Cierre de ciclos

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Cerrar para abrir...

El sentido de un ciclo, es cerrar y abrir. O lo que es lo mismo, aprender para enseñar/seguir. Un morir para nacer.

Y es que todos tememos a lo que siginifica un cierre y a toda la energía que ello acarrea o nos envuelve en nostalgia.

Cerrar es decisión, determinación, replanteamiento de nuevos caminos y pensamientos; quizás implica el proceso, más esfuerzo que al abrirse ante un nuevo.

Cuando te adentras en el nuevo sendero, se requerirá confianza en tí mismo y en las posibilidades desplegadas ante los pasos dados.

Cuando decides concluir una etapa, ya sea el despedir de año, alguna actividad que desempeñabas, un lugar donde vivías o el círculo en el que te desenvolvías, hay más exigencia. Necesitas soltar todo aquello que has construído hasta el momento, adaptarte a lo que vislumbras, abrirte a ello, aún sin verlo llegar y no ver como pérdida o fracaso, lo que vas dejando atrás o lo que no pudiste traer al mundo físico.

Se necesita tener un claro norte y gran confianza en el camino que vas forjando. Entender la realidad de la evolución: es cambiante, abierta y expansiva.

Nunca cerrar implicará retroceso. Pero todo dependerá de la visión con la que te mueves y por lo cual, decides hacer el cambio en ti.

Lo que sí debes tener presente y claro, es que todo fluye constantemente. Que debes moverte con pasos seguros. Con certezas y desaciertos, esa seguridad te dará los resultados que anhelas.

Abraza la energía naciente y la que surge del rechazo del cambio. Intégrala. Hazla parte de ti y que se alinee:

Vida-mente-corazón= Espíritu-cuerpo y alma.

Cierren abriendo la consciencia a lo próximo por llegar.

Cierren abriendo la consciencia a lo próximo por llegar

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