El rostro del capitán Schulz se contrajo de repulsión, y de inmediato le dió una bofetada a la chica que rápidamente cayó al suelo como si fuera un bulto de batatas.
—Levantate asquerosa—gruñó, jalandola por el brazo totalmente enojado—. ¡Desvistete!
Juno intensificó el llanto.
—¡Desvitete!—nuevamente volvió a empuñar su arma contra Kai que ya se encontraba moribundo en el suelo.
—¡Lo siento!—gimió ella más el diablo no la escuchó.
La muchacha comenzó a quitarse los sacos, su gorro que tenía en el cabello, sus guantes, su vestido, quedando en ropa interior, cubriéndose los brazos por el frío.
Él suspiró.
—¡Quitate toda la ropa!
A regañadientes continuó, hasta quedar como Dios la trajo al mundo. Los ojos del sanguinario recorrieron todo su cuerpo delgado con una figura de señorita. Sus senos pequeños, su abdomen plano.Su pelo azabache suelto hasta los hombros
le hacía lucir hermosa.Él se le quedó mirando por un largo rato.
—¡Salgan todos de aqui! llevense al maricon.
—Noo, por favor—suplicó Juno
—Señor, ¿a dónde lo llevamos?—preguntó un
soldado.—Llevenlo a un cuarto, déjenlo ahí.
—Si señor.
Los soldados salieron de la oficina, Juno
temblaba de pies a cabeza, no paraba de llorar.—iPor favor!—comenzó a suplicar.
—Chii... tienes un bonito cuerpo—murmuró
—Por favor, por favor
El diablo se le acercó quedando a pocos
centimetros de ella. Podia escuchar su respiración agitada, su miedo olerlo, su tembladera era tan palpable como ese cuerpo delante de él.—Me pareciste una malcriada desde la
primera vez que te vi—empezó a decir.Los ojos enrojecidos de la muchacha se abrieron como plato.
—La inalcanzable señorita Hoffman ahora
está frente a mi, desnuda—la yema de sus dedos acariciaron sus hombros. Juno cerró los ojos con fuerza—. Suplicandome por su vida.—¡Por favor!—balbuceó la muchacha.
—Chiii, chiiii, tranquila. ¿No sabes todo lo que puedo hacerte Juno? en este lugar soy yo tú dios—arrancó el crucifijo de su cuello—.En este lugar puedo hacerte la vida más ligera o un verdadero infierno. Aquí, en Auschwitz yo soy la ley y depende de ti, de lo que puedas ofrecer para sobrevivir.
—No tengo nada para darte—apenas pudo
hablar.Una sonrisa maliciosa se formó en el rostro del capitán.
—Tienes un hermoso cuerpo, disfrutable para cualquier soldado.
—Por favor, por favor.
—Chiii, deja de suplicar. Si te dejas tocar,
prometo dejarte vivir.Juno recordó las palabras de su hermano:
Prometeme que pensaras en ti, que sobrevivirás.
—Dime... ¿te vas a dejar?
Juno en lágrimas asiente.
El capitán la jala hasta su escritorio, para
votearla y inclinarla. Así no tendrá que ver su rostro cuando la este penetrando.—Por favor, por favor, así no, no, soy virgen,
soy virgen—estalló en llanto mientras que el diablo se desabotonaba sus pantalones.—¿Que dijiste?—le susurró al oído.
—Soy virgen—balbuceó.
—¿Y?— su voz era fría, cortante. La frialdad de su voz fue aterrador. Juno siempre soñó que su primera vez sería con alguien que amara, sería especial. Ese momento que estaba a punto de dejar de ser una niña y convertirse en una mujer no iba a ser con alguien que amara, ni mucho menos especial.
Ella siguió llorando.
—¿Que espera? ¿que te trate como una
dama? ¿qué sea cuidadoso? por favor, agradece que te estoy dejando con vida.Los dedos acariciaron sus caderas. Juno
cerró los ojos con fuerza cuando sintió su pene endurecido golpear su trasero para irse
introduciendo como un animal salvaje. Ahogó un grito mientras que los movimientos eran bruscos, bravios. Se aferró a su cintura para moverse, y no era para menos que Juno quisiera vomitar.Era una pesadilla, si, estaba segura que
despertaría en su cama, con sus libros, con su piano. Estaba convencida que ese acto sexual no era real, que su virginidad permanecería intacta y se entregaría de verdad a un hombre que ella amara.Sin embargo, no fue así, acabó ese momento cuando el capitán se vino dentro de ella, soltando un último gemido. Su entrepierna ardía como el mismísimo infierno, también sangre bajaba como si tuviera la menstruación.
Él se arregló sus pantalones y se le quedó
mirando con suficiencia.—De verdad eras virgen, estabas muy
estrecha.Esas palabras llenaron el corazón de Juno de rabia, las lágrimas ya estaban por todo su rostro, su desnudo expuesto era una humillación, su virginidad robada es un delito. De reojos vio unas tijeras en su escritorio, y visualizó como éste por un segundo se distrajo. La adrenalina que tuvo su
cuerpo para moverse fue sorprendente porque Juno con rapidez tomó la tijera y le apuñaló el pies.El diablo gritó de dolor.
—Maldita, asquerosa zorra—quitó la tijera de su pie, tomándola del pelo, ella trató de pelear pero él era más fuerte. Con tijera en mano comenzó a cortar su cabello—. No eres nada, ni la basura bajo mis pies-siguió cortando el cabello, hasta dejarla en el suelo llorando.
Tomó su arma y le apuntó la cabeza.
—Las prostitutas me dan mejor sexo que tú—preparó su arma, Juno cerró sus ojos lista para morir, quería morir —, Vas a morir.
Entonces... disparó.
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Fuimos Música
Roman d'amourJuno y Kai son enviados a Auschwitz tras descubrir los SS que su padre era un judío. Ambos tienen miedo de lo que esperan ahí. Sin embargo, el mayor temor es enfrentarse con el asesino de su padre. Un esbirro apodado: el diablo.