Sus ojos celestes y gélidos me dejan sin aliento. Y es lo único que puedo ver ya que su mascarilla tapa la mitad de su rostro.
El silencio siempre a sido mi mejor amigo pero ahora mismo me siento incómoda al no decir nada ante este chico. Estar en la cafetería a solas con él es muy incómodo. Observó de nuevo el celular en el centro de la mesa, destruido en partecitas.
Apretó mis manos tratando de controlar la tembladera. Mi corazón late rápido y fuerte, espero que el no pueda oírlo. De todos los Royal tenía que tocarme el más intimidante.
—Lo siento, lo siento mucho. Pagaré todo lo que cueste. Por favor, perdóname. — digo, al no poder ocultar mi sentir. Agachó la cabeza y planeo quedarme así hasta que se vaya.
— ¿Pagarás lo que cuesta este IPhone? —se burla — Ni vendiendo uno de tus órganos podrás pagarlo. Ni vendiendote a ti misma.
—Yo haré lo que tu quieras. —esto es vergonzoso —. Tu tarea, ir a comprar, lo que sea.
—No nesecito una esclava, tengo muchos a mi alrededor. —dice fastidiado. Oigo el sonido de sus dedos tamborileando la mesa. Nos quedamos en un nuevo silencio. Yo no tengo ganas de hablar y ya no me quedan ganas de defenderme, solo aceptar lo que él diga. —¿Cómo sabías que me gustan los gatos?
Subo la mirada sorprendida ante su pregunta.
—A todos nos gustan los gatos — doy un suspiro. Él se acomoda en la silla esperando una respuesta específica. —Bien, un día tomé el camino corto hacia mi jato. Por el túnel subterráneo. Y te vi a ti con un gatito abandonado, al cual le hacías cariñito de una manera... linda.
¿Ok? ¿Cuando ocurrió eso? No recuerdo nada de lo que acabo de decir. Nunca lo he visto fuera del colegio. ¿Que está pasando aquí?
—¡Yo no estaba haciendo eso! —alzó la voz. —Sólo verificada que se encontrará bien.
—Te gusta lo tierno, te he visto muchas veces prestar atención a chicas pequeñas y tiernas.
—¿Tanta atención me pones para saber esa clase de cosas?
—encojo los hombros.—Soy muy observadora, solo eso.
No es como si fuera Foxy, la acosadora renombrada que le saca canas verdes a Félix, por una foto sólo en ropa interior. No, nunca me atrevería llegar a esos extremos. Soy una chismosa con principios.
—¿No eres Foxy o sí?
—Oye lo que sé, solo fue a causa de coincidencias. No soy tu acosadora.
—Y eso de que soy sádico de donde lo sacaste.
—¡Lo dije por decir!
Gracias a Dios que no puede ver mi rostro sonrojado. Nunca le diré como demonios sé que fue a un sex Shop para comprar un latigo. ¡NO! Sería dar explicaciones de por qué yo sé eso... ¡Y no tengo idea!
—Espera un momento... ¡Ya se! —se me prendió el foco del cerebro. —¡Ya se como pagarte tu IPhone!
Félix enarca una ceja, cruzando los brazos y sonriendo de una manera sarcástica. La palabra loca, está en su cabeza, no tengo que ser adivina para saberlo.
—Descubriré la identidad de tu acosadora secreta.
—¿Y como piensas hacer eso? —se nota interesado. —Mis mejores guardias no han podido hallarla.
—Muy fácil. —pongo mis dos manos sobre mi mentón. —Foxy, sabe que quieres saber su identidad. Es una maestra en las artes del escondite y enfoque para sacar buenas fotos sin que nadie se de cuenta.
ESTÁS LEYENDO
Yo No Soy La Prota.
Teen FictionYo vivía felizmente mi vida de invisible y personaje secundario en una gran variedad de historias dentro de mi escuela. Hasta que un día me tropecé con un idiota que lo cambió todo. No sólo en mi vida aburrida, sino que levantó un foco de atención s...