Capítulo I

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La vida de la psicóloga Karla Canabal era medianamente bien, es una joven egresada de una de las mejores universidades de Nueva York, su padre nativo de México y su madre de Colombia desarrollo en ella ese sueño de ser la mejor de su clase y demostrar que ser inmigrante no impide ser alguien reconocido en un país extranjero. Durante el transcurso de su carrera conoció a las que actualmente son sus mejores amigas, Dinah Jane Johnson y Allyson Amaro las cuales estudiaban carreras muy contrarias a lo que ella estudiaba, mientras Allyson estudiaba administración de empresas, Dinah Jane estudiaba danza y actuación, una copla un poco extraña pero que funcionaba.

El día que se conocieron fue el inicio del tercer semestre de Camila, ella estaba trabajando medio tiempo en una tienda de celulares cuando un día ambas chicas entraron. En ese entonces tanto Dinah como Ally ya se conocían, Camila tímidamente atendió a ambas chicas, tal cual siempre lo hacía; Ally que era la mayor de las tres reconoció a la latina con facilidad, dado a que la rubia casi siempre se la pasaba en la biblioteca estudiando y desde hace un tiempo notaba la presencia de la castaña allí. Ally no tardó en saludarle con la amabilidad que siempre la caracterizaba, Camila a su vez se sentía extrañada ya que la rubia le tratará de aquella manera sin embargo siguió con su labor de atenderlas. Después de ese día Ally conversó más con Camila en la biblioteca, poco después se les unió Dinah y desde ahí las tres chicas se hicieron inseparables, tanto así que después de un año de conocerse decidieron mudarse las tres juntas, según ellas para ahorrar costos pero en realidad les hacía ilusión vivir juntas.

Actualmente Camila seguía viviendo con sus amigas, cada una tenía su trabajo, Dinah era profesora en una prestigiosa escuela de danza, Ally llevaba la administración de una empresa de seguros y la latina desde hace dos años tenía su propio consultorio, ya todos eran unas mujeres con sus vidas hechas pero juntas.

26 de mayo del 2019

Nueva York – Brooklyn

Lexington Avenue edificio Lux.

Eran las seis de la mañana cuando la alarma de Camila sonó por tercera vez en ese día, la morena con mucha fatiga se levantó apagando el fastidioso sonido, en esos últimos meses no ha tenido un buen descanso, seguido escogió un conjunto sencillo para ir a su consultorio, con algo de cansancio fue hacia el baño para hacer su aseo cotidiano, no sin antes toparse con las bragas de Dinah e hizo una nota mental para recordarle a su amiga que debía llamar al fontanero, por lo general la latina no se levantaba tan temprano para ir a trabajar pero su secretaria le había dicho que tenía un paciente a primera hora, por lo cual tenía que hacer ese sacrificio. Camila estaba saliendo de la ducha cuando Dinah entró al baño y como de costumbre no tocó la puerta antes.

—Buenos días Chancho, qué buena manera de despertar — dijo la más alta observando el cuerpo de la morena, la cual se estaba secando cómo si nada.

—El día que aprendas a tocar y a no dejar tu ropa interior regada en todas partes, ese día juro que te hago la cena durante un mes entero— mencionó Camila mientras agarraba el cepillo de dientes, por mientras Dinah se quitaba la toalla para ingresar a la ducha. — ¿Dónde quedó nuestro pudor? — Preguntó Camila mientras observaba de reojo a su mejor amiga. Debía admitir que ver a la más alta tan animada le hacía tener una buena mañana a la latina.

—Eso se perdió el día que Ally, tú y yo nadamos desnudas en aquel lago — habló la más alta riendo por el recuerdo, causando también la risa de la morena.

Camila debía admitir que tenía las mejores amigas, sin ellas no hubiese vivido ni la mitad de las aventuras que vivió a lo largo de su vida universitaria, bueno, la morena debía admitir que un setenta por ciento era ocurrencias de Dinah, Lo demás lo proponía Ally o ella misma, extrañaba esos momento de antes donde su mente estaba en tranquilidad, aunque estuviese estresada tenía un poco más de paz que en ese momento. La morena al salir del baño observó la hora en el reloj que tenía en su mesa de noche, aunque le quedaba algo de tiempo sí Camila quería al menos desayunar tendría que apurarse un poco, ella se maldecía internamente por haber despertado tan tarde y divagar tanto en sus pensamientos, con rapidez se vistió tratando de no colocarse nada al revés y se colocó algo de maquillaje ligero lo suficiente para ocultar sus enormes ojeras debido a la falta de sueño.

El Experimento Fallido  [CAMREN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora