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Thillwood era un pueblo tranquilo, su ubicación en el medio de la nada siquiera aparece en los mapas y su población no excede a los quince mil habitantes.
Nada nuevo solía pasar en las calles del pueblo. Cada mañana despertar con el canto de los pájaros; noches tranquilas, una vida monótona que no parecía molestar a los habitantes, todo lo contrario disfrutaban de la tranquilidad que ofrecían las calles.
Pero todo cambio hace dos años, Thillwood ya no se sentía como un lugar seguro, los niños no jugaban en las calles, después de las diez había toque de queda, los habitantes vivían con miedo. Thillwood se convirtió en un pueblo frío y misterioso.
Todo comenzó con Damien, el típico chico rebelde. Fue encontrado muerto en el río en las afueras del pueblo. Damien tenía toda la pinta de chico malo, y aunque era común verlo con la banda mas problemática de la ciudad, los punk, no era muy común que el estuviera involucrado en ningún tipo de conflicto. Se especulaba que su muerto era un ajustes de cuenta, que llevaba una doble vida, que era narco, muchos otros dijeron que era un suicidio, nadie sabe la verdadera historia.
Mes después su novia fue encontrada sin vida en su habitación, se pudo presencia la marca morada en su cuello que dejo la soga que uso, cuando los paramédicos la sacaron de casa.
Las habladurías seguían, ambos eran satánicos, como esos punk, rituales, sacrificio... De todo se hablo, pero nunca se supo la verdadera razón o se encontró culpable.
