Capítulo Cuatro

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Baek Kyoung la detuvo poniéndole una mano en el brazo y Jennie tuvo que recordarse que era un gesto amistoso para no apartársela bruscamente. Su jefe la conocía desde hacia años y era lo suficientemente mayor como para ser su tío, o incluso su padre.

—Hay un grupo grande en la mesa del rincón, ¿podrías encargarte?

No había parado un momento desde que había llegado, hacía casi tres horas, pero estaba claro que aún no iba a poder descansar. Esbozó una leve sonrisa y respondió afirmativamente.

La mesa del rincón era para doce personas y estaba llena, lo que significaba que quizá dejaran una buena propina... claro que también podía significar mucho trabajo y poco dinero. En cualquier caso, trató de sonreír al dirigirse a ellos.

—¿Están listos para pedir ya? ¿O necesitan un poco más de...?

Enmudeció de golpe al encontrarse frente a frente con Min Yoongi y se le aflojaron las rodillas. Ponerse a gritarle y a preguntarle por qué había desaparecido dejándole a Kelly no iba a ayudarla a conseguir una buena propina, así que respiró hondo, afirmó bien las piernas, se aclaró la garganta y habló sin dirigirse a nadie en particular.

—Si necesitan más tiempo, puedo volver más tarde.

—No es necesario —dijo uno de los comensales.

Fueron pidiendo uno a uno, y todo iba bien hasta que llegó el turno de Yoongi.

—Lo siento, pero no se qué pedir —dijo—. El pollo sobre un lecho de hierbas aromáticas suena muy tentador, ¿puedes decirme qué hierbas lleva exactamente, Jennie? —añadió.

Tenía muy buena vista si podía leer desde el otro lado de la mesa la chapa de identificación que llevaba.

Jennie levantó la mirada y se encontró de lleno con aquellos orbes chocolate a los que habría preferido no tener que volver a enfrentarse. La expresión de su rostro daba a entender que Jennie le debía una explicación.

La mujer oque había junto a Yoongi, de ojos color gris, pelo oscuro con mechas rojas, flequillo y dos pequeñas trenzas a los costados que parecía sacada de un desfile de modejale, lo miró con desconfianza; sin duda se había dado cuenta de que había algo más que una simple conversación entre camarera y cliente.

—Pensé que ibas a pedir costillas, eso es lo que siempre pides, cariño —añadió para marcar territorio.

—Vaya, no me había dado cuenta de que fuera tan repetitivo, cariño —dijo él sin apartar la mirada de Jennie.

Ese "cariño" lo había agregado mucho después, y la mujer debió de darse cuenta, porque siguió con su mirada hasta Jennie y frunció el ceño.

Jennie consiguió explicarle el plato sin apenas mirarlo y tomó nota mientras se aseguraba de que sólo era una mesa más.

Poco después volvió a ofrecerles pan y tuvo que hacerlo uno por uno.

—¿Un poco de pan, señorita? —le preguntó a la del cabello bicolor, quien negó con la cabeza sin mirarlas.

—¿Pan, señor?

Yoongi levantó la cabeza. Lo tenía tan cerca... quizás demasiado cerca.

Tardó varios segundos en elegir el tipo de pan que quería, y cuando Jennie agarró las pinzas para dárselo, murmuró;

—Dime, Ruby Jane, ¿quién es Hyuk Jae?

Al oír aquello, la barrita de pan integral se le escapó de las pinzas y tiró un vaso de agua. El resto del pan que quedaba en la cesta cayó sobre el regazo de Yoongi y también al suelo.

Un Amor Persuasivo ✦ Yoonnie/Yonnie ✦ Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora