS LECCIONES DE LOUIS |Larry Stylinson| AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora