Alpha Care Spa || YoonMin [Omegaverse] [TERMINADO] By Kim©

Epílogo

——Y... ¿Qué hacen ellos aquí?

Preguntó Yoongi, curioso al ver al beta castaño de brillante sonrisa, platicar animadamente con Taehyung, Namjoon y Jungkook al otro lado del amplio patio trasero de la casa del alfa moreno. El alto beta iba acompañado de una bonita chica beta llamada Miel a la cual no le soltaba la mano en ningún momento, acariciando con suavidad la piel de su mano con su pulgar. El chico era muy ruidoso, pero de alguna forma no era molesto, por el contrario, hacía a Yoongi querer sacar su lado revoltoso, como cuando tenía diez y seis años y estaba en la escuela, hacía que su lobo quisiera salir a jugar. No era un desconocido, ciertamente. Pero tampoco podía decir que fuese un conocido o un amigo cercano como para estar en esa pequeña fiesta en la que normalmente estaban ellos seis, los dos cachorros de Taehyung, SooBin y HanBin. La cachorrita de SeokJin, EunBin y finalmente sus propios cachorros, MoonBin y MoonByul, que se correteaban los unos a los otros, siendo SooBin, el mayor de la camada y más tranquilo, como su padre Namjoon, el que se encargaba de vigilarlos mientras jugaban y él leía un libro bajo el gran árbol de hoja perenne, siempre atento.

Siendo siempre ellos, la adición tan repentina del beta le parecía a Yoongi... singular, dada la historia que tenía él y los otros dos alfas con el beta. Aun que si lo pensaba bien, de alguna forma, Hoseok siempre había estado ahí, viendo nacer una historia de amor, viendo como otra se rompía y como un drama se formaba para crear otra historia de amor. De forma indirecta, siempre había estado con ellos, aunque nunca le hubiesen prestado atención más allá de ser el recepcionista de aquél extravagante Spa que dió comienzo a su singular historia de amor con Jimin.

Oh... ¿Hoseok y su esposa? Bueno, Taehyung y yo lo invitamos. Es amigo nuestro, era de las pocas personas sinceras, reales con nosotros. Nunca nos vió a Taehyung y a mí en menos, ni nos trató mal de ninguna forma. De hecho, puedo asegurarte que es mi único otro amigo, a demás de Taehyung claro, que me tendió una mano siempre que lo necesité. Y su esposa es un amor de persona.

——Que no te escuche SeokJin decir eso, sino tremendo drama que te va a armar.

Jimin rió bajito, inclinándose sobre el hombro de su alfa, como si estuviesen conspirando algo. El aura de intimidad a su alrededor, desvaneciendo lentamente los sonidos de todos, envolviendolos en su propia burbuja, como muy seguido pasaba con ambos.

——Tienes razón, Doongi.

El bajo susurro, suave y acariciante, como tímidos dedos que te acarician el pelo en la oscuridad de la noche, bajos las sabanas, envolvió al alfa. Así se sentía la voz de Jimin para Yoongi. Y el apodo cariñoso, ese que usaban sus pequeños cachorros con él por no poder pronunciar su nombre correctamente, y que ahora no dejaba de usar Jimin, se sintió como una caricia a su corazón, acelerándolo como solo su Omega podría hacerlo. Yoongi no sabía si era normal amar tanto a alguien como él amaba a Jimin, pero una pequeña mirada a ese suave rostro, que le miraba con amor. A esos brillantes ojos azules que le hablan de ternura y compasión, y él lo sabía. Sabía que jamás habría nadie más para él. Que jamás amaría a nadie más como amaba a Jimin. Y eso estaba bien.

——Bien, bien. Es hora de partir el pastel.

Avisó Seokjin, saliendo del interior de la casa cargando con un enorme pastel en tonos morados y blancos, cubierto de flores del mismo color hechas de suave glaseado. Una velita, también morada, con el número cinco estaba en el medio, ya encendida. En la parte superior se podía ver una pequeña leyenda que decía; "Feliz cumpleaños, Moonie", en letras cursivas. Una preciosa SaeMin de veintidós años venía detrás del omega mayor, una pequeña bolsa brillante de regalo se agitaba en sus manos.