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Sirio , el perro
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Eran diez perros , todos diferentes, con nombres raros . Diana era collie de pura raza , color canela y blanco , inteligente y dulce . Mezcla de varias razas, Robert era blanco , grande y brusco . Brownie enseñaba a sus cachorros a escarbar cuevas de
tuzas y armadillos ; era terrier , mediana y rápida como un relámpago . Locket , viejo pastor alemán de color negro , ya se mostraba pesado y amable . Contrastaba pizarrin , un hijo de Diana , que se había quedado renco después de una enfermedad, por cobarde y tembloroso . En cambio Robin , su hermano , aunque era todavía cachorro , se veía listo como la madre y se parecía a ella también en el color del pelo .

 En cambio Robin , su hermano , aunque era todavía cachorro , se veía listo como la madre y se parecía a ella también en el color del pelo

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Tiger era típico pastor alemán , infatigable , audaz , andaba metido en todo y era el terror de los consejos silvestres . Pero nadie sabía de que raza era Iván , largo como un dachshund , pero blanco y peludo . Destacaba por su valor tanto como por chaparro . Lucki era modelo de pastor escocés , listo y obediente . Y finalmente estaba Sirio . Con seguridad alguno de sus antepasados había sido collie , pero tenía mezclas . De excepcional inteligencia , era también muy valiente . Su pelo era de color canela , negro y blanco .

Todos estos perros formaban el equipo de pastores de la lecheria en la finca de Mancotal school , en Minas de Oro , Honduras , lugar donde yo trabajaba y estudiaba al mismo tiempo .
Había empezado a trabajar en la hortaliza , pase luego al molino de maíz y después me tocó la lecheria . Mis tareas eran pastorear , ordeñar , vacunar y marcar el ganado . Era un trabajo duro pero me gustaba . Como teníamos que levantarnos de madrugada , veíamos la salida del sol en los potreros , unas veces por entre la bruma de las pinadas y otros surgiendo en el horizonte de un valle abierto y limpio .

También tenía como tarea atender a los perros.Yo no sabía nada de eso , como tampoco sabía nada de vacas , toros o terneros.Aprendí un poco del ofició de la lecheria y ese poco no muy bien, pero , en cambió me hice muy amigo de los perros , en especial de Sirio , que era un ánimal serio. Cuando descansabamos en el campo de fútbol, que quedaba sobre una colina , frente a la casa de madera en que vivíamos, los demas perros se ponian a retozar, pero no Sirio; echado a mi lado acezando, veia jugar a sus compañeros.

Con el verano llegaron también los coyotes . Como en Mancotal habian criaderos de patos y gallinas , los coyotes llegaban en busca de presas .pero pronto aprendieron que robar gallinas no era cosa facil . Apenas se acercaban , los perros salían a toda carrera encabezados por Sirio. Después de furiosas peleas , los coyotes, derrotados , se quedaban al otro lado de la cañada que bordeaba la colina del campo de fútbol.

Una vez Tiger y Sirio se enamoraron al mismo tiempo de Diana, y la rivalidad culminó en una feroz pelea , que duró casi media hora. Sirio conquistó el amor de Diana y Tiger quedo herido ; con tan mala suerte que no notamos una herida que sufrió en el interior del oído , de la cuál se le desarrollo una infección que le causó la muerte . Cuando lo estábamos enterrando, salto entre los zacatales vecinos un conejo vivaracho . Parecía como si los conejos se hubieran dado cuenta de que su más declarado enemigo había desaparecido .

Sirio y yo terminamos por ser muy buenos amigos . Me tocaba que trabajar toda la mañana y recibir clases por la tarde hasta la noche . Pero los sábados , aunque trabajábamos durante la mañana, teníamos la tarde libre . Me arrinconaba entonces en un viejo pupitre que estaba en una esquina del salón de clases . La luz del atardecer entraba por la ventana y ahí podía leer con tranquilidad todo el tiempo que quería . Sirio desarrollo una extraña costumbre . Cuando empezaba a oscurecer, se acercaba por entre las filas de pupitres hasta donde yo estaba leyendo , recostaba la cabeza contra mis rodillas , y esperaba que le alizara el pelo del cuello . Permanecía un rato ahí y después , balanceando la cola , se perdía en la oscuridad.

Cada cierto tiempo , Sirio se desaparecía tres o cuatro días . La gente decía que iba a las aldeas cercanas a enamorar . Al volver de una de sus correrías , cuando ya empezaba el otoño , Sirio retornó enfermo . Dijeron los que sabían de esas cosas que tenía moquillo , una enfermedad que les da a los perros y de la cuál difícilmente se salvan . Empiezan con una especie de catarro , y se debilitan hasta que mueren . Hicimos todo lo posible por sarvarle la vida , pero no teníamos con qué combatir esa emfermedad . Se fue poniendo endeble , hasta que ya casi no podía caminar . Luego se quedó prácticamente ciego .

Un sábado , ya en la penumbra del atardecer , cuando estaba leyendo , como de costumbre , en mi pupitre solitario , vi una sombra en el umbral del aula . Era Sirio. Ya no veía nada . Tropezaba con cada pupitre , pero llegó hasta donde yo me encontraba . Me puso babeando el hocico sobre las rodillas , todo tembloroso . Le acaricie el pelo del cuello que se le estaba cayendo . Estuvo como antes , un rato . Luego haciendo un esfuerzo , se retiró casi arrastrándose . Lo deje ir porque sabía que ya en nada lo podía ayudar . A la mañana siguiente lo encontramos muerto al lado del pupitre . Lo enterramos al pie de un aguacate , frente al aula donde estudiábamos .

Una semana más tarde los coyotes ya traspasaban el campo de fútbol .

Fin

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