Capitulo Dos

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Había pasado una semana desde, ‘el incidente’, como Jessica había comenzado a referirse a él. Harry lo ignoró, como de costumbre le encantaba darle a Louis la patada hasta el final. El hombre había cumplido su palabra, y el maldito correo electrónico había desaparecido.

Poco a poco, dejó de golpear las cosas cada vez que Harry pasaba cerca de él, o por su cubículo, o cuando escuchaba su profunda voz. La tensión disminuyó con el tiempo, y todo volvió a la normalidad. Louis todavía no había enviado el anuncio, de alguna manera creyó a Harry, cuando le había dicho que lo sabría.

Las cejas de Louis se juntaron al entrar en su oficina después de la reunión de la mañana, cuando vio una nota de color amarillo pegado a su ordenador. Era una nota de oficina estándar, la típica nota, por lo que no pensó nada raro y la cogió mientras se sentaba. Pero cuando comenzó a leerla, su corazón comenzó a golpear con furia.

‘Conozco tu pequeño secreto, y te costará mantenerme en silencio.’

¿Quién demonios había dejado esto, y cuál era el secreto? Sólo había un secreto en el que pudiera pensar, y le molestaba que Harry jugara con él después de que había aceptado sus condiciones. ¿Qué iba a ganar el hombre chantajeándolo?

Louis sabía a ciencia cierta que Harry ganaba mucho dinero por trabajar para Michelson Inc. ¿Por qué iba a querer el mínimo salario de un empleado que estaba por debajo de él? Simplemente no encajaba. Algo estaba fuera de contexto. Louis lo sentía.

Sabía que su mensaje de correo solo se lo había enviado a Harry. ¿Quién más podría saberlo? ¿Jessica? A ella no podría importarle menos. Rechazó la idea. No era el estilo de Jessica. Si quería algo, iba y lo cogía, como darte un puñetazo sólo por el placer de hacerlo. La conocía desde hacia demasiados años. Si lo iba a chantajear, tenía mejor munición que eso.

Louis necesitaba averiguar quién lo había enviado, y solo podía pensar en otra persona que lo supiera. Louis arrugó la nota en su mano y se dirigió a la oficina de Harry. Tomó una profunda respiración y llamó a la puerta de Harry Styles.

―Adelante ―una voz profunda gritó desde el otro lado de la gruesa puerta de madera.

Louis se sorprendió cuando su cuerpo respondió con un temblor a la riqueza tímbrica de esa voz. ‘Contrólate joder’. Empujando la puerta abierta, Louis caminó por la alfombra y se puso delante de la mesa.

Por como Harry estaba vestido parecía que estaba en una pasarela en lugar de detrás de un escritorio. Su pelo rizado cortado profesionalmente colgaba sobre sus amplios hombros, su cuadrada y fuerte mandíbula bien afeitada, y maldita sea si no olía como un sueño húmedo andante. Louis quería comprar acciones de cualquiera que fuera la empresa de la colonia que Harry llevaba porque al instante se empalmó.

Por miedo a que Harry viera el bulto que ahora lucía en sus pantalones, Louis tomó asiento. Sus ojos centrados en el anillo en el dedo pulgar que Harry llevaba, junto con el Rolex de plata. Ese reloj podía pagar el alquiler de Louis durante todo un año y algo más. No tenía ninguna pista sobre el anillo. ¿Y desde cuándo los hombres usaban anillos de pulgar?

―¿Hay algo que necesites? ―Harry levantó la vista de lo que estaba haciendo.

Había algo que necesitaba directamente. Era una lástima que Harry fuera hetero y estuviera en una posición superior a la suya como para conseguirlo. Sería como un pez persiguiendo a un tiburón.

Recordando la nota en su mano, Louis la deslizó a través de la mesa de Harry.

Su jefe la cogió y la abrió, escaneándola con los ojos, su ceño fruncido por la confusión. ―¿Qué es esto? ―Le echó un vistazo a Louis, mientras sostenía la nota arrugada.

LAS LECCIONES DE LOUIS |Larry Stylinson| AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora