Capitulo Nueve|Epílogo

693 55 25
                                    

Louis no podía creer que ya fuera lunes. Había querido hacer pucheros y hacer un jodido berrinche cuando había agarrado su bolsa del armario para volver a casa. Casi cierra la puerta de un portazo cuando salía de la casa de su amo ayer en la noche. Dejarlo había sido lo más jodidamente difícil que había tenido que hacer.

Harry le había hecho cosas, cosas salvajes y calientes que Louis nunca olvidaría mientras viviera. Y le había ordenado que hiciera cosas que ni siquiera había soñado que fueran posibles.

A pesar de todo, las lecciones como sum del hombre habían continuado. La noche del domingo, las alabanzas que Harry le había dado se habían hundido en él. Harry le había dicho, que sabía que volvería al lado de su amo.

Eso lo dejó perplejo ya que Harry no le había dado una respuesta concreta cuando Louis le había preguntado si ahora sería su sum a tiempo completo o no. Quería que Harry Styles lo mantuviera. Louis nunca pensó que encontraría un Amo, y menos uno como Harry. Y ahora que lo había encontrado, no quería dejarlo.

Ya estaba sintiendo la separación de Harry, y sólo habían pasado doce horas desde que había estado a merced del hombre.

Sus doce horas más largas y angustiosas.

Si pasaba demasiado tiempo, tenía miedo de no ser capaz de abstenerse de correr hacia la oficina de Harry y suplicarle de rodillas, por supuesto, que azotara su culo, jugara con su tapón o lo follara. Cualquiera de los tres funcionaría.

Mantener su mente en el trabajo y fuera de Harry le era casi imposible. Por suerte, el humor perverso de Jessica ayudó a mantenerlo bajo control. Jessica y él se dirigían a sus puestos de trabajo después de su reunión de la mañana. Louis se echó a reír cuando Jessica le contó acerca de su fiesta de manicura y pedicura. La mujer definitivamente sabía cómo divertirse. Pero Louis estaba dispuesto a apostar que no se había divertido tanto como él con Harry.

Su interior brillaba y las imágenes jugaban una y otra vez en su mente. No pasaron más que unos cuantos minutos sin que pensara en Harry o en el fin de semana que habían pasado juntos. Maldita sea, estaba duro como una roca y todavía tenía que pasar el resto del día. Pero sabía que no iba a encontrar alivio hasta este fin de semana.

Y eso asumiendo que Harry le permitiera correrse.

El hombre parecía disfrutar torturándolo.

Louis no podía esperar para averiguarlo.

―No te olvides que tenemos una cita esta noche en mi casa para cenar ―dijo Jessica, mientras se acercaba al cubículo de Louis―. Voy a estar esclavizada en la cocina pidiendo comida china.

Louis se rio entre dientes. Esa era Jessica.

Se detuvo en seco cuando vio la nota amarilla pegada a su pantalla de nuevo. Louis sintió como si todo su día hubiese sido tirado por el váter en un instante en el segundo que vio el pequeño papel gritándole que lo leyera.

Irrumpió en su cubículo, arrancando la nota de su monitor. Era el mismo jodido mensaje que la primera vez. Louis vio rojo. Estaba enfermo y cansado de preocuparse por el chantajista y lo qué quisiera de él. Deseaba que manifestara sus demandas y terminara con esto.

Louis finalmente tuvo un pequeño rayo de sol en su vida. No iba a dejar que un jodido cobarde, le pusiera la zancadilla. A medida que echaba un vistazo alrededor de la oficina, se dio cuenta que unos cuantos empleados lo miraban de refilón. Cuando hacían contacto visual con Louis, rápidamente miraban hacia otro lado.

Algo dentro de Louis se rompió.

Sintió que se desmoronaba.

Catastróficamente.

LAS LECCIONES DE LOUIS |Larry Stylinson| AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora